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La paradoja o aporía sería "una idea, hecho o proposición que contradice la lógica o infringe el sentido común" y la más conocida sería la paradoja de Zenón de Elea, conocida como "Aquiles y la tortuga" La tesis central de dicha aporía sería que "Aquiles puede correr más rápido de lo que avanza la tortuga pero no puede atraparla, porque cuando llega al punto en el que ella estaba antes, ya se ha movido".
La geopolítica, los aterrizajes forzosos, la caída de la confianza del consumidor y el “ajuste de cinturón” de las empresas podrían formar parte del panorama de inversión en 2024. Este fue el mensaje del Foro de Renta Fija de Federated Hermes celebrado en Londres el pasado14 de noviembre.
Después de que los talibanes regresaron al poder en Afganistán, la percepción general fue que Pakistán ahora ha alcanzado su profundidad estratégica con mayor facilidad. Muchos incluso llamaron a Pakistán el dueño indiscutible de Afganistán después de Estados Unidos.
El concepto de un mundo basado en reglas en realidad es una simulación destinada a crear precisamente todo lo contrario, es decir, un mundo sin reglas ajenas que lo limiten. Todo poder hegemónico llega a un punto en el cual pierde el sentido de la proporción, y la soberbia deriva en despropósito.
A los riesgos que ya existían desde el punto de vista macroeconómico, como los tipos de interés, la inflación o la tensión en las curvas de deuda, se ha añadido el recrudecimiento de los riesgos geopolíticos con el conflicto en Oriente Medio. Esta crisis, en particular, ha tenido un impacto evidente en los mercados de renta variable, que han experimentado un incremento de la volatilidad.
¿Por qué la región y la extra región están sumidas en un pesimismo mental, tratando de jugar al juego de la seguridad en el ámbito de Afganistán? Esta pregunta sólo puede responderse mediante la teoría del misterio de la seguridad. Esto se debe, básicamente, a que la lógica que rige el enfoque regional y extra regional en la fase pos-estadounidense en Afganistán es el neorrealismo, el neorrealismo ofensivo y el neorrealismo defensivo se cruzan en la misma dirección.
El sorpresivo ataque de Hamás lanzado contra Israel el 7 de octubre ocurrió casi exactamente 50 años después del inicio de la Guerra del Yom Kippur, cuando Egipto y Siria atacaron a Israel. Las raíces de este conflicto se remontan profundamente, al menos hasta la creación del estado de Israel en 1948. La historia muestra claramente que no hay soluciones fáciles ni victorias rápidas (ya sea militar o políticamente) en lo que respecta al conflicto israelí-palestino.
Hemos vivido décadas flotando sobre una política aparentemente estática. Flotando en el sentido de que no tocábamos el suelo de la realidad (deuda mundial que se multiplica por horas, guerras). La brújula del pensamiento sólo marcaba dos direcciones, izquierda y derecha, sin atender a otras coordenadas.
Mientras las tormentas del verano pueden haber pasado, las nubes aún se ciernen y el camino que tenemos por delante no está del todo claro. ¿Realmente ha alcanzado su punto máximo la inflación o fue la lectura del IPP de EE.UU. para septiembre una señal preocupante de que otra oleada se avecina?
Se afirma que la geopolítica es amoral, e incluso inmoral. Se presenta esta característica como un fatalismo por el cual es imposible que intervengan en ella elementos como la conciencia o la ética. Pero siendo esto cierto, no es una regla de acero. Cualquier definición extrema es siempre inexacta.
El mes de junio se ha despedido dejando un panorama mundial dominado cada vez más por intereses geopolíticos que obligan a los gobiernos de América Latina a diversos grados de alineamiento o inserción internacional, con el telón de fondo de una renovada Guerra Fría que transcurre a la grupa de la crisis del multilateralismo.
Dice un conocido aforismo que se presume de lo que se adolece, y el secretario Blinken lo confirmó en Pekín, donde se reunió con los líderes chinos esbozando una nerviosa sonrisa ante sus impasibles antagonistas en la geopolítica mundial.
La República Islámica de Irán, cuyas fronteras orientales siempre han sido testigos de conflictos y un sistema inestable, ha estado en el punto de inflexión de la atención estratégica. Desde el período de la Yihad, el gobierno de los muyahidin, el período de la primera resistencia, la república bajo el apoyo de los EEUU y recientemente el dominio del grupo talibán, la política de Irán contra Afganistán ha sido tranquila y contradictoria, con una estrategia pragmática.
Seguramente, la palabra libertad es la más invocada en el mundo. Más que la palabra justicia. Y tenemos la convicción de que es la más adulterada (para que no sea ella misma). De entrada, se la enfrenta con la palabra igualdad y se le aplica, si no un trabalenguas, sí un trabaideas: a más igualdad, menos libertad.
La Organización de Cooperación de Shangái (OCS), fue fundada en 2001 por los Cinco de Shanghai (China, Rusia, Kazajistán, Kirgistán, Tajikistán) a los que se agregaron posteriormente Uzbekistán, India y Pakistán sería junto con los países del ALBA e Irán el núcleo duro de la resistencia a la hegemonía mundial de Estados Unidos y Gran Bretaña.
Decía un político que para tartamudear más valía “mudear”. Eso le está ocurriendo a España en muchos aspectos de su política internacional, de la que no escapa la relacionada con Iberoamérica. Queremos estar, pero nos fallan los impulsos cuando hay que tomar medidas comprometidas. Es fácil repetir que hay que potenciar la comunidad iberoamericana. Lo que ya no es tan fácil es aclarar qué se entiende por potenciar.
El siglo XXI pasará a la Historia bajo el epígrafe de "siglo de las crisis", al concatenarse la crisis económica del 2008, la crisis sanitaria del COVID, la crisis geopolítica con el retorno a la Guerra Fría y la irrupción del Nuevo Orden Multipolar o G-3 en la cogobernanza mundial y la crisis energética con precios estratosféricos del gas, electricidad e hidrocarburos.
Actualmente una Europa envejecida agoniza geopolíticamente y económicamente siendo la cuna de un obituario con fecha predeterminada. No lo deseo, nada más lejos. Es una realidad que no se puede esconder ni disimular.
Se espera que el 2023 sea el año en el que se alcance la plena recuperación global y el final de la pandemia. Con esta expectativa y asumiendo que vivimos en una época dominada por la incertidumbre caracterizada por la sucesión de eventos impredecibles, Grupo Caminos, a través de su gestora Gestifonsa enumera por orden de importancia cuales pueden ser las claves económicas que marcarán el nuevo año.
Hace unos días, Enric Juliana -con su habitual sabiduría- plateaba que “en el actual cuadro internacional, la Iberosfera cobra sentido, pero un sentido distinto al imaginado por la extrema derecha española” porque “la extensa Iberoamérica multiplica su valor como proveedora de alimentos y materias primas, como potencial destino de inversiones, como retaguardia de las graves tensiones que tienen lugar en la gran plataforma continental euroasiática..."
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