La depresión no se manifiesta de una sola manera. Es una condición compleja que afecta a la persona en múltiples dimensiones: emocional, cognitiva, conductual y física. Reconocer sus distintos síntomas es clave para comprender el alcance del trastorno y dar los primeros pasos hacia una intervención adecuada.

Síntomas emocionales
<< Tristeza persistente y profunda: La persona puede sentirse triste o vacía de forma constante. Esta tristeza no se alivia con actividades placenteras y puede volverse insoportable. << Culpa, inutilidad o desesperanza: Aparece una crítica interna continua, un enfoque en errores del pasado y una sensación de no tener valor. La "diselpidia" se refiere a la incapacidad de imaginar un futuro esperanzador. << Irritabilidad o bajo tono emocional: En algunos casos, la depresión se manifiesta como irritabilidad, impaciencia o una sensación de "estar apagado emocionalmente".
Síntomas cognitivos
<< Pensamientos negativos y pesimismo: La persona anticipa lo peor, se ve a sí misma de forma negativa y pierde confianza en el futuro. << Distorsiones cognitivas: Filtrado: centrarse sólo en lo negativo. Pensamiento polarizado: todo es éxito o fracaso. Generalización excesiva: un error se convierte en una regla. Saltar a conclusiones: suposiciones sin pruebas (leer la mente, predecir el futuro). "Deberías" inflexibles: exigencias irreales que generan culpa y frustración. << Dificultades cognitivas: Problemas para concentrarse, tomar decisiones y recordar información. << Rumiación: Pensamientos negativos repetitivos como "Nada de lo que hago tiene sentido", que se convierten en bucles que alimentan la tristeza y la parálisis.
Síntomas conductuales
<< Inactividad y parálisis de la voluntad: La persona puede sentirse incapaz de actuar, incluso en tareas cotidianas simples. Permanecer en la cama o en el sofá por horas es común. << Aislamiento social: Se evita el contacto con otras personas, se dejan de lado las amistades, y hay una tendencia al retraimiento.
Síntomas físicos
<< Alteraciones del sueño: El insomnio es frecuente, y en algunos casos la persona duerme muy pocas horas por noche. También puede haber hipersomnia (dormir en exceso). << Fatiga y cambios somáticos: Pueden presentarse dolores sin causa aparente, trastornos gastrointestinales, cambios en el apetito, temblores, mareos, o sensación de pesadez corporal.
Todos estos síntomas interactúan entre sí, reforzándose mutuamente. Los pensamientos negativos generan emociones dolorosas, que a su vez llevan a conductas de evitación o inacción, y éstas alimentan más los pensamientos negativos. Este círculo vicioso puede parecer imposible de romper, pero también funciona al revés: cambiar un pensamiento, una acción o una pequeña elección puede tener un efecto en cadena positivo.
Reconocer estos síntomas y su dinámica es el primer paso para buscar ayuda profesional y comenzar el camino hacia la recuperación.
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