Las mujeres representan ya más de la mitad de la población en España, con casi un millón más que los hombres. Sin embargo, generalmente se sigue viendo la salud integral de las mujeres como un espejo de la de los hombres, sin considerar cómo los distintos factores biológicos y socioculturales y los determinantes sanitarios impactan en sus necesidades de salud. Ejemplo de ello son algunos datos de la Encuesta ‘Las Mujeres y la Salud’ —impulsada por Organon con la colaboración de la Universidad de Alicante— como que el 49% de las encuestadas tenía la percepción de que, ante una misma enfermedad o problema de salud, a las mujeres no se les escucha y no se les realiza el mismo esfuerzo para el diagnóstico y para el tratamiento que a los hombres; y que el 58% creía que los profesionales sanitarios no tienen en cuenta lo suficiente su contexto social y familiar durante las consultas.

Otro dato revelador de cómo incluso la forma en que ellas solicitan atención sanitaria es diferente, es que el 75% de las mujeres participantes en la encuesta señaló que acuden al médico solas, cifra que asciende al 82% entre las mujeres de 36 a 65 años. Incluso entre los 66 y los 75 años, el 69% de las mujeres continúa acudiendo solas a las consultas. Por otra parte, el 43% declaró tener personas a su cargo (personas menores, mayores o dependientes), lo que así mismo puede limitar su disponibilidad de tiempo y su capacidad para priorizar su propia salud.
Sobre esta realidad, María Dolores Canela Gómez, directora médica de Organon España, afirma que “en el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, una jornada dedicada a nivel internacional a destacar la importancia de la salud de las mujeres, tenemos que pensar no sólo en cómo nos afectan las enfermedades o se manifiestan los síntomas en nosotras: debemos profundizar en las causas de las diferencias epidemiológicas y clínicas de numerosas patologías, muchas de ellas crónicas e incluso muy incapacitantes, como la migraña. Pero también se debería reflexionar más en por qué la carga de la enfermedad es asimismo diferente en las mujeres debido a su entorno social y familiar. Para poder realmente lograr mejoras en la salud de las mujeres, tenemos que tener una nueva mirada hacia el contexto de cada una, saber si trabajan, si concilian o si tienen personas dependientes a su cargo, y cómo esto afecta a su salud y a sus posibilidades de cuidarse”.
Una nueva mirada a la salud integral de las mujeres en todas las etapas
A este respecto, otra de las conclusiones más destacadas de la Encuesta es que el 50% de las mujeres suele esperar a tener síntomas graves para acudir al médico. Y aunque las causas para este comportamiento puedan ser muchas, algunos datos vistos con perspectiva ayudan a entender el contexto. Según cifras del Ministerio de Igualdad, las mujeres asumen, en mayor medida que los hombres, las responsabilidades cotidianas del cuidado de personas dependientes, además de las tareas del hogar. Se trata de una carga que incluso puede repercutir en el ámbito profesional. De hecho, según las estadísticas, el 89% de las excedencias por cuidado de hijos e hijas, así como de otros familiares (75%), fueron solicitadas por ellas.
“Todo lo que rodea a las mujeres afecta a su salud. Las mujeres necesitan ser conscientes de que su salud es importante, pues de ellas también depende la salud de las personas que tienen más cerca, e influyen en la salud de toda la sociedad, y cuidarlas, cuidarnos, es tarea de todos. La buena noticia es que los resultados son directos: en la Encuesta de la Salud de las Mujeres también hemos visto que la conciliación es una de las principales herramientas de que disponemos para mejorar la autopercepción de salud de las mujeres”, explica María Dolores Canela, en referencia a que, en la encuesta, el 72% de las mujeres que conciliaban afirmaron sentir que su estado de salud era bueno o muy bueno, frente al 65% que declaró lo mismo en el grupo de las que no conciliaban.
Como destaca el lema de la celebración internacional que tiene lugar anualmente el 28 de mayo, para poder mejorar la salud de las mujeres y promover su bienestar físico, mental y social a lo largo de todas las etapas de su vida, es necesario impulsar una nueva mirada a sus necesidades. Y es un objetivo para el que se necesita más investigación, mayor formación y la colaboración de todos, profesionales sanitarios, expertos en Salud Pública, autoridades sanitarias, la industria farmacéutica y las propias mujeres.
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