¡Vaya tropa la casta política!

No por mucho madrugar amanece más temprano, ni por repetir como mantra una mentira se convierte en verdad, ni por amanecer cada día con un esperpento mayor nos habituamos a ello las personas con dignidad y sentido común.

La revolución es buena para los histriones. Sirven todos los gritos, todas las necedades tienen valor, todos los pedantes alcanzan un pedestal. (Baroja). Las convicciones políticas son como la virginidad; una vez perdidas no vuelven a recobrarse (Pi y Margall).

Desgraciadamente esto es lo que estamos sufriendo en la actualidad. Perdida toda dignidad y moral en los políticos que nos gobiernan, vamos irremisiblemente hacia la hecatombe social y por consiguiente del país. Jamás pensé que esto podría llegar a suceder, pero se han cambiado tanto las bazas del juego que la tan ansiada libertad se ha convertido en libertinaje, la tranquilidad en atropello, el sentido común en la antítesis del pensamiento crítico, lo ético en antiético, lo moral en inmoral, sin principios; es decir, todo lo contrario en lo que se debe basar una autentica convivencia democrática.

Fernando VII, tras la abdicación de su padre Carlos IV en 1808 como resultado del Motín de Aranjuez, llamado el Deseado reinó en España revelándose como soberano absolutista y en particular como uno de los que menos satisfacían los deseos de sus súbditos, que lo consideraban una persona sin escrúpulos, vengativa y traicionera. Rodeado de una camarilla de aduladores, su política se oriento hacia su propia supervivencia. Han pasado dos siglos pero ¿a que suena a lo que se vive actualmente? Si se estudiara la historia de España en los colegios se sabría el devenir de nuestro pasado, lo bueno y malo que hemos tenido y se podrían evitar repetir los mismos atropellos. A Fernando VII la historia lo recuerda como el rey felón, pero a éste, Pedro Sánchez lo supera y la historia lo va a recordar como el mayor felón dictador que ha, (no puedo decir gobernado porque ha desgobernado), estado presidiendo el gobierno de España en el siglo XXI.

Cuando se terminó la dictadura franquista se hizo una ley entre todos los partidos que favoreciera el paso de una dictadura a una democracia dentro de una constitución que igualase a todos los españoles. En aquella etapa histórica las cabezas pensantes aunque tuvieran diferentes ideologías, eran personas cultas, con sentido de nación y bonhomía social. Ahora se está haciendo lo contrario, dentro de la mafia corrupta de la que hace gala el partido socialista en el gobierno, se están manipulando todas las instituciones incluidas la constitución y las judicaturas, cuando la justicia va en contra de la corrupción manifiesta del gobierno, se cambian las leyes y punto, cuando la constitución no favorece la independencia de una región, se hace una ley por los mismos golpistas para favorecerse ellos mismos y punto, con lo cual la separación de poderes queda totalmente abolida, la desigualdad entre autonomías se manifiesta en todos los sentidos, económica y en prebendas sociales, la censura informativa es igual o peor que la sufrida antaño, el expolio patrimonial va camino del que realizo el gobierno republicano (PSOE) presidido por Largo Caballero con Juan Negrín como ministro de hacienda en el 1936. La mediocridad no ha podido llegar a más y la dignidad y sentido común a menos.

La historia se repite de una u otra manera adaptándose a los tiempos, pero la verdad es que no avanzamos como país. Cuando parece que vamos levantando cabeza con un gobierno menos corrupto y mejor gestor, por querer nadar y guardar la ropa, no levanta las alfombras podridas dejando sin barrer todo aquello susceptible de provocar una infección posterior que da al traste con los posibles beneficios que se hubiesen podido tener en caso de seguir unas políticas favorables a todos los españoles.

Hemos pasado de ser un país, más o menos, bien situado en la Unión Europea a ser el hazmerreir del mundo que no dan crédito a lo que está pasando aquí. Pero, ¿por qué tenemos esto? Por haber llegado a tener una sociedad inculta, aborregada, abúlica y pasota. Creen que el comunismo/socialismo es progreso sin querer darse cuenta que lo que tenemos ahora es una dictadura de izquierdas, que prefiere adoctrinar y subvencionar para tener el control en todo momento de una sociedad manipulada e inoperante, entre otras cosas, por no saber discernir ni tener criterio propio para ello.

El iluminado de Zapatero fue el impulsor del cambio que nos trajo tranquilidad social durante años con una monarquía parlamentaria, que debería haber sido constitucional a mi modo de ver, pero los padres que la estructuraron jamás debieron pensar que se daría la situación a la que hemos llegado y su acólito Sánchez sigue erre que erre hasta culminar sus fechorías.

Hasta que no tengamos un sistema educativo fuerte y veraz, sin adoctrinamientos, con valores humanísticos, morales, éticos, amén de los científicos, sostenido en el tiempo, que no cambie al albur del gobierno de turno, una justicia independiente al igual que los medios de comunicación, un gobierno que sepa gestionar para el bien de todos, no para él y sus aduladores chupópteros, en definitiva una democracia en libertad que respete el bien común de toda la sociedad, seguiremos siendo un país de pacotillas, donde huyen los inversores, donde las empresas, que son las que dan trabajo no el gobierno, no pueden prosperar, donde los delincuentes están más protegidos que los que no lo son, donde el mal particular prevalece al bien común... ¡Vaya tropa la casta política! Que el que la critica una vez dentro no quiere salir.

Como la esperanza es, o debe ser, lo último que se pierde, confiemos en que entre la cordura de una vez y podamos seguir estando orgullosos de ser españoles sin que nos avergüencen en el extranjero porque calidez humana, seguimos teniendo.