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Los precios del oro se mantienen cerca de los $3,372 por onza mientras los operadores enfrentan la niebla macroeconómica: un reciente recorte de tasas del Banco Central Europeo, la última ronda de ambigüedad diplomática entre Washington y Pekín, y las expectativas de un cambio en las tasas por parte de la Reserva Federal.
Estamos en un momento en que la atención de los mercados financieros se concentra mucho en la guerra comercial impuesta por los aranceles de Trump. Esta preocupación, por una posible ralentización de la economía, ha llevado a que metales como el futuro de oro toquen sus máximos históricos.
Desde comienzos de año, la bolsa alemana ha descrito una trayectoria impresionante. Mientras que la renta variable mundial ha subido un 2,7 %, el DAX ha ganado un 22 %, muy por delante del 10,7 % de revalorización de la renta variable europea.
Esta semana, los mercados han vuelto a recordarnos que el riesgo político puede desdibujar cualquier narrativa macro. El S&P 500 cerró con caídas de cerca del 2%, arrastrado por una combinación de temores fiscales, tensiones comerciales y ruido institucional que empieza a preocupar incluso al mercado de bonos.
En el cambiante escenario financiero contemporáneo, es vital para los traders mantenerse actualizados con las tendencias del mercado, particularmente cuando exploran el fluctuante universo del comercio de Forex y los CFD. Estos mercados brindan múltiples posibilidades, aunque también implican riesgos.
Los mercados bursátiles han reaccionado con tranquilidad ante el inédito cero energético vivido en España durante la jornada del lunes. Pese a la magnitud del shock, es importante subrayar la estabilidad de los mercados, tanto el lunes, cuando el Ibex 35 cerró la sesión en positivo y no se detectaron señales de tensión en el mercado de la deuda soberana, como en el inicio de esta nueva jornada.
En un contexto bursátil marcado por la volatilidad y la incertidumbre, cada vez más inversores se enfrentan a un nuevo enemigo psicológico: el FOMO financiero ('Fear of Missing Out', o miedo a quedarse fuera). Este fenómeno, asociado tradicionalmente al consumo o a las redes sociales, ha encontrado también su espacio en los mercados financieros, donde el miedo a perder oportunidades puede llevar a decisiones precipitadas.
Tras el parón de Semana Santa, los mercados dejan una sensación inquietante donde no colapsan, pero tampoco rebotan. Se mueven sin dirección clara, en un entorno de alta volatilidad, baja liquidez y un sentimiento inversor cada vez más deteriorado. Es un escenario donde nada termina de romperse, pero todo parece al borde de hacerlo.
Esta semana se presenta como un punto de inflexión en el panorama financiero, donde múltiples frentes nos invitan a replantear nuestras estrategias de inversión. Mientras el mercado sigue siendo un reflejo de emociones en constante conflicto, donde el miedo a perder dinero y la avaricia por no quedarse fuera se disputan el protagonismo, se vislumbra un cambio de mentalidad.
Apenas medio mes ha transcurrido desde de su regreso a la Casa Blanca y la administración Trump ya ha empezado a mover ficha, y los mercados han tomado buena nota. La rapidez en la aplicación de algunas de sus promesas, como la imposición de nuevos aranceles, confirma la urgencia con la que el presidente quiere marcar su impronta antes de las elecciones de mitad de mandato en 2026.
Después de jalear la elección de Donald Trump a comienzos de noviembre, los mercados comienzan a tomarse más en serio los riesgos que lleva aparejados la figura de Elon Musk. Así, el índice S&P 500 de la bolsa estadounidense pierde más de un 3% (a fecha 2 de enero de 2025) desde el 16 de diciembre. Por su parte, la acción de Tesla se deja un 18% después de dispararse más del 80% entre la elección presidencial y el 16 de diciembre.
Mientras que los principales índices mundiales siguen en una tendencia alcista impecable, la contundente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que ha traído promesas de desregulación, recortes fiscales y una retórica que impulsa la confianza empresarial, no ha hecho más que añadir nuevos estímulos para seguir incrementando el riesgo en bolsa en un entorno de euforia generalizado.
En un contexto marcado por la volatilidad y los cambios en las políticas monetarias globales, la renta fija se posiciona como un pilar fundamental en las estrategias de inversión. El cambio de ciclo y las nuevas perspectivas para este mercado han sido el eje central del ‘ASEAFI FIXED 2024’, un evento que reunió ayer en el Colegio de Ingenieros de Madrid, a destacados profesionales del asesoramiento financiero y de la gestión de activos.
En un contexto global, las acciones siguen alcanzando niveles máximos, a pesar de las tensiones geopolíticas y los problemas climáticos. A medida que los bancos centrales, liderados por la Reserva Federal, han comenzado a recortar agresivamente los tipos interés para mantener la estabilidad económica y evitar el aumento del desempleo, surge un nuevo temor: la formación de una burbuja.
El índice de referencia español, el IBEX 35, ha mantenido su racha alcista, alcanzando niveles que no se habían visto en casi una década. Durante la jornada del martes, el índice avanzó más de un 1%, cotizando por encima de los 11,700 puntos, una marca muy cercana a los máximos históricos alcanzados en 2015.
Los mercados financieros afrontan una semana de alta volatilidad, con la geopolítica como punto de debate y como principal foco de atención, tras el histórico ataque de Irán sobre Israel durante el fin de semana. La principal pregunta ahora es cómo afectará a los mercados.
Los mercados de renta fija, según Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad, “se encuentran en un momento francamente bueno”, a pesar de que “a nivel de valoración, toda la renta fija ha sido bastante decepcionante este año.” En cuanto a rentabilidad, el experto resalta que “2023 ha sido un año excepcional para hacer cartera de renta fija de calidad” y aconseja “aprovechar la oportunidad que ahora mismo el mercado nos ofrece”.
La geopolítica, los aterrizajes forzosos, la caída de la confianza del consumidor y el “ajuste de cinturón” de las empresas podrían formar parte del panorama de inversión en 2024. Este fue el mensaje del Foro de Renta Fija de Federated Hermes celebrado en Londres el pasado14 de noviembre.
A menos de un año de los comicios presidenciales en EE. UU., una cosa es segura: el próximo presidente deberá lidiar con un contexto económico muy diferente al de los dos mandatos anteriores. En un contexto internacional tensionado con perspectivas económicas sombrías, y en un momento en el que el Tío Sam se ha involucrado indirectamente en dos guerras, el consenso económico y la Fed cifran en un 55 % el riesgo de recesión durante los próximos 12 meses.
Cuando se empieza a discutir la posible formación de un nuevo gobierno de coalición progresista en España vuelve a hablarse de medidas económicas que suelen concitar bastante desacuerdo entre economistas. Con los precios de muchos bienes y servicios básicos, como los alimentos o la vivienda, todavía subiendo, aunque el índice general se haya frenado, desde la izquierda se proponen controlarlos legalmente.
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