Esta expresión cada vez se usa menos. No te dan casi nada “de balde”. Para colmo, demasiado a menudo recibimos “regalos engañosos” a través de las redes. O te han elegido entre miles de usuarios para regalarte un cortacésped, o tu nombre ha salido milagrosamente en una lista para recibir un jamón de pata negra por 10 euros. Te prometen extraordinarios regalos que acaban costándote un ojo de la cara.
Las cosas que se reciben de balde tienen mala prensa. Además, al ser gratuitas, están al alcance del común de los mortales, lo que el poseerlas te impide ser superior a los demás. Dejas de ser “especial”.
La buena noticia de hoy me la he topado apenas he salido de mi casa. Me he encontrado con un sol radiante, una temperatura agradable, una playa limpia y un mar, ¡ay, que mar!, limpio, calido y transparente, sin una sola olilla, pocos usuarios y una constante invitación a sumergirte en sus aguas. Todo ello de balde.
Nuestro buen Dios nos da, a aquellos que habitamos en este paraíso de la costa malagueña, una serie de oportunidades de vivir al mismo nivel que aquellos que navegan en un fabuloso crucero, o visitan islas paradisíacas, a miles de kilómetros, que les ofrecen los mismos servicios que tenemos aquí, pero a unos precios prohibitivos.
Así que aprovechemos; cervecita, bocadillo y gorra. Poco más se necesita para ser feliz de balde. “El verano entero al alcance de todos los españoles”.
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