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No va a ser fácil frenar la tormenta política que ya ha hecho acto de presencia y será raro que semanalmente no salgan nuevos casos. La información, los audios y videos dan para mucho, tanto como puede dar el informe de la UCO del 5 de junio pasado. Las 490 páginas son una fuente inagotable de información, por lo que tirar del hilo puede hacer que la madeja no se desenrolle tan pronto.
Estoy harto de tener que leer casi diariamente noticias sobre mordidas, comisiones y demás vergüenzas y delitos presuntamente cometidos por militantes o personajes del entorno de los partidos de izquierda. Casi siempre del PSOE, seamos claros.
Muchos políticos y asociaciones de tendencia de izquierdas, y a pecho descubierto, dicen lo que a las grandes élites les conviene, pero lo que jamás hubiéramos pensado es que su primera labor es la aniquilación de las clases medias. Más aún, nunca se hubiera pensado que televisiones, radios, digitales, prensa escrita..., dieran en sus líneas editoriales apoyo a las élites y hacer “campaña” para la eliminación de la clase media.
España, con todos mis respetos hacia ese país, no es el Congo. Claro que no. No saben los congoleños la suerte que tienen de no estar en nuestro pellejo. En el Congo no tienen, según mis informaciones, bancos que les roben y que pertenezcan a los elitistas, y eso ya es bastante para que una nación considerada del Tercer Mundo nos gane la partida por goleada.
Giorgia Meloni y Roberta Metsola han decidido poner pie en pared e ir a saco contra las fechorías de Sánchez y la corrupción que le atenaza. La actuación inmediata contra el Gobierno sanchista es un logro de la presidenta italiana del Consejo de ministros.
Recorrer la historia de la colonización de determinadas zonas de África, nos hará ver que la soberbia que genera la avaricia y el desprecio a razas arquitectos de esos lugares, centros de vida natural, con la aparición del “hombre blanco”, se enriquecieron países europeos y, como chupópteros enfermizos, dejaron aquellos paraísos de la naturaleza completamente secos, pero llenos de odio al blanco.
La calle sigue su curso. Madrugones, transportes nunca vistos y a callar, ofrecimientos de ayudas, pérdidas entre papeleo y múltiples administraciones. Prensa cansina y repetitiva, coloquios copiones de otros, bares caros, baratos y tabernas de barrio... El Madrid, el Barcelona, el Atlético de Madrid, Athletic de Bilbao, un botellín, un verdejo y combinados diversos, con la tele, por supuesto...
El éxito electoral de los nacionalismos periféricos españoles que han podido conservar el poder durante todo el período democrático, ha mostrado el camino a la izquierda política. Ahora, de lo que se trata es de, una vez conquistado el gobierno, utilizar la enorme maquinaria del Estado para crear, entre la mayor parte de la población, el marco mental que les permita “seguir disfrutando de las moquetas”.
La concreción en muchos políticos es como el bidé en España, se tiene pero se usa poco. Las técnicas de discurso que usan actualmente muchas formaciones políticas permiten hablar horas sin decir nada, dando vueltas sobre conceptos vacíos, que cada uno puede definir con lo que quiere o lo que le interesa.
Sabemos que hay cuestiones que se derivan a un órgano ajeno cuando deben resolverse a través de la política, ya que de lo contrario, se pervierte el sistema democrático y se instrumentaliza al garante de la Constitución con fines partidistas, contribuyendo a su inexorable pérdida de legitimidad y la de sus decisiones.
El otro día leí lo siguiente: “No pude, no pude callarme, verla con el burka en el ambulatorio me molestó. Ahora siento haberme puesto tan nerviosa, pero fue superior a mí”. No salgo de mi asombro, en pleno siglo XXI, en España, una mujer sentada en la consulta del pediatra, con una niña en su cochecito y con ese trapo horrible... ¡Por Dios! Es denigrante ver la utilización de esa prenda tan horrible.
El corte de energía eléctrica que hemos sufrido en casi toda España al igual que otros países de Europa, una vez descartada, en principio, la hipótesis de que haya sido un atentado, solo nos queda admitir que se ha producido por una avería en la red de distribución de electricidad, pues tampoco ha sido ocasionado por un ciberataque, como alguien sospechaba.
Cada vez que sale un nuevo escándalo sexual a la luz, parece sorprenderse todo el mundo excepto el partido político afectado. Tal vez sea porque, pese a ser conocedores de la situación, prefieren aplicar la ley del silencio si ello les beneficia electoralmente. Cuando les toca de cerca, su eslogan “Hermana, yo sí te creo” queda ligeramente modificado, siendo más apropiado un: “Hermana, yo sí te creo, pero guarda silencio”.
Bajo el manto de la globalización se pretende justificar las diversas tropelías y corrupciones extendidas a nivel generalizado, la degradación moral en Europa es evidente y, al grito de sálvese quien pueda, nos están llevando al caos total. Es cierto que no todos los países integrantes lo sufren de igual manera, unos lo pasan mal y otros mucho peor, como es nuestro caso.
En el panorama español actual, es la izquierda quien maneja mejor el discurso y quien se siente más cómoda apropiándose de causas ajenas para convertirlas en propias, aunque nunca por convicción, sino para obtener rédito político y arañar un puñado de votos. Si hay una causa a la que se aferran con uñas y dientes, es sin duda a la del feminismo, politizado hasta el extremo.
Qué tiempos aquellos de la burbuja, de la gomina, y de la construcción, en los que los nuevos y fulgurantes ricos entretenían al personal mientras los auténticos poderosos de siempre, los de herencia y colegio inglés, disfrutaban las playas de tantos y tantos paraísos.
Como una plaga campan muchos políticos, ocupando todo el espacio y tiempo con su molesta presencia para lograr sus fines. La incertidumbre sobre la configuración de las instituciones después de unas elecciones y el más que posible descalabro futuro del bipartidismo no les dejan dormir.
Estamos asistiendo impávidos al despilfarro del dinero público y de nuestros impuestos en ministerios fantasmas, viajes injustificables, en acuerdos políticos inconfesables con un delincuente… ¿Alguien puede dudar de que el gran Berlanga ya habría plasmado en el cine la dramática, a la vez que cómica, película de los episodios a los que estamos asistiendo los españoles en el gran teatro de la política nacional?
Este breve comentario, escrito allá por mayo de 2014, tengo ilusión de volver a reescribirlo con algunas anotaciones más cercanas a la época en la que nos encontramos. Sigo sin entender se retuerza la intencionalidad de la palabra. “Estar orgulloso de nombrar y mantener como responsable de su gabinete a una mujer… estar orgulloso de haber tenido como “maestra” a una mujer…”.... Europa está llena de “mujeres preparadas”, de “hombres preparados” (Señor Arias Cañete – Año 2014).
Siempre he sido curioso. Está muy bien analizar el porqué de las cosas que cada día ocurren a nuestro alrededor, y ya desde que era un niño me preguntaba cómo es posible que un hombre pueda caminar sobre un cable, o que un barco navegue sin hundirse como si pesase lo mismo que el corcho de una botella de vino.
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