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La mal amada ama mal. Endeudadas dos descomunales e interesantísimas tetas delante de una aburridísima persona.
¿Por qué se traiciona? ¿Y los cazadores? Un nuevo traidor es el alcanzado por el viejo equilibrio.
Muchas gracias, Señor, por enseñarme, a postrarme ante a Ti con devoción, y por abrir Tu noble Corazón donde poder, dichoso, refugiarme.
Ver sin microscopio en lo infinito, quitar capa a capa hasta que el núcleo que evidencia el arribo de la energía sobre la materia aflora. Bucear, andar, escalar por las elevaciones que se pierden en las imaginarias nubes, desde ahí, confirmar que necesitamos de referentes físicos para transmitir que estamos en lo inefable.
Agarrarla, además, con la mano recuerdo que constituía aproximadamente la excelsitud. Supe de excelsitudes sin incluir manos, cómo no. Eso mucho antes. Y atado.
Sueños punitorios en los que he caído miserablemente, sueños punitorios que eyaculo con un ligero emberretinamiento puntual como las fragancias rabiosas; sueños punitorios en los que declamo envaselinados parágrafos de ridiculez.
Me instan, quienes me quieren, a que no pierda mi tiempo, escribiendo sobre gentes que son esencia de estiércol.
Plebeyo, picoroso sentimental y distante, operado que fui de nimiedades, no siempre padecí satiriasis escarlatina supositorios en los años cincuenta rencor y envanecimiento, celos retrospectivos, canas verdes, me aflijo me entontezco.
Dónde quedan las vísceras/ si la noche sombría en las redes/ con la letra se ensaña/ usted, mande y responda/. Esto de convivir no es fácil/aunque lo ponen en duda/ necios, inocentes, deslucidos y locos/.
Entreacto de palabras no sufro ni algo así la triquiñuela del último aliento la viejuca la imprescindible triquiñuela (Soy un hombre de contradicciones muy firmes).
Aún mi vida está atada a mi incansable presente, y sin pasado ni futuro me muevo día a día, con propios e impropios segundos que me dominan.
Después del apogeo fue que nos enfangamos. Muertos, y rematados, ya el uno para el otro bañaditos denotamos un lacónico escepticismo.
El gato Manuel, pasó muchas penitas. Dolor en su ser. Manolito es gato del cielo azul, negro de color.
Sabrás de la garrapata de mis versos o si no no sabrás nada. El suicidio reluce. Las margaritas que arrojaron a tus chanchos mis vacas se las comen.
El amor es para el alma, un alimento obligado, puro, desinteresado y buena fuente de calma.
Yo también he tenido 35 años e incluso, menos. Yo también he lucido mis pectorales en la playa e incluso mis abdominales. Yo también he seducido a Libertad Leblanc e incluso la he complacido Yo también me he frotado contra colegialas en los colectivos e incluso contra profesoras.
Es lógico y natural, que el vigor y la destreza, lo mismo que la belleza desciendan en espiral. Por eso es fundamental, que sepamos aceptar, lo que nos puede pasar a lo largo de la vida, que ocurre en buena medida por nuestra forma de obrar.
Mamá no es como Charlotte Rampling. Aun de jovencita no había sido mamá tan delgada como la otra. Papá no es como Dirk Bogarde. Aunque la otra, delgada y todo, ocupó siempre mucho más espacio en las ensoñaciones de papá.
Qué difícil es la diferenciación de las buenas o deficientes lecciones. Desde su mensaje a la asimilación de sus contenidos, suceden la mar de cosas. No se trata de perfiles escuetos y bien delimitados. Hemos de contar con su procedencia y los receptores de la misma, con sus inevitables reverberaciones. Se añade la importante aleación de las ideas y el tiempo, sus figuraciones modifican los comienzos.
La distancia entre aquí no ha pasado nada porque aquí no ha pasado todo y aquí ha pasado todo aunque ese algo no ha pasado acaso ¿existe?
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