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Pilar Aznar fue pionera de la microbiología en España y mujer de fe inquebrantable en una época en que la presencia femenina en la ciencia era prácticamente inexistente, ella rompió barreras y dejó huella tanto en el ámbito científico como en el espiritual.
A pesar de su impresionante logro, el nombre de Emily Rosa ha pasado desapercibido para muchos, mientras que la técnica que cuestionó con su experimento continúa circulando en ciertos círculos. No obstante, su hazaña merece ser recordada pues, con apenas nueve años, se convirtió en la persona más joven en publicar un estudio científico en una revista médica de alto prestigio.
Fue reina durante poco más de un mes, pero no necesitó más tiempo para dejar claro que lo suyo no era la obediencia, ni la sumisión, ni el teatro cortesano de las viejas monarquías. María José de Bélgica, católica, culta, con sangre de emperatrices y educación inglesa, llegó al trono italiano como quien entra en una sala llena de pólvora con un cigarro encendido.
Un día, una niña negra de 12 años entró en la casa donde su madre lavaba ropa. Vio una biblioteca. Se acercó. Tomó un libro entre sus manos… y entonces, la hija del dueño la detuvo con una frase que la marcaría para siempre: “Eres negra. Los negros no saben leer”. Aquella frase no la hundió. La encendió. Y cambió el rumbo de su vida.
Ella fue la última princesa del imperio ruso que vivió sus últimos días en Uruguay, Ekaterina (Catalina) Ioánnovna Romanova, descendiente directa de los zares rusos, una de las últimas representantes de la dinastía imperial rusa, vivió una existencia marcada por el exilio, la tragedia y la resiliencia y pasó sus últimos años en el barrio de Carrasco, Montevideo.
Isamay Benavente (directora del Teatro de la Zarzuela), Patricia Horrillo (fundadora de Wikiesfera) y M.ª Luz González Peña (directora del Centro de Documentación y Archivo –CEDOA- de la Sociedad General de Autores y Editores) han presentado en el ambigú del coliseo de la Plazuela de Teresa Berganza, 'Mujeres de Zarzuela' el proyecto de visibilización de las mujeres de la lírica española en Wikipedia.
Que levante la mano quien, al oír el nombre de Zenobia Camprubí, no piense primero en Juan Ramón Jiménez. Exacto. Esa es la condena de muchas mujeres brillantes: vivir a la sombra de un hombre ilustre. Pero Zenobia no era sombra de nadie. Ni siquiera del poeta que acabó ganando un Nobel. Fue una mujer con más arrestos que muchos hombres de su tiempo; y del nuestro.
Aunque en los últimos años se han producido avances importantes en materia de diversidad e inclusión dentro del entorno laboral, los datos reflejan que aún persisten desigualdades estructurales, especialmente en lo que respecta al acceso de las mujeres a posiciones de liderazgo, según se desprende del estudio ‘Compensación e Innovación. Diversidad e inclusión en las empresas españolas 2025’.
Mientras los palestinos de Gaza se hunden cada vez más “en el abismo”, casi 700.000 mujeres y niñas se enfrentan a una “emergencia silenciosa de higiene menstrual”, con graves consecuencias para su salud, protección, dignidad y derechos humanos, han destacado agencias de las Naciones Unidas. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios y el Fondo de Población de las Naciones Unidas calculan que en Gaza se necesitan 10,4 millones de compresas sanitarias al mes.
En los años en que las mujeres en España apenas podían votar y mucho menos soñar con un laboratorio, Felisa Martín Bravo decidió que no le bastaba con enseñar ciencia, quería hacerla. Nació en Donostia, cuando el siglo XX apenas empezaba a levantar la voz. Creció en Amara, estudió con notas brillantes y antes de que los años 20 rugieran del todo, ya se había plantado en Madrid con un objetivo inusual para una mujer de su tiempo: ser física.
Ella Grigsby Williams nació en octubre de 1865, en Cross Hill, Carolina del Sur, en un país que acababa de abolir la esclavitud por decreto, pero no en la práctica. Hija de exesclavos, creció en los márgenes de un mundo que apenas sabía qué hacer con las mujeres negras libres y menos aún con una que acabaría midiendo más de dos metros.
Las mujeres representan ya más de la mitad de la población en España, con casi un millón más que los hombres. Sin embargo, generalmente se sigue viendo la salud integral de las mujeres como un espejo de la de los hombres, sin considerar cómo los distintos factores biológicos y socioculturales y los determinantes sanitarios impactan en sus necesidades de salud.
En el remoto oeste de Nepal, miles de niñas y mujeres son aisladas, discriminadas e incluso mueren simplemente por tener la regla. La tradición del Chhaupadi, aunque prohibida por ley desde 2005, sigue vigente en muchas comunidades rurales: obliga a las mujeres a abandonar sus casas durante la menstruación y a dormir solas en chozas insalubres, sin abrigo ni protección.
La Comisión de Seguimiento y Evaluación de los Acuerdos del Pacto de Estado en materia de Violencia de Género ha visitado el servicio 016 con el objetivo de conocer de cerca el funcionamiento de este recurso clave en la atención a víctimas de violencia contra las mujeres, en activo desde 2007.
El otro día leí lo siguiente: “No pude, no pude callarme, verla con el burka en el ambulatorio me molestó. Ahora siento haberme puesto tan nerviosa, pero fue superior a mí”. No salgo de mi asombro, en pleno siglo XXI, en España, una mujer sentada en la consulta del pediatra, con una niña en su cochecito y con ese trapo horrible... ¡Por Dios! Es denigrante ver la utilización de esa prenda tan horrible.
En el marco del Día Nacional de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (3 de mayo), la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE) y Fundación ONCE han renovado su acuerdo de colaboración para continuar trabajando por la igualdad de oportunidades, el desarrollo profesional y la visibilidad del talento femenino con discapacidad en España.
Marian Diamond desafió la ciencia de su tiempo y demostró que el cerebro puede rejuvenecer, crecer y transformarse si se le da lo que necesita: estímulos, curiosidad y vida. Estudió una muestra del cerebro de Albert Einstein y lo hizo con la mirada de quien sospecha que incluso los genios tienen secretos escondidos entre las neuronas. No era un gesto de irreverencia. Era ciencia de la que hace historia.
En una isla húmeda y cubierta de niebla, donde los clanes se degollaban por un pedazo de tierra y los druidas dictaban la ley al pie de los robles, hubo una mujer que hizo algo distinto, ella no empuñó la espada contra Roma sino que le tendió la mano.
La vida de Isabel de Borbón (1602-1644), reina consorte de Felipe IV, estuvo marcada por la desdicha y el sacrificio, a pesar de haber nacido en el seno de una de las casas reales más poderosas de Europa. Hija de Enrique IV de Francia y María de Médicis, desde muy joven su destino quedó sellado por los intereses dinásticos de su familia.
Tenía apenas catorce años y ya la vida le había servido una copa de hierro. A esa edad —cuando otras soñaban con vestidos de muselina y tertulias— ella dijo que sí. Y se entregó, sin ruido, al moreno de acento peninsular que acababa de llegar a Buenos Aires con la espada envainada y los ojos fijos en una quimera continental. San Martín, lo llamaban. Nadie sabía bien de dónde venía, ni por qué había regresado.
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