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El periodista Donat Puitx entrevista a Paco Ibañez, cantautor para preguntarle: “¿Cómo ve el mundo? Se lo pregunto pensando en cosas como el aumento de la extrema derecha por todas partes". La respuesta que da el cantante es muy acusadora.
La maldad, en esencia es la ausencia del bien. Antes de la creación del mundo visible Dios creó a los ángeles. En un momento por nosotros desconocido, algunos de los ángeles acaudillados por Lucifer, que deseaba sentarse en el trono de Dios, se sublevaron contra la autoridad de Creador (Isaías 14: 11-13).
¿Quién es el responsable de la educación espiritual de los hijos? Lo lógico es que lo sean los padres. Debido a la degradación que se ha producido en ese campo, los padres delegan en la escuela la educación integral de sus hijos. ¿Es correcto este traspaso de poderes? La Biblia afirma taxativamente que la enseñanza espiritual de los hijos recae exclusivamente en los padres.
El autor de “De tóxicos” comienza así su escrito: “¿Qué hacemos con los que dan buenos resultados, pero son malas personas? Cumplen sus objetivos a veces con creces pero a veces derraman su sinceridad de manera interesada. Siembran agravios comparativos. Se rodean de víctimas propicias a su verborrea que rezuma superioridad moral. ¿Qué hacemos con los tóxicos que dan resultados?”.
“La representación de la escena del calvario en el arte contiene no solo una imagen del Crucificado, sino que nos evoca las palabras que Jesús dijo a su madre antes de morir: “Mujer aquí tienes a tu hijo” y después dirigiéndose a Juan le dijo: “Aquí tienes a tu madre” (Juan 19: 26, 27).
El arzobispo escribe: “Recuerda como el tiempo de Cuaresma no deja de ser un peregrinaje anual en la fe y en la esperanza, para que preparemos los corazones y nos abramos a la gracia de Dios, para poder celebrar la Pascua, centro de la fe cristiana y garantía de nuestra esperanza.
Cuando pienso Señor en tu grandeza y en tu bondad, profunda y sosegada, mi corazón entona una balada que transforma el furor en sutileza.
Estamos en vísperas de celebrar la festividad de San Rafael Arnaiz Barón, “Hermano Rafael” (26 de abril). En el momento de su canonización, el Papa dijo de él que era “el místico del siglo XX”; ejemplo para la juventud, por su alegría, por su normalidad, por su amor a los valores que su fe le regaló.
La noticia ha conmocionado al mundo: el Papa Francisco ha fallecido. Tras 12 años al frente de la Iglesia Católica, su partida no solo marca el fin de un pontificado singular, sino que deja una pregunta abierta y profunda: ¿qué frutos dio su misión? Porque Francisco no fue un Papa más. Fue un pastor que, con gestos simples y palabras directas, quiso poner al Evangelio en un lugar central. Un pontífice que incomodó a muchos, pero también despertó conciencias dormidas.
Hoy todos los católicos del mundo lloran porque el Papa humilde, el Papa de los pobres, el Papa sin alharacas ha fallecido. Contemplando este hecho desde el plano humano, pegados a la tierra, ciertamente es una pérdida irremediable e insustituible.
El Papa Francisco se fue rodeado de las tres personas de las que siempre fue mensajero: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Hoy, todos, miramos al cielo y la duda, que siempre acompaña al hombre, suaviza las críticas y realza las cosas buenas.
La muerte de Jesús en la cruz, lejos de representar una derrota, dio paso a una afirmación radical: la vida no termina con la muerte. En los relatos cristianos, su resurrección se convierte en el fundamento de una esperanza que sigue conmoviendo a millones de personas dos mil años después.
“Amados no creáis a todo espíritu, sino probad si los espíritus son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4: 8). Del corazón humano no regenerado por la sangre de Jesús salen las herejías que a lo largo de la historia han mancillado a la Iglesia del Señor. La iglesia apostólica que fue la más esplendorosa de todos los tiempos no estuvo inmune a las herejías.
Durante este Martes Santo, la liturgia cristiana recuerda los discursos y las enseñanzas de Jesús en el templo de Jerusalén. Este día, tal como lo presenta el Evangelio según San Mateo (capítulos 23 al 25), está marcado por la controversia con los fariseos y doctores de la ley, la denuncia de la hipocresía religiosa, y la proclamación de parábolas que invitan a la vigilancia, la fidelidad y la responsabilidad en la espera del Reino.
Hoy quiero invitarlos a profundizar sobre el Lunes Santo, que representa un momento de ruptura y confrontación: a diferencia del entusiasmo expuesto en el Domingo de Ramos, donde Jesús es aclamado por las multitudes, el lunes se tornó más tenso, porque Jesús entra en el Templo y, al encontrarlo convertido en un mercado, vuelca las mesas de los cambistas y expulsa a quienes comercializaban allí.
La historia termina con la intervención de Hera, esposa de Júpiter, que logra una avenencia entre los dos, por la que Pserséfone, permanecería seis meses en el Hades (son los del otoño e invierno) y otros seis con su madre en la tierra (primavera y verano), cuya vuelta se celebra con la eclosión de la primavera que los antiguos exaltaban con grandes fiestas en las que no era extraño el desenfreno a extremos inimaginables por la alegría de que los árboles, y plantes brotaban y se vislumbraban buenas cosechas.
“Más allá de cómo se reaccione o se deje de hacerlo, en todas las circunstancias, los expertos están de acuerdo en la necesidad de conseguir una buena dosis de paciencia para no sucumbir en los arranques de ira o de rabia que pueden provocar estas situaciones. Hasta aquí nada que objetar, salvo que no es tan fácil adquirir esta paciencia. ¿Cómo se consigue ser paciente?” (Jordi Jarque).
En esta primera entrega de reflexiones en torno a los símbolos cruciales de la Pascua, queremos invitarlos a analizar el significado filosófico y teológico de la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén. El domingo de Pascua irrumpe en la historia como la culminación de un drama que se gestó en el corazón de un Israel expectante, marcado por profundas tradiciones y anhelos de liberación.
Quien crea que el Día de San Patricio es sólo una excusa para empinar el codo con cerveza verde y ondear tréboles como si fueran banderas, no ha entendido absolutamente nada, ni de la historia, ni del personaje; y, mucho menos del lugar, porque Irlanda, en tiempos del joven Patricio, era cualquier cosa menos un cuento de hadas con gaitas y duendes.
El sin sentido en el ser humano lo ilustra una anécdota en la vida de Thomas Henry Huxley, discípulo destacado de Darwin. Huxley tenía prisa en coger el tren que le llevaría a la ciudad en la que tenía que dar una conferencia divulgadora de la filosofía evolucionista. En la recepción del hotel en que pernoctó dio al recepcionista el encargo que avisara a un taxista, tenía prisa, era urgente.
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