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Los españoles pasan una media de 1.760 horas al año en el trabajo. Ir a trabajar forma parte de la rutina diaria de millones de personas, pero la productividad depende en gran medida del entorno profesional y del ambiente en el que se desenvuelven los trabajadores, que en ocasiones repercute en su bienestar y va más allá de la jornada laboral.
En nuestro cuadro de mando parpadea la luz roja que avisa que algo no funciona bien en nosotros. Hoy, con el ateísmo imperante, cuando parpadea la luz roja nos damos prisa para acudir al sicólogo o al siquiatra para que nos haga un chequeo y nos recete la “pastilla de la felicidad” que haga desaparecer el dolor emocional que nos impide dormir bien.
El estrés y la ansiedad se han convertido en compañeros habituales de nuestra rutina diaria, y la búsqueda de estrategias que promuevan el bienestar se ha vuelto esencial. La interconexión entre el bienestar físico y mental no es un descubrimiento reciente; sin embargo, su relevancia cobra mayor fuerza en nuestros días. Estudios científicos de todo el mundo han demostrado cómo la práctica regular de actividad física contribuye a mejorar nuestra salud mental.
“Reafirmar y promover la plena realización de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de las personas con hiperactividad, ansiedad, autismo, trastorno bipolar o de conducta, en igualdad de condiciones con los demás, aparte de ser algo justo para hacer realidad el sueño de una sociedad inclusiva, nos insta a comprendernos en la diversidad y a extender el abrazo, que es lo que en realidad nos lleva a una vida plena y gratificante”.
La esquizofrenia es una enfermedad mental compleja que afecta a alrededor del 1% de la población mundial y entre un 20 y un 50% de los pacientes no responden a los antipsicóticos tradicionales, lo que se conoce como esquizofrenia resistente al tratamiento. "Esto supone un gran desafío, ya que conlleva un peor pronóstico y una mayor carga de la enfermedad", explica Roberto Agís, del grupo ITEN del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago.
Actualmente, uno de los temas más importantes es la salud mental, ya que la población mundial cada vez está más interesada en conocer las causas que generan tantas enfermedades mentales hoy en día. La salud mental consiste en ser un estado donde el bienestar mental permita que un individuo pueda hacer frente a situaciones de estrés de la cotidianidad, logrando así un mayor desarrollo en todas las áreas de la vida.
Según la Real Academia Española, la palabra estigma proviene del latín, sigma: marca o señal. En medicina el término estigma se ha empleado para indicar que ciertos diagnósticos, despiertan prejuicios contra las personas que los padecen.
La salud mental y emocional en el ámbito laboral se ha convertido en un pilar esencial para el éxito sostenible de cualquier organización, independientemente de su tamaño. La ansiedad, el estrés y la depresión, entre otros, son desafíos que no se pueden eludir en una era donde el bienestar de los empleados es clave para la productividad y la retención del talento.
Cuando nos referimos a los deportistas, tendemos a pensar en el dinero que tienen, en la gratificación de convertir el deporte en un trabajo o en sus vidas lujosas. Sin embargo, rara vez reflexionamos sobre la presión constante que enfrentan a diario. En este sentido, según un estudio de investigación elaborado por un conjunto de investigadores a nivel mundial, entre el 19% y el 34% de los deportistas en activo muestran síntomas propios de trastornos de salud mental.
La salud mental es un aspecto esencial tanto para el bienestar general de las personas como para hacer frente a los diversos problemas que pueden surgir en el día a día. Uno de los problemas actuales a los que se enfrentan algunas personas es el rechazo o el miedo a buscar ayuda de psicólogos debido al estigma que se asocia a la salud mental en algunos países o en algunos círculos sociales.
La depresión infantil es, en la actualidad, una de las enfermedades más comunes entre niños y adolescentes, ya que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente un 3% de los mismos sufre depresión, presentando en muchas ocasiones síntomas similares a los de los adultos.
La salud mental es un tema que cada vez está más en auge, y esto es una gran noticia. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer en este asunto tan crucial, y sobre todo la sociedad debe sentar unas bases claras acerca de cuáles son las principales afecciones sobre salud mental.
En 2023, España sumó 44.000 nuevos casos de depresión resistente, sin embargo, la salud mental en nuestro país continúa sin contar con el número adecuado de profesionales: seis psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, frente a los 18 que tienen, como media, el resto de países europeos, nos deja con unas plantillas deficitarias que imposibilitan ofrecer una atención adecuada a los pacientes, que precisan de terapias individuales para mejorar su enfermedad.
Hablar de salud mental está de moda. Las redes sociales y los medios han impulsado desde que comenzara la pandemia la transparencia y visibilidad de los problemas de salud mental. Y es que no se trata de un problema menos, ya que, según un estudio, hasta un 40% de los españoles cuenta con problemas de salud mental, y casi el 15% ha tenido ideas o intentos suicidas.
Según la Organización Mundial de la Salud, la salud mental es un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.
La Fundación San Pablo CEU ha llevado a cabo una mesa redonda denominada “Niños y pantallas, ¿qué estamos haciendo?”, en la que se han abordado diferentes cuestiones relacionadas con el correcto uso de la tecnología, prevención de la adicción y herramientas necesarias para evitar un uso irresponsable de la misma.
La procrastinación es un desafío común que afecta a individuos de todas las edades y profesiones en un mundo caracterizado por la constante demanda de productividad y eficiencia. Aun así, en la mayoría de los casos la cronicidad de esta práctica no se trata de desgana ni de desorden, sino de una falta de gestión de las emociones.
Sin duda nos encontramos ante una obra de referencia en el ámbito de la psicología, no obstante, a pesar de haberse escrito en 1995, ha sido tanta la repercusión en la sociedad, no solo en la americana sino también en la del resto del mundo que, hoy en día, en pleno siglo XXI, sus contenidos son plenamente vigentes y aplicables a nuestra sociedad actual.
El mecanismo de diagnóstico y evaluación de la depresión, y de trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, se basa en una serie de test subjetivos que evalúan la sintomatología de los pacientes. Para lograr un diagnóstico preciso, el grupo de Investigación Traslacional en Enfermedades Neurológicas del IDIS publica un trabajo con los posibles biomarcadores que permitan cercar el diagnóstico de los pacientes y ofrecer un tratamiento eficaz.
El suicidio es una plaga que afecta a personas de todo tipo, en todo el mundo, que causa un impacto profundo en las personas que rodean al que ha padecido esta desgracia. En los países de Occidente, va aumentando el número de suicidios, y es ya una de las principales causas de muerte.
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