Los padres de la Constitución de 1978 han dejado huella en la historia parlamentaria española por sus ideas, por su amor a España, por el respeto a la palabra y al ideario político que representaban. En cambio, muchos líderes políticos que nos gobiernan están muy lejos hoy de esos padres de la Constitución española, porque en la actualidad se pueden contar con la mano cuáles están en política por vocación. Y esto lo generalizo a todos los que nos representan en esta España, que hoy parece más quebrada, más dividida y más desilusionada por todo lo que estamos viendo. La falta de miras, el egoísmo, el desmedido egocentrismo y el modo de entender la política, hoy lejano a la idea de cómo debe ser entendida por el verdadero político, está llevando a muchos líderes a ejercerla de modo insensato y mediocre... Sí, algo parecido a cómo definió Valle-Inclán el esperpento español en su obra “Luces de Bohemia”, porque en este país la mediocridad, la insensatez, aparte del dinero, son las cosas que imperan. Muchos líderes políticos no piensan en lo que realmente deberían pensar, y por el contrario decepcionan a los ciudadanos con su indecente comportamiento. La falta de miras con la que actúan y el gran egoísmo, llevan al país a un desastre inminente.
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