| ||||||||||||||||||||||
En los últimos tiempos, somos testigos de un fenómeno preocupante que erosiona la confianza en la política, y es la falsificación de currículums académicos por parte de algunos políticos que se atribuyen títulos universitarios inexistentes o exageran sus credenciales educativas, y no sólo engañan a la ciudadanía, también socavan los cimientos de la integridad que deberían sustentar el servicio público.
No conozco casos de opositores que presenten títulos falsos para optar a pruebas donde se exija una oposición o una prueba de especialización. No conozco profesores, médicos, ingenieros, arquitectos, por poner algunos ejemplos, que hayan falsificado su currículum para presentarse a pruebas específicas. Debe ser que se lo toman en serio. ¿Sucede lo mismo con los políticos españoles y algunos extranjeros?
Cuenta Arturo Pérez-Reverte en su crónica algo tan brutal como cierto. No es necesario compartir cada palabra para reconocer en su mirada —afilada, callejera, visceral— un sentimiento que muchos ciudadanos experimentan a diario: el asco. Sí, el asco político. No el que nace de una ideología, sino el que brota al comprobar, una y otra vez, que el poder se ha convertido en un club cerrado de oportunistas con carnet.
En las tabernas es normal escuchar “la próxima ronda corre de mi cuenta” cuando un grupo de amigos (hombres todos), se reúnen para tomar unas cañas o copas de vino y entre todos arreglar el mundo o poner a caer de un burro al que falta por no haberse unido a tal reunión. También suelen farolear de haber tenido conocimientos, flirteos o bien oportunidad para llevarlo a cabo, con alguna mujer de personalidad distraída o simplemente compañeras de trabajo.
Estamos sobre un volcán en erupción y seguimos bailando. La escena puede parecer exagerada, incluso alarmista, pero es tan real como que existe el día y la noche: mientras las estructuras democráticas se están resquebrajando, la sociedad parece anestesiada, envuelta en una inercia que impide su reacción. No se trata de indiferencia, sino de orfandad cívica: hay una percepción generalizada del derrumbe, pero también un sentimiento de impotencia ante el mismo.
Sin corruptores oligárquicos y estadounidenses, no habría corruptos en las altas instancias del Estado. Obviamente hay un claro objetivo de los corruptores: que solamente se persiga a los corruptos. Porque, enriqueciendo la frase de Groucho Marx sobre los principios, “estos son mis corruptos, si no le gustan, tengo otros”.
Los padres de la Constitución de 1978 han dejado huella en la historia parlamentaria española por sus ideas, por su amor a España, por el respeto a la palabra y al ideario político que representaban. En cambio, muchos líderes políticos que nos gobiernan están muy lejos hoy de esos padres de la Constitución española, porque en la actualidad se pueden contar con la mano cuáles están en política por vocación.
Mientras termino de cenar en mi terraza, inevitablemente tengo que mirar hacia el mar. De pronto surge desde levante un hermoso disco dorado de colores suaves y una belleza que se refleja en las olas. Poéticamente diríamos que la luz lunar riela sobre las aguas.
En uno de los apuntes al natural, JL. Martin muestra al orador pontificando desde la estrada. “¡No todos los políticos son corruptos!” Desde platea, el representante del público le dice: “De acuerdo. La pregunta es: ¿Por qué los corruptos siempre llegan a la cúpula de los partidos?” Interesante pregunta, ¿verdad?
La sociedad española respira hoy un aire denso, cargado de indignación y desencanto. La sucesión de escándalos de corrupción que salpican al partido en el Gobierno, el PSOE, y a su propia estructura ejecutiva, investigados por la Guardia Civil, no son solo casos aislados como nos dicen los voceros autorizados. Son síntomas de una patología profunda que corroe la confianza ciudadana.
Veo en la televisión la imagen de un tipo con apellido de cárcel, porque sin darse cuenta lo lleva ya registrado en su onomástica. Un individuo de más de sesenta y cinco años que ha vivido casi toda su vida de la política. El gran refugio de los vagos y delincuentes. Es uno de esos individuos prototipos que describió certeramente Stefan Zweig en su libro Momentos estelares.
No por mucho madrugar amanece más temprano, ni por repetir como mantra una mentira se convierte en verdad, ni por amanecer cada día con un esperpento mayor nos habituamos a ello las personas con dignidad y sentido común. 'La revolución es buena para los histriones. Sirven todos los gritos, todas las necedades tienen valor, todos los pedantes alcanzan un pedestal', (Baroja).
A lo largo de mi infancia viví en una calle malagueña con ciertas pretensiones de vía principal. Por la parte de atrás, lindaba con la zona más típica del Perchel repleta de corralones. El lenguaje que provenía de sus dimes y diretes habituales era de lo más “florido y versallesco”.
En España, la corrupción no es una anécdota, ni un error puntual, ni un asunto exclusivo de “unos pocos”. Es un sistema, una maquinaria silenciosa y eficaz que se alimenta del oportunismo, la impunidad y la falta de voluntad real para extirparla. No importa el color del partido, ni el cargo que se ostente, los corruptos y los corruptores se entienden entre ellos, porque hablan el mismo idioma.
Dice el refrán: “Cuando el río suena, agua lleva”. Si el agua discurre libre y juguetona por su cauce, produce un sosegado murmullo que se convierte en una armoniosa melodía. Pero cuando aparece la sed de lo que ya no puede contenerse, la furia del agua desatada no es sonido: es rugido, un grito ancestral que los diques temen escuchar. ¿No hay nadie que escuche ese rugido en las entrañas del PSOE?
No va a ser fácil frenar la tormenta política que ya ha hecho acto de presencia y será raro que semanalmente no salgan nuevos casos. La información, los audios y videos dan para mucho, tanto como puede dar el informe de la UCO del 5 de junio pasado. Las 490 páginas son una fuente inagotable de información, por lo que tirar del hilo puede hacer que la madeja no se desenrolle tan pronto.
Estoy harto de tener que leer casi diariamente noticias sobre mordidas, comisiones y demás vergüenzas y delitos presuntamente cometidos por militantes o personajes del entorno de los partidos de izquierda. Casi siempre del PSOE, seamos claros.
Muchos políticos y asociaciones de tendencia de izquierdas, y a pecho descubierto, dicen lo que a las grandes élites les conviene, pero lo que jamás hubiéramos pensado es que su primera labor es la aniquilación de las clases medias. Más aún, nunca se hubiera pensado que televisiones, radios, digitales, prensa escrita..., dieran en sus líneas editoriales apoyo a las élites y hacer “campaña” para la eliminación de la clase media.
España, con todos mis respetos hacia ese país, no es el Congo. Claro que no. No saben los congoleños la suerte que tienen de no estar en nuestro pellejo. En el Congo no tienen, según mis informaciones, bancos que les roben y que pertenezcan a los elitistas, y eso ya es bastante para que una nación considerada del Tercer Mundo nos gane la partida por goleada.
Giorgia Meloni y Roberta Metsola han decidido poner pie en pared e ir a saco contra las fechorías de Sánchez y la corrupción que le atenaza. La actuación inmediata contra el Gobierno sanchista es un logro de la presidenta italiana del Consejo de ministros.
|