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Opinión
Etiquetas | Hablemos sin tapujos | Pedro Sánchez | Espionaje | Cataluña | independentismo
Un gobierno desgastado se arrastra ante comunistas y separatistas

Secretos de Estado entregados a quienes buscan derrotarlo

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Cuando algunos pensábamos que ya era imposible caer más bajo, con estupor nos damos cuenta de que la capacidad del este gobierno, que encabeza el señor Pedro Sánchez, para la espeleología política no tiene límite, ni quien tenga la valentía de ponérselo. Lo que está sucediendo con la Comisión de Secretos Oficiales, no solamente no tiene nombre ni similitud alguna con lo que sucede en otros países del mundo civilizado, sino que marca un hito en cuanto a lo que significa poner en manos de comunistas, separatistas y anti constitucionalistas progres informaciones, investigaciones, procedimientos y datos que debieran permanecer en el más estricto secreto, no sólo por lo importantes que puedan resultar, sino por el peligro de que quienes los conozcan puedan hacer un mal uso de ellos, sin dejar de considerar el riesgo que puedan correr aquellos funcionarios encargados de las investigaciones, sus familias y su propia vida, si no se someten al chantaje de quienes van a poder conocer informaciones que puedan perjudicar a su partido, sus propias personas o a cualesquiera al que les interese proteger. Es, simplemente, abrir la caja de Pandora de las interioridades de una nación, para ponerla al alcance de cualquiera que quiera acabar con ella.


Y es que resulta impactante, de todo punto incomprensible y una muestra más de hasta donde un gobierno que se siente débil, asustado, incapaz de reaccionar debidamente ante los problemas que van surgiendo y actuando sin el más mínimo sentido de lo que está necesitando el pueblo español; se está degradando, aceptando como natural el que separatistas, comunistas y demás antisistema, puedan alcanzar datos e informaciones que, de conocerse públicamente o llegar a manos de determinadosgrupos de presión, podrían poner al Estado español en graves aprietos. Basta con ver la lista de los recién incorporados a la citada comisión para que, cualquiera con dos dedos de sentido común, se sienta preocupado ante la posibilidad de que los mismos que están actuando para cambiar el régimen del país, los que luchan para acabar con la Constitución de 1978 y cuantos estén interesados en conocer lo que el Gobierno conoce de las interioridades de sus grupos, estén facultados para preguntar y obtener informaciones de los servicios secretos españoles, que puedan contribuir a ayudar a sus planes destructivos.


Estamos teniendo una muestra flagrante de lo que está sucediendo con este absurdo asunto del espionaje de miembros sospechosos de ir atentando contra la unidad de la nación española, en Cataluña. Pueden ser 60 o más, da lo mismo, si sus actos son sospechosos de seguir la línea separatista que han demostrado tener durante el tiempo en el que se han mostrado beligerantes para conseguir la independencia, poco pueden alegar ni argumentar cuando las fuerzas policiales se esmeran en averiguar hasta donde llegan sus posibles actividades subversivas.  Estamos contemplando la campaña unánime de las izquierdas contra la señora Margarita Robles, ministra del Ejército, en un intento de desacreditar al Estado y de poner palos en las ruedas de los servicios secretos españoles. El separatismo catalán estaba en franca regresión lo mismo que le sucede al uso de la lengua oriunda que, por mucho que intentan que se vuelva a ser la de mayor uso en Cataluña, no consiguen que esta parte, más del 50% de personas que han venido de fuera y los inmigrantes de Hispanoamérica, renuncien a usar su idioma como lenguaje vehicular y la misma juventud que, según datos de la propia Generalitat, se expresan entre ellos mayoritariamente en la lengua castellana., quizás como reacción contra una inmersión que consideran injusta.


Por mucho que despreciemos el gobierno del señor Sánchez, por ser el peor de toda la democracia en España, tenemos que poyarlo en cuanto a lo que sus servicios secretos tuvieron que hacer para luchar contra el independentismo de Cataluña. Sin que estemos de acuerdo con muchas de sus ideas, deberemos reconocer que la señora Robles tiene un concepto muy claro de lo que es ser español, de lo que debe erradicarse del país para que siga siendo una unidad y no un reino de Taifas, tiene una sólida formación jurídica y, lo viene demostrando cada día, en cuanto a la misión que le corresponde al Ejército tiene un concepto muy claro y diáfano de que se lo debe utilizar, no solamente como una ONG, sino que, en casos como el de Ucrania, también debe intervenir en la medida de nuestras posibilidades, como el resto de la OTAN, para evitar que Putín y sus esbirros puedan acabar con las libertades de todo el continente europeo. Sin embargo, no debemos olvidar la especial forma con la que el señor Pedro Sánchez tiene de resolver aquellas cuestiones que, según su particular criterio, pudieran afectar, directa o indirectamente, a sus posibilidades de permanece al frente del gobierno.


En efecto, causa una tristeza y vergüenza ajena ver como la señora ministra, valientemente y sin arredrarse, se defiende como una leona panza arriba, contra las insidias de todo un rojerío que ha buscado en ella a la víctima propiciatoria para vengarse del Gobierno y conseguir elevar la moral de todo el separatismo catalán, ahora en horas muertas. Tenemos la desagradable sensación de que, de momento, no le conviene al señor Sánchez, cuando estamos ante una guerra europea limitada, apartar a la señora Robles de su puesto, en el ministerio del Ejército; no se entendería y mucho menos en el resto de cancillerías europeas, pero mucho nos tememos que ya tenga decidido, para más adelante, entregarles la cabeza política de la ministra, a sus detractores. No tuvo piedad de Ávalos ni de su mano derecha, Redondo, cuando estimó que estas personas, de su absoluta confianza, estaban causándole un deterioro de su propia imagen ante el resto de ciudadanos españoles.


Es muy curioso lo que viene sucediendo en el Parlamento, que ha quedado retratado en la aprobación o ratificación del decreto por el que se establecían una serie de medidas encaminadas a intentar minimizar las graves consecuencias que venimos arrastrando a causa del Covid 19 ( no olvidemos que vuelven a  aparecer nuevos brotes y que continúa aumentando el número de pacientes seguramente como consecuencia delos permios concedidos en cuanto a las restricciones por motivo de la Pascua), ni mucho menos, la soledad del ejecutivo que, de no ser por Bildu, su compañero favorito según se desprende de las últimas alianzas para el voto, que votó inesperadamente por la convalidación, hubiera sufrido una de las derrotas más apabullantes que le podían ocurrir al gobierno de una nación.


Mucho nos tememos que, de seguir por este camino, el de recibir noticias decepcionantes respecto al crecimiento previsto por el Gobierno que ha tenido que ceder casi tres puntos respecto a sus previsiones iniciales o del desempleo que sigue siendo el doble del del resto de Europa; teniendo que conformarse, como hoy recoge La Vanguardia, con un 8´4% de inflación en Abril, lo cual se entiende, para el diario catalán, como una buena noticia de “la moderación” de este índice, cuando es evidente que todo lo que está sucediendo en estos días está en función de los avatares del precio de la energía y en cuanto a las perspectivas más o menos pesimistas de lo que está sucediendo en Ucrania. ¿Moderación, cuando hace unos meses estábamos por el 2’5%? Están en la Babia.


El hecho verdaderamente significativo de que, el señor presidente de los EE.UU haya decidido destinar la importante cifra de 33.000 millones de dólares a la ayuda militar a los ucranianos, nos reafirma en la idea de que no está dispuesto a ceder, en cuanto a la ayuda a la pobre nación asediada, mientras que, el señor Putín, no de señales de avenirse a un pacto en el que ambas potencias mundiales puedan salvar la cara; algo imposible si el ruso no se tienta la ropa ante una posible catástrofe económica de la nación eslava. Esta señal de que la guerra no está a punto de terminarse y que ambas potencias beligerantes no parecen dispuestas a dar su brazo a torcer, pueden hacer pensar que las consecuencias de la contienda pueden hacerse endémicas, al menos por lo que hace referencia a conseguir una paz pactada. Nadie se atreve a contemplar la posibilidad de que, en un momento de insania, cuando alguna de las partes, especialmente la rusa, se pudiera ver abocada una pérdida de la guerra convencional, tuviese la tentación de usar armas atómicas, lo que ya situaría, al mundo, ante un escenario apocalíptico en el que es mejor no pensar.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, tenemos una vez más que corregir a nuestro presidente, tan dado a considerar a sus adversarios políticos como personas absolutamente alejadas de la realidad, debido a que no quieren aceptar el apoyar, sin discusión, cualquiera de sus ideas, mejor dicho ocurrencias, imposiciones, trágalas y humillaciones con las que sigue su camino en pos de conseguir una dictadura que lo mantenga en el poder como su amigo, el dictador Maduro, de Venezuela; cuando habla de “politiquería de algunos” evidentemente refiriéndose a la oposición, sin tener en cuanta que él mismo es la muestra más palpable de lo que entendemos por politiquería en cuanto a es capaz de cambiar de opinión tantas veces como le resulte rentable. ¡Un poco de autocrítica, señor Sánchez!

Secretos de Estado entregados a quienes buscan derrotarlo

Un gobierno desgastado se arrastra ante comunistas y separatistas
Miguel Massanet
sábado, 30 de abril de 2022, 10:39 h (CET)

Cuando algunos pensábamos que ya era imposible caer más bajo, con estupor nos damos cuenta de que la capacidad del este gobierno, que encabeza el señor Pedro Sánchez, para la espeleología política no tiene límite, ni quien tenga la valentía de ponérselo. Lo que está sucediendo con la Comisión de Secretos Oficiales, no solamente no tiene nombre ni similitud alguna con lo que sucede en otros países del mundo civilizado, sino que marca un hito en cuanto a lo que significa poner en manos de comunistas, separatistas y anti constitucionalistas progres informaciones, investigaciones, procedimientos y datos que debieran permanecer en el más estricto secreto, no sólo por lo importantes que puedan resultar, sino por el peligro de que quienes los conozcan puedan hacer un mal uso de ellos, sin dejar de considerar el riesgo que puedan correr aquellos funcionarios encargados de las investigaciones, sus familias y su propia vida, si no se someten al chantaje de quienes van a poder conocer informaciones que puedan perjudicar a su partido, sus propias personas o a cualesquiera al que les interese proteger. Es, simplemente, abrir la caja de Pandora de las interioridades de una nación, para ponerla al alcance de cualquiera que quiera acabar con ella.


Y es que resulta impactante, de todo punto incomprensible y una muestra más de hasta donde un gobierno que se siente débil, asustado, incapaz de reaccionar debidamente ante los problemas que van surgiendo y actuando sin el más mínimo sentido de lo que está necesitando el pueblo español; se está degradando, aceptando como natural el que separatistas, comunistas y demás antisistema, puedan alcanzar datos e informaciones que, de conocerse públicamente o llegar a manos de determinadosgrupos de presión, podrían poner al Estado español en graves aprietos. Basta con ver la lista de los recién incorporados a la citada comisión para que, cualquiera con dos dedos de sentido común, se sienta preocupado ante la posibilidad de que los mismos que están actuando para cambiar el régimen del país, los que luchan para acabar con la Constitución de 1978 y cuantos estén interesados en conocer lo que el Gobierno conoce de las interioridades de sus grupos, estén facultados para preguntar y obtener informaciones de los servicios secretos españoles, que puedan contribuir a ayudar a sus planes destructivos.


Estamos teniendo una muestra flagrante de lo que está sucediendo con este absurdo asunto del espionaje de miembros sospechosos de ir atentando contra la unidad de la nación española, en Cataluña. Pueden ser 60 o más, da lo mismo, si sus actos son sospechosos de seguir la línea separatista que han demostrado tener durante el tiempo en el que se han mostrado beligerantes para conseguir la independencia, poco pueden alegar ni argumentar cuando las fuerzas policiales se esmeran en averiguar hasta donde llegan sus posibles actividades subversivas.  Estamos contemplando la campaña unánime de las izquierdas contra la señora Margarita Robles, ministra del Ejército, en un intento de desacreditar al Estado y de poner palos en las ruedas de los servicios secretos españoles. El separatismo catalán estaba en franca regresión lo mismo que le sucede al uso de la lengua oriunda que, por mucho que intentan que se vuelva a ser la de mayor uso en Cataluña, no consiguen que esta parte, más del 50% de personas que han venido de fuera y los inmigrantes de Hispanoamérica, renuncien a usar su idioma como lenguaje vehicular y la misma juventud que, según datos de la propia Generalitat, se expresan entre ellos mayoritariamente en la lengua castellana., quizás como reacción contra una inmersión que consideran injusta.


Por mucho que despreciemos el gobierno del señor Sánchez, por ser el peor de toda la democracia en España, tenemos que poyarlo en cuanto a lo que sus servicios secretos tuvieron que hacer para luchar contra el independentismo de Cataluña. Sin que estemos de acuerdo con muchas de sus ideas, deberemos reconocer que la señora Robles tiene un concepto muy claro de lo que es ser español, de lo que debe erradicarse del país para que siga siendo una unidad y no un reino de Taifas, tiene una sólida formación jurídica y, lo viene demostrando cada día, en cuanto a la misión que le corresponde al Ejército tiene un concepto muy claro y diáfano de que se lo debe utilizar, no solamente como una ONG, sino que, en casos como el de Ucrania, también debe intervenir en la medida de nuestras posibilidades, como el resto de la OTAN, para evitar que Putín y sus esbirros puedan acabar con las libertades de todo el continente europeo. Sin embargo, no debemos olvidar la especial forma con la que el señor Pedro Sánchez tiene de resolver aquellas cuestiones que, según su particular criterio, pudieran afectar, directa o indirectamente, a sus posibilidades de permanece al frente del gobierno.


En efecto, causa una tristeza y vergüenza ajena ver como la señora ministra, valientemente y sin arredrarse, se defiende como una leona panza arriba, contra las insidias de todo un rojerío que ha buscado en ella a la víctima propiciatoria para vengarse del Gobierno y conseguir elevar la moral de todo el separatismo catalán, ahora en horas muertas. Tenemos la desagradable sensación de que, de momento, no le conviene al señor Sánchez, cuando estamos ante una guerra europea limitada, apartar a la señora Robles de su puesto, en el ministerio del Ejército; no se entendería y mucho menos en el resto de cancillerías europeas, pero mucho nos tememos que ya tenga decidido, para más adelante, entregarles la cabeza política de la ministra, a sus detractores. No tuvo piedad de Ávalos ni de su mano derecha, Redondo, cuando estimó que estas personas, de su absoluta confianza, estaban causándole un deterioro de su propia imagen ante el resto de ciudadanos españoles.


Es muy curioso lo que viene sucediendo en el Parlamento, que ha quedado retratado en la aprobación o ratificación del decreto por el que se establecían una serie de medidas encaminadas a intentar minimizar las graves consecuencias que venimos arrastrando a causa del Covid 19 ( no olvidemos que vuelven a  aparecer nuevos brotes y que continúa aumentando el número de pacientes seguramente como consecuencia delos permios concedidos en cuanto a las restricciones por motivo de la Pascua), ni mucho menos, la soledad del ejecutivo que, de no ser por Bildu, su compañero favorito según se desprende de las últimas alianzas para el voto, que votó inesperadamente por la convalidación, hubiera sufrido una de las derrotas más apabullantes que le podían ocurrir al gobierno de una nación.


Mucho nos tememos que, de seguir por este camino, el de recibir noticias decepcionantes respecto al crecimiento previsto por el Gobierno que ha tenido que ceder casi tres puntos respecto a sus previsiones iniciales o del desempleo que sigue siendo el doble del del resto de Europa; teniendo que conformarse, como hoy recoge La Vanguardia, con un 8´4% de inflación en Abril, lo cual se entiende, para el diario catalán, como una buena noticia de “la moderación” de este índice, cuando es evidente que todo lo que está sucediendo en estos días está en función de los avatares del precio de la energía y en cuanto a las perspectivas más o menos pesimistas de lo que está sucediendo en Ucrania. ¿Moderación, cuando hace unos meses estábamos por el 2’5%? Están en la Babia.


El hecho verdaderamente significativo de que, el señor presidente de los EE.UU haya decidido destinar la importante cifra de 33.000 millones de dólares a la ayuda militar a los ucranianos, nos reafirma en la idea de que no está dispuesto a ceder, en cuanto a la ayuda a la pobre nación asediada, mientras que, el señor Putín, no de señales de avenirse a un pacto en el que ambas potencias mundiales puedan salvar la cara; algo imposible si el ruso no se tienta la ropa ante una posible catástrofe económica de la nación eslava. Esta señal de que la guerra no está a punto de terminarse y que ambas potencias beligerantes no parecen dispuestas a dar su brazo a torcer, pueden hacer pensar que las consecuencias de la contienda pueden hacerse endémicas, al menos por lo que hace referencia a conseguir una paz pactada. Nadie se atreve a contemplar la posibilidad de que, en un momento de insania, cuando alguna de las partes, especialmente la rusa, se pudiera ver abocada una pérdida de la guerra convencional, tuviese la tentación de usar armas atómicas, lo que ya situaría, al mundo, ante un escenario apocalíptico en el que es mejor no pensar.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, tenemos una vez más que corregir a nuestro presidente, tan dado a considerar a sus adversarios políticos como personas absolutamente alejadas de la realidad, debido a que no quieren aceptar el apoyar, sin discusión, cualquiera de sus ideas, mejor dicho ocurrencias, imposiciones, trágalas y humillaciones con las que sigue su camino en pos de conseguir una dictadura que lo mantenga en el poder como su amigo, el dictador Maduro, de Venezuela; cuando habla de “politiquería de algunos” evidentemente refiriéndose a la oposición, sin tener en cuanta que él mismo es la muestra más palpable de lo que entendemos por politiquería en cuanto a es capaz de cambiar de opinión tantas veces como le resulte rentable. ¡Un poco de autocrítica, señor Sánchez!

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