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Gabriel Muñoz Cascos
Nacido en Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba) en 1935. Perito Mercantil por la Escuela Profesional de Comercio de Sevilla en 1954. Profesor Mercantil por la Escuela Profesional de Comercio de Sevilla en 1955. Licenciado en Derecho por la Universidad Europea de Madriden 2009. Ejerció como ejecutivo, asesor de empresas y auditor de cuentas. Ex colegiado del Colegio de Abogados de Córdoba. Ex miembro del Registro Oficial de Auditores de Cuentas de España. Ex miembro del Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España Colegiado del Colegio de Economistas de Córdoba. En posesión de la insignia de oro del Colegio de Economistas de Córdoba, otorgada por la Junta de Gobierno de ese Ilustre colegio el día 4 de diciembre de 2019. Presidente de Honor Vitalicio del Ilustre Colegio Oficial de Titulados Mercantiles y Empresariales de Córdoba desde el día 20-6-2002. |
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Lo que ocurrió el 18 de marzo pasado, en una rueda de prensa entre los presidentes de Italia, Grecia, Portugal y España, previa a una reunión del Consejo Europeo, puede tener las lecturas que se le quieran dar. Para los que no conozcan la anécdota, la explico a continuación: cuando nuestro cateto, plagiador y embustero presidente terminó su intervención, Mario Draghi, anfitrión y primer ministro italiano, le dio las gracias con esta frase: “Gracias Antonio”.
Es el de los que discrepan, del orden establecido, que se creen ingeniosos y de largo recorrido. Yo, sin embargo, los veo con “luces cortas”, perdidos, queriendo enmendarlo todo y provocando conflictos.
El cateto, embustero y plagiador que habita en La Moncloa se mantiene en “sus trece” de gobernar buscando sus propios intereses e ignorando cualquier otra consideración que pueda comprometer su intención de permanecer en el poder sine die, cueste lo que cueste. Tan es así que, si analizamos sus tomas de decisiones, se ve claramente que, en la mayoría de ellas, sigue esa “singular” tendencia.
La palabra “silencio”, según el DRAE, tiene seis acepciones, siendo las dos primeras y principales “Abstención de hablar” y “Falta de ruido”, respectivamente. Sin embargo tiene, lo mismo que otras palabras, lo que podríamos llamar muchos apellidos o complementos con la que formar frases de muy diversos sentidos, que van de lo positivo a lo negativo y viceversa.
A ti, amable viajero, que a visitarnos has venido, voy a tratar de ayudarte con estos versos sencillos. Aunque ha sido siempre bella, Córdoba desde hace siglos, al llegar la primavera se recrea en mil hechizos.
Córdoba, lejana y sola, escribió el gran Federico; ahí el insigne poeta no entendió sus entresijos.
Todos sabemos que los tiempos que corren son propicios para la aparición en escena de los seres más extraños e inútiles que se puedan dar. Naturalmente son “resilientes, empoderados y amantes de la disrupción progresista de la sociedad embrutecida por el capitalismo”. Y, cómo no, incongruentes y estúpidos en grado sumo. Hoy me voy a ocupar de dos de estos tipos, ambos españoles y de parecida edad.
El protagonismo que está adquiriendo la palabra explicación en los últimos días, viene dada porque el cateto, plagiador y embustero que habita en La Moncloa, (y en manos de comunistas), después de haber fracasado en su intento -largamente sostenido- de que la Fiscalía implicara al rey Don Juan Carlos I, en algún “ilícito penal”, quiere continuar “molestando” a la Monarquía, pidiendo que el rey emérito dé explicaciones.
Hoy hay que hablar de la criminal invasión de Ucrania, proyectada principalmente para saciar las ansias del trastornado y supermillonario marxista (que Dios confunda) Vladimir Putin. Hasta donde yo sé, este tipejo que es el mayor dictador que hay en el mundo, desde sus tiempos en la KGB, tiene al pueblo reprimido hasta el punto de que cualquier orden suya es de obligado cumplimiento si no quieres verte privado de vida y hacienda.
¿Qué razones tendrá para hacer guerra, me pregunto al ver a Ucrania rota? ¿Será, tal vez, que si la sangre brota el “zar” Putin, en su maldad se encierra? Sin duda el dictador su alma destierra, al matar por alzarse en la picota.
Por si a alguien le quedaban dudas de lo que es esta ideología criminal, solo tiene que poner la televisión (a la decente me refiero) o leer un periódico (también hay que saber elegir) para darnos cuenta de que para Rusia (con su ataque contra una nación libre como Ucrania y en pleno siglo XXI) sigue vigente la Revolución de 1917.
Por mucho que yo pretenda argumentar lo que fue, es y seguirá siendo el comunismo, jamás podré ser más elocuente que los hechos que tenemos ante nuestros sorprendidos ojos en este final del mes de febrero de 2022. Naturalmente, me estoy refiriendo al criminal, traicionero y desmedido ataque de Putin y sus criminales huestes, a Ucrania.
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