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Está claro que el presidente norteamericano no sabe quién es Barbapapá, y, si lo supiera, al ser francés, le gravaría un 20%, menudo es él. Ahí está, como si no tuviera suficiente con las reacciones en medio mundo a sus caprichosos desvaríos, calentando el ambiente en su propio país, apropiándose de leyes obsoletas para justificar lo injustificable. Aunque ya no nos debería sorprender, dado el historial de estruendo que atesora. Y no es el único.
Aunque toda la atención parece quedarse en las decisiones arbitrarias de Trump -no solamente contra los demás países y pueblos del mundo sino también contra el pueblo estadounidense- debemos ser conscientes de que los ataques histéricos de la Casa Blanca son la expresión concentrada -contra el resto del planeta- y descarnada -a cuchilladas entre sus dos fracciones- de la histérica burguesía monopolista de Estados Unidos ante su ocaso como superpotencia.
Todos los mortales que gozamos de una pizca de conciencia hemos sido testigos, en los últimos años, de un cambio político significativo a nivel global, un viraje poco pronunciado que nos invita a la reflexión profunda sobre las ideologías que compiten por el dominio del espacio público.
El presidente Donald Trump emitió el miércoles una amplia prohibición de ingreso a Estados Unidos y profundizó así una de las políticas más controvertidas de su primer mandato, la restricción de entrada al país de ciudadanos provenientes de siete países de mayoría musulmana.
Los medios de comunicación de todo el mundo llevan meses informando de los recortes de Elon Musk en Estados Unidos ejecutados con incesantes soflamas contra el Estado y el despilfarro con que gasta el dinero público. Ahora se pelea con su jefe, el presidente Trump, porque dice que su ley presupuestaria va a producir más déficit y deuda, y este último lo amenaza con quitarle los miles de millones de dólares que recibe del gobierno.
La inmigración es un fenómeno complejo que responde a múltiples factores, desde conflictos armados hasta crisis económicas. En la actualidad, las políticas migratorias, como las impulsadas por Donald Trump, generan debates sobre su eficacia y consecuencias diversas. Además, países como España enfrentan desafíos demográficos que podrían beneficiarse de una inmigración regulada.
Para cualquier persona relacionada o interesada con el mundo universitario, Harvard es como una especie de diosa del Olimpo. Es la universidad más antigua de Estados Unidos y está habitualmente entre las cinco mejores del mundo y la primera en algunos ranking. Con diferencia, es la más rica.
Acaso estemos inmersos de nuevo, no voy a entrar en detalles, que dejo a discreción de cada cual, en tiempo de pogromos, entendidos en sentido amplio y transversal, aunque aseguró Carlos Marx que la historia sucede una vez como tragedia y solo se repite como farsa.
Los economistas de todo el mundo, los políticos e incluso la gente normal que analiza lo que está ocurriendo en Estados Unidos, desde que Donald Trump asumió como presidente para su segundo mandato, están doblemente divididos. Por un lado, discuten si lo que está haciendo el mandatario es una locura sin fundamento o si, por el contrario, responde a alguna estrategia inteligente o profunda.
Desde la excepcionalidad al aumento de la incertidumbre, la trayectoria de la economía estadounidense ha empeorado desde el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca. Los tiras y aflojas de Trump con los aranceles y los vaivenes geopolíticos han hecho que sus políticas sean impredecibles.
Más tributos al imperio, más gasto militar y puertas abiertas al capital estadounidense. Esta es la triada que constituye los planes de Estados Unidos para nuestro país. Y ante ello, los núcleos principales de la oligarquía española acatan la dictadura mundial de Trump, con el mezquino objetivo antipatriota de sumisión para seguir obteniendo beneficios.
La deriva autoritaria en Estados Unidos se aceleró el 9 de mayo cuando el Gobierno de Trump arrestó a otro funcionario elegido por el voto popular. Ras Baraka, el alcalde de Newark, la ciudad más grande del estado de Nueva Jersey, estaba acompañando a una delegación del Congreso estadounidense que iba a inspeccionar una prisión privada, donde funciona un centro de detención del Servicio de Inmigración de Estados Unidos.
El euríbor ha repuntado con fuerza desde el pasado viernes y a lo largo de esta semana, subiendo más de 15 puntos básicos y situándose en 2,161% a fecha del 15 de mayo. Este repunte ha coincidido con un rebaja del número de recortes descontados por los mercados de los tipos de interés a nivel global, ante el acuerdo comercial anunciado este lunes por China y Estados Unidos.
El expresidente de Estados Unidos, James Earl Carter Junior, -más conocido como Jimmy Carter, y fallecido el pasado 29 de diciembre- envío una carta al presidente Trump -el 21 de abril de 2020, durante su primer mandato, en plena explosión de la pandemia- que nos da una luminosa perspectiva anómala sobre los oscuros tiempos convulsos que vivimos en el mundo, en Europa y en España.
El Primero de Mayo es desde hace mucho tiempo una jornada de protesta en Estados Unidos, y este año no ha sido la excepción. En todo el país se han celebrado manifestaciones para protestar contra el presidente Donald Trump y sus ataques hacia el sistema de seguridad social, los inmigrantes, las personas de color y la comunidad LGBTQ, entre otros.
El anuncio de la imposición de nuevos aranceles por parte de la Administración norteamericana, así como la decisión posterior de retrasarlos, ha arrojado un alto nivel de incertidumbre en la economía global con mayor impacto en algunas áreas de actividad. Un reciente estudio de Crédito y Caución analiza la evolución de los sectores más expuestos a los efectos de la guerra comercial así como la respuesta empresarial para hacer frente a la misma.
Los historiadores no dan visos de realidad a este hecho. Le consideran como una leyenda popular engordada por su aparición en la “Historia de España” de Alfonso X el Sabio. Sea verdad o no, esta epopeya se ha mantenido en el acervo popular a lo largo de los siglos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, odia a la prensa quizás tanto como la ama. Desde su incursión en la política electoral, en 2015, su afán por figurar en los titulares ha chocado con el periodismo crítico, que le exige rendir cuentas. Es por ello que el mandatario estadounidense ha calificado a la prensa como “enemiga del pueblo”, ha dirigido insultos a los periodistas y ha llegado incluso a incitar actos de violencia contra ellos.
En el ajedrez económico global de 2025, una jugada inesperada ha modificado el tablero: la administración Trump, tras endurecer su postura contra China con una agresiva ola de aranceles, ha comenzado a retroceder. Lo que inició como una ofensiva sin cuartel en nombre del proteccionismo industrial y la hegemonía tecnológica, se está transformando en una fase de contención táctica, ante la evidencia de que los daños colaterales superan los beneficios inmediatos.
El 15 de abril es la fecha límite para presentar la declaración de impuestos en Estados Unidos, el día en el que la mayoría de los estadounidenses, excepto los más ricos, pagan la parte de los impuestos que les corresponde para financiar al Gobierno federal. Esto incluye tres pilares clave de la red de seguridad social del país: Medicare, Medicaid y el programa nacional de Seguro Social.
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