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Manuel Montes Cleries
Manuel Montes Cleries, 25-7-1945. Licenciado en Comunicación Audiovisual y Doctor en Periodismo por la Universidad de Málaga, Casado, 8 hijos 16 nietos, columnista de buenas noticias. Jubilado, colaborador emérito de Onda Azul radio y televisión, en la que dirige y presenta dos programas semanales, uno de radio y otro de televisión bajo el título de 'La Málaga solidaria'. |
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Era un lugar terrorífico por el que temían pasar los exploradores de la incipiente edad moderna. Fue descubierto a finales del siglo XV por el navegante portugués Bartolomeu Díaz buscando un paso hacia el Índico. ¿A qué viene ese recuerdo histórico-geográfico? Sencillamente porque viene a tu memoria cuando transitas por esa especie de 'Paso de las Tormentas' de nuestra singladura vital.
Discernimiento es “la acción y el efecto de discernir”. Es decir aplicar la clarividencia, el juicio o la sensatez ante una disyuntiva. En romance paladino: hacer uso del sentido común. Justo lo contrario de lo que pretende la mayoría de los seres humanos. Que piensen y decidan por ellos. Sin mojarse lo más mínimo.
No importa el idioma que se utilice. Madre, mamá, “máma”, mater, mather… Es lo mismo. Todo el mundo lo entiende y lo siente. Estas palabras, musitadas en cualquier parte del mundo, recogen el sentimiento materno-filial que persiste en todas las culturas a lo largo de los tiempos.
Entre las múltiples experiencias que he vivido a lo largo de mi vida destacan las tres semanas que permanecí embarcado, allá por los ochenta, en el Ramiro Pérez, un barco mercante en el que realicé el viaje Sevilla-Barcelona-Tenerife-Sevilla enrolado como un tripulante más.
Mientras termino de cenar en mi terraza, inevitablemente tengo que mirar hacia el mar. De pronto surge desde levante un hermoso disco dorado de colores suaves y una belleza que se refleja en las olas. Poéticamente diríamos que la luz lunar riela sobre las aguas.
El verano es un tiempo propicio para la conversación. Las largas sobremesas permiten los encuentros sin prisas, que permiten ejercer el casi desconocido placer de escuchar. Nada que ver con los gallineros tertulianos televisivos.
Así nos encontramos los españolitos de a pie. Una de las dos Españas nos helará el corazón. No puedo estar más de acuerdo con Machado. A las pruebas me remito. Nos encontramos constantemente con una imposición llegada desde arriba que te “invita” amablemente a tomar partido.
Cada mañana, a primera hora, puedo observar cómo un tractor se ocupa de limpiar las playas de mi paraíso particular a fin de dejarlas tersas e impolutas. Coincide su paso por mis “dominios” con la caminata matutina que aprovecho para pensar. Su presencia y actividad, me da ideas que me invitan a imitarle. Me inspiran para intentar realizar en mi mente una labor similar a la que el tractor efectúa cada jornada.
Mi buena noticia de hoy me hace recuperar mi actual pobre opinión sobre el ser humano. El hecho no tiene nada que ver con la película del mismo título del 1939. Me viene inspirada por un acto, poco común, que pude presenciar anoche en un programa de televisión. Me refiero al veterano “Tierra de talento” de Canal Sur. Un “talent show” al que acuden artistas novatos o muy veteranos, buscando la gloria, el reconocimiento, la promoción y, por qué no, algún contrato.
A lo largo de mi infancia viví en una calle malagueña con ciertas pretensiones de vía principal. Por la parte de atrás, lindaba con la zona más típica del Perchel repleta de corralones. El lenguaje que provenía de sus dimes y diretes habituales era de lo más “florido y versallesco”.
Esta expresión cada vez se usa menos. No te dan casi nada “de balde”. Para colmo, demasiado a menudo recibimos “regalos engañosos” a través de las redes. O te han elegido entre miles de usuarios para regalarte un cortacésped, o tu nombre ha salido milagrosamente en una lista para recibir un jamón de pata negra por 10 euros. Te prometen extraordinarios regalos que acaban costándote un ojo de la cara.
Hay un dicho popular que sentencia: “En todos los trabajos se fuma”. Como tantos otros dichos del acervo popular, esta frase ha caído obviamente en desuso en nuestros días. Muy pocas personas fuman y mucho menos en el trabajo. (Salvo que ejerzas un oficio que está muy de moda actualmente, dada su presencia en todos los telediarios). La sentencia que recordamos se refería a la necesidad de tener unos espacios de descanso a lo largo de la jornada.
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