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Crecen los agnósticos, está de moda. Hoy, cuando uno piensa, se resquebraja el espejo. Las cosas ya no son lo que parecían. La moda es creerse “autosuficiente”: Yo soy YO y mi pequeño mundo.
Pero cuando llega el Domingo de Resurrección no tengo más remedio que ceñirme a la principal y gritar jubilosamente que Cristo ha resucitado. Sí, ya lo sé, esta es una noticia antigua. Uno noticia que se convierte en nueva cada vez que recordamos que resucita en cada uno de nosotros.
Comenzaron a vacunar a maestros y profesores como parte esencial de los esenciales. Son los que apenas se quejan, los que aún no han salido a las carreteras con sus coches a pulsar cláxones en manifestaciones, los que se inventaron el malísimo método de la no “presencialidad”, con tal de dividir al alumnado y evitar que el aula burbuja fuera tan grande que hiciera imposible el acto educativo y curso académico.
La crucifixión era uno de los castigos más brutales que el hombre ha utilizado a lo largo de la historia. Atado o clavado en una cruz de madera, el condenado sufría una terrible agonía física y mental hasta su muerte.
La respuesta está a la vista: la fe se enfría, las palabras de Jesús no encuentran eco. La bienaventuranzas, el mejor programa que jamás se haya formulado para conseguir un mundo mejor en el que reine el amor y la justicia ha sido abandonado por la oferta marxista, la oferta liberal o la oferta globalita del Nuevo Orden Mundial.
Es público y notorio, que lo importante es la fortaleza de nuestro interior, con firmes convicciones y seguro anhelo, manteniendo relaciones respetuosas entre sí. Ciertamente, por muy variadas que sean las situaciones, todos nos merecemos una escucha atenta y una mano tendida en cualquier momento existencial. Precisamente, los creyentes saben que Jesús sube a la cruz para acompañar nuestro dolor. Son muchas nuestras flaquezas, pero siempre surge esa vía emocional que nos restaura para cambiar el rumbo y hacer las paces. Por desgracia, hemos invertido demasiado tiempo en contiendas inútiles, en sembrar odio por doquier y es el momento de actuar desde el sentimiento y con coraje.
La Semana Santa del año 2019 se desarrollo como la de todos los años. Con la zozobra, propia del clima, por parte de las cofradías pendientes de la cambiante meteorología primaveral; las discusiones sobre la nueva ubicación de las tribunas; el nuevo recorrido de los desfiles procesionales o las diversas alternativas propias de cada Semana Santa. Las calles estuvieron llenas de turistas, de devotos y de participantes en los jolgorios de exaltación del alcohol, desgraciadamente cada vez más habituales. Se quedó sin salir alguna cofradía, algunos chaparrones y poco más. Como siempre.
Además, durante esta Semana Santa seguirán rigiendo los cierres de comunidades. Por lo tanto, en ningún caso podremos trasladarnos por razones de turismo a otras regiones. En suma, durante estas próximas vacaciones, los ciudadanos se decantarán por desplazamientos cortos e incluso dentro de la misma provincia.
Es decir, en ellas se establece una jerarquía de gobierno.Por otra parte, el canon 707.2 recoge el nombre de cofradía en referencia a las pías uniones cuya finalidad principal es el culto público.También, el Código de 1917 recoge el término archicofradía en su canon 720: «Las hermandades que gozan de la facultad para agregar a sí otras de la misma especie, se llaman archihermandades o archicofradías, o pías uniones, congregaciones o sociedades primarias».En definitiva, se puede decir que las cofradías y hermandades son pías uniones, o asociaciones públicas de fieles en las que podemos introducir algunos matices si queremos establecer una diferenciación entre ellas.
Las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa, a fecha de hoy, no han sido suspendidas, pero si así fuera, viviremos el misterio pascual como el año pasado, a través de las redes sociales y de los medios de comunicación.
Estamos en el Siglo XXI, llevamos consumido casi un cuarto de este. Nos encontramos, según nuestros políticos, y pregonan los medios de comunicación, gozando de un estado de bienestar casi incomparable, pero hete aquí que muchos ciudadanos sin habérselo propuesto han retrocedido casi ochenta años y se encuentran en una situación similar a la de los años de la posguerra incivil.
La distribución ha reforzado sus servicios de venta por Internet en el actual periodo de #Yomequedoencasa donde la alta demanda de alimentación, bebidas y cuidado personal y del hogar ha deparado en las últimas semanas sucesivos récords. Así, la semana posterior a la Semana Santa (entre el 13 y el 19 de abril) dejó una nueva plusmarca en nada menos que un 286%, según datos de Nielsen.
Cirio derramador de lágrimas, color de la sangre, que chorrean interminables por los guantes inmaculados del niño que habita en el éxtasis ante la Pasión que emana de la andadura torturante –y con espinas la frente- del hombre al que por nombre pusieron el de Jesús, salvador –piensa el niño- de los que cabizbajos regresan a sus moradas como figuras rotas y el vacío en los bolsillos.
La Agrupación de Cofradías y Hermandades de Jaén, siguiendo las indicaciones de las autoridades sanitarias, las de la Conferencia Episcopal y debido al Estado de Alarma declarado por el Gobierno, ha suspendido las procesiones de Semana Santa, la última provincia que faltaba por anunciarlo después de que este sábado lo hicieran todas las demás.
El COVID-19 en España ha originado numerosas noticias relacionadas con la organización y celebración de eventos y su cancelación o aplazamiento. Y en este sentido, también se ha anunciado la suspensión de la Semana Santa, pero esto no es cierto.
La eliminación de lo religioso de la vida de la mayor parte de los españoles se ha ido imponiendo lentamente. Los restos que pueden quedar seguramente se deben a la publicidad turística, como por ejemplo la Semana Santa que sirve de lucimiento a imágenes y cofrades con capirote y vara alta.
No ha llegado el fin de los días. Todo ha seguido como antes del 29 de Abril. Los augures –especialmente los agoreros- nos vaticinaban una debacle española, cualquiera que fuera el resultado. Finalmente seguimos casi igual. Lo cual es para mí una buena noticia.
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