Bien es verdad que poco a poco también se va haciendo acreedora de ese desprecio la Consejería de Hacienda, por el descomunal menosprecio al que está sometiendo a la ciudadanía. A todo esto, el presidente sigue sin enterarse, de ahí que la ciudadanía esté contenta por la decisión que ha tomado de no volver a presentarse. De hambre no se va a morir aunque carece de oficio, pero seguro que ya ha obtenido beneficio. Sus años en la presidencia se miden por desprecio a la Educación e incomprensión con la Sanidad. ¡Váyase, señor Herrera Campo, váyase ya!
Hoy no toca criticar constructivamente a Sanidad porque ya les hemos explicado en días pasados lo del 'céntimo sanitario' que, dicho sea de paso, no es uno sino 4,8 céntimos por litro de combustible. Pero esa subida real es de 5,62 céntimos por litro si añadimos el IVA. Por eso hoy toca el pelotazo a Educación por las barbaridades que está cometiendo en Castilla y León, y las que ya ha apuntado que va a cometer. ¡Explíquese, señor Mateos, pero hágalo ya sin mentir!
Los medios de comunicación ya han anunciado que la Consejería de Educación se va a cargar la ESO en la zona rural; es decir, 1º y 2º de la ESO que se sigue impartiendo en los colegios. A partir de septiembre deberán incorporarse a los institutos con lo que ello conlleva: 'descuartizamiento' de los pueblos, aumento del paro entre los interinos, abandono de la zona rural, desprecio a la ciudadanía, aumento del fracaso y disminución de la atención, entre otras consecuencias. Pero ya verán como lo justifican de alguna forma, igual que de costumbre.
No tengo duda de que la educación es la mejor inversión de futuro para un país. Pero eso no lo entienden nuestros gobernantes, ni a nivel nacional ni a nivel autonómico. En este momento, el fracaso escolar es de escándalo, aunque en Castilla y León se parapetan tras de PISA, sin saber ni entender que los informes PISA fallan por la base, distorsionan los criterios educativos, no contemplan variables decisivas y se han convertido en un auténtico despendole para las comunidades que han salido desfavorecidas.
No corregimos el fracaso escolar ni el abandono temprano y tenemos una inversión del Producto Interior Bruto en educación más bajo que los países de nuestro entorno europeo. Eso demuestra que nuestros gobernantes carecen de un compromiso serio con la educación. No está de más recordar las declaraciones de los responsables de educación de Alemania en el sentido de que desinvertir en educación es perder el camino del futuro y condenar a la sociedad a las tinieblas de la cultura y del progreso.
Sabíamos que los gobiernos de Rodríguez Zapatero habían condenado a los empleados públicos porque entendían que eran los culpables de la crisis, por lo que bajó los sueldos, recortó plantillas, subió impuestos y otras zarandajas, pero ahora resulta que el Gobierno de Rajoy está haciendo a la educación más daño que un nublado de verano.
Para la derecha, el sistema educativo se ha convertido en un perro flaco al que hay que azotar sin parar. Y la ciudadanía ya está harta, particularmente el profesorado. No hay duda que hay que 'incendiar' la calle antes de que acaben con el equilibrio educativo y con la paciencia de los docentes. Seguimos teniendo un problema y ese son nuestros representantes políticos.