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Poemas del libro “Corona de calor”

Poesía
Rolando Revagliatti
viernes, 25 de julio de 2025, 09:58 h (CET)

5   Tapa de Corona de Calor, edición e


Agarrarla, además


Agarrarla, además, con la mano

recuerdo que constituía

aproximadamente

la excelsitud


Supe de excelsitudes sin incluir manos

cómo no


Eso mucho antes


Y atado.

*


La muy lista


La teta lista me traspasaba

¡Y que esa teta lo diga!

La teta lista me compelía

a pasar a ella:

la notable notada


La teta actuaba una escena de aquellas

donde se prueban Las Grandes

en sus transiciones

He sido cabalmente el espectador confundido por el asedio

de esa Diva en el personaje

al filo de la corazonada


Soy demasiado excesivo

¡Y que esa teta lo diga!

Perro de presa en el coto de caza.

*


Soren


A Soren Kierkegaard


Al tipo ese con el que charlé

en la excursión de Pami a Chapadmalal

lo tengo remanyado:

tras lo que me contó

no me costó nada

identificarme con él


Yo también salvé de mí

–de sus conyugalidades conmigo–

a no menos de cuatro

novias adorables.

*


Mi duplicador


Mi duplicador alcanzó el pubis aguerrido de Samanta

pero no conforme con el citado logro

alcanzó las acojonantes aréolas de Moira


y como no hay inconformista más rotundo que mi duplicador

alcanzó también la despojada nalga izquierda de Ingrid primero

y luego la derecha nalga tatuada con un caimán

de mi propia hermana:

Ana.

*


Altas cumbres


Al macanudo tótem de la monogamia saludo

despego desde célibe sin par hasta amante esposo

de lo cual laboriosamente me impregno cada día


Pecador en el llano y en mi juventud

desde las altas cumbres de la madurez

yo me solazo

con picarona repugnancia.

*


En noches


Con gran bochorno de la primavera

las prostitutas reverberan

mofletudas y desabotonadas


En noches de pizarra

saturan los balcones amarillos


Y se arrojan por fin cuando paso

conspicuamente a las tinieblas.

*


Mercantil


Cuatro

las pájaras

de guardia en las aberturas de la bacanal


Mi ojo las retuvo al ofrecérseme

y sólo al ofrecérseme


Con mis ahorros en el pico

hui a mi nido.

*


Me hiciste


Me hiciste creer

que me necesitabas arriba

Me hiciste creer

que me necesitabas abajo


Arriba

y abajo

Y con suficiencia

Y con desparpajo


Arriba

y abajo:

rodemos.

*


“Los fracasos del amor”


1


Tienen los fracasos del amor

conquistada su fama

su implícita trascendencia


La intrascendencia de los fracasos

del “nunca nos amamos”

alcanzan a lo sumo alguna

popularidad de cuarto de hora


y la penosa eficacia

de lo explícito.


2


No hay justa medida

para los fracasos del amor


y aunque para los fracasos

del “nunca nos amamos”

hay justa medida


lo que no hay

es consenso.

*


Desamad


“Desarmad un reloj. Ahora armadlo de nuevo. Esa

pieza que os sobra, ¿la veis?, es el nadaísmo”. Jotamario Arbeláez.


Desamad a vuestro objeto amoroso

Ahora amadlo de nuevo

Y buscad

esa pieza que os falta.

*


Ayer y mañana


Hoy llueve

llueve desde ayer

desde ayer íntima la lluvia

desde la lluvia hasta quizá mañana

íntimos.

*


Dicen


Dicen

¿quiénes dicen?

¿cuántos dicen?

¿más de dos?

¿millones?


Dicen que dicen

susurraron

que era una mina

profirieron

toda ternura

silabearon

cuchichearon

musitaron

bellaca bella

dicen que dijeron

la que murió.





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Muchas gracias, Señor, por enseñarme, a postrarme ante a Ti con devoción, y por abrir Tu noble Corazón donde poder, dichoso, refugiarme.

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En los días en que el mundo aún se estremecía con los últimos suspiros del realismo mágico, llegó a mis manos un manuscrito que parecía escrito no con tinta, sino con el polvo de alas de mariposas azules. 'Mariposa de alas azules', de María Beatriz Muñoz Ruiz, es un poemario que navega entre la sombra y la luz, entre el grito ahogado y el susurro que cura, como un río subterráneo de emociones que fluye bajo la piel del lector.

 
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