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El número tres del PSOE lo negó todo hace tres días. Siempre utilizan la misma estrategia hasta que sale el documento, el video o el audio que demuestra lo que adelantan algunos periodistas no vendidos al poder corrompido. Hasta la esposa de Santos Cerdán, haciendo uso de su actitud verdulera, puso de pelo conejo a la periodista de un diario digital que le soltó a la cara evidencias que ese diario tenía.
No descarten la caída de Sánchez a corto o medio plazo. Y de eso van a tener buena parte de la culpa algunos de sus ministros y ministras, desde Óscar López, pasando por Pilar «Juergas» y acabando por la «charo» Chiqui Montero, sin descartar a sus imputados familiares que todos conocemos. No por casualidad ya ha contratado el Gobierno a la empresa encargada de tener preparado todo lo relativo a papeletas, sobres, modelos de actas y cartelería en general.
Sigue creyendo el ladrón que todos son de su condición. No tienen más que hacer una lectura detenida a las últimas declaraciones del exjefe de paradores, que lo conocía todo de Teruel y de Sigüenza como demostrarán los medios, pero callaba por conveniencia. Si lo desean, pueden escuchar a la ministra de Educación, que representa la ignorancia graduada y personificada, pero que también sabe mucho más de lo que cuenta de aquella noche de Teruel.
Tal y como está la situación, no me sorprendería que en cualquier momento convocara elecciones quien en Madrid ya es conocido por tirios y troyanos como «el galgo de Paiporta». Está acorralado y se le acaban las balas. Ni siquiera el fogueo funciona de tanto como lo ha utilizado en falso. Son años machacando y diciendo las mismas y maliciosas propuestas, por lo que nadie le hace caso: mirarle a los ojos e intuir que miente es todo uno.
De Parador nacional en Parador nacional y tiro porque me toca. Llega un momento en que uno no sabe si es que los socialistas han tomado los Paradores al asalto o se creen dueños del cotarro nacional. Dos denominadores comunes resaltan en las visitas del exministro de Transportes a esos lugares de turismo: la presencia de prostitutas a su alrededor como si fueran su chaqueta u otra prenda habitual y los destrozos físicos por la euforia de extrañas sustancias consumibles.
El desgobierno de la mafia sanchista ya es un hecho. La situación del país hace tiempo que se les fue de las manos. Hay un convencimiento generalizado de que el presidente es gafe; con él hemos salido de una catástrofe y hemos entrado en otra, pero ninguna ha sabido gestionar el Gobierno con dignidad y eficacia.
Cada minuto que pasa me cuadran menos cosas del apagón. Cada vez salen a relucir más sospechas porque comprobamos que el Gobierno de Pedro Sánchez sigue en la misma línea de otras desgracias: la DANA, la pandemia, el volcán de La Palma… y ahora esto. Es una realidad que hemos presenciado, por eso no podrán engañarnos más ni el propio presidente ni la presidenta de Red Eléctrica Española.
¡En buen lío se ha metido Reyes Maroto! A ver cómo sale de ese atolladero: llamar «asesinos» a los profesionales de las residencias de ancianos de Madrid, que no dejaron ni un momento de atender a los más necesitados por haber sido afectados por la COVID-19, es un desprecio a la profesión y a los profesionales.
¿Qué está pasando en el Partido Socialista Obrero Español? En su seno ha estallado una guerra civil sin cuartel y la Justicia parece no dar más de sí. Hasta el fiscal general del “Borrado” se frota las manos, porque los tiros no se dirigen a él. Ponerse a numerar presuntos delitos es mostrar una lista cada día más larga, enrevesada y tan sucia como el palo de un gallinero.
¡Menudo cachondeo se trae el personal con la Oficina de Artes Escénicas, que nunca supo el hermanísimo de Sánchez dónde estaba! No faltan memes al respecto. Hay sobre el asunto más chistes que sobre la tesis falsa del hermano listillo. Y entre los políticos abunda de todo: memes, chistes, mofa, cachondeo, pitorreo, compadreo y evaluación del degenerado enchufismo para un puesto que no le correspondía y para el que no ha dado la talla.
Están perdiendo el relato y el debate, por eso precisan con urgencia censurar las redes sociales. Todo lo tienen en contra y la corrupción rodea «Moncloaca», cerca al felón y falsificador de tesis y atiza a diario a la «catedrática» de trapo, Begoña Gómez. Y no solo aspiran a meterse en su burbuja cercenando las redes, sino que hasta «Napoleonchu» Albares prohíbe a sus embajadores hacer declaraciones o escribir artículos de prensa.
Acaba de empezar la segunda edición del ataque de los zurdos. Se ve que llevan muy mal lo de los micrófonos cuando se les pide respuesta sobre la corrupción del Gobierno, la podredumbre dentro de la familia del felón, las cuentas aparecidas en República Dominicana, el enriquecimiento del portero de puticlubes y su mafia, los dos pisos de señoritas (sic) en Atocha y el protagonismo del ministro Torres, entre otras decenas de casos.
Dudé entre escribir una carta abierta a Vito Quiles y a Bertrand Ndongo o exponer evidentes verdades sobre la izquierda, zurda o siniestra, como ustedes prefieran denominarla. Opté por mi opinión, sin más, que no tiene por qué ser la única, ni la mejor, ni siquiera la más certera. Juzguen ustedes.
Desde el Gobierno lo niegan todo. Es su forma de hacer política, sea mintiendo y negando o escurriendo el bulto como irresponsables que han demostrado ser. Lo están viendo a diario: con Alvarito, en su nefasto papel de fiscal general desprecian lo que el juez comprueba con suma claridad, pero si hasta Miguel Ángel Rodríguez ha presentado los correos y ha echado abajo las mentiras de los ministros «dóberman» y del mismo mentiroso de Moncloa.
Nadie duda que a Begoña Gómez le ha pillado el carro de las falsedades, las mentiras y los silencios. El presidente puede llegar a ver cómo ella es condenada por meter la mano donde no debe y por falsear cuanto la relaciona con la UCM (Universidad Complutense de Madrid), con los viajes a República Dominicana, con el África Cénter, la apropiación indebida y con la extendida trama de Víctor de Aldama y demás aprovechados del erario público.
Visto lo visto, con el nombramiento de Teresa Ribera como comisaria de la Comisión Europea, es evidente que la política española se nos ha ido de las manos. Mejor dicho, se le ha ido al Gobierno que, entre las corruptelas y la mafia imperante, tiene paralizado al país, entretenidos a los jueces y con los ministros jugueteando: todos niegan haber recibido comisiones, pero las pruebas de Víctor de Aldama demuestran que sí las han recibido, muchas y gordas.
El nombramiento de Teresa Ribera huele que apesta, aunque el Partido Popular y el Gobierno han escenificado perfectamente su falso enfrentamiento. Dicen en mi tierra que entre hienas no se muerden cuando no conviene o, si lo prefieren, entre bomberos no se pisan la manguera. El caso es que el Gobierno y sus socios ya celebran por todo lo alto ese inútil e inesperado nombramiento.
Estamos en un momento en que la Bolsa española ha perdido la confianza debido a la nefasta gestión y peor gobierno del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Es verdad que no faltan escaramuzas e intentos de asomar la cabeza, pero el montante más fuerte no se hará realidad al menos hasta que se disuelva el actual Gobierno en España y que Trump tome posesión, así como empecemos a conocer sus prometidas políticas tras los tumbos y volantazos de Joe Biden en la política estadounidense.
No se dejen engañar por la información que llega a los medios de comunicación desde el Ministerio de Sanidad. Sabido es que la titular del mismo, Mónica García, viene avalada por su muy mala fama desde la Asamblea de Madrid, donde le pillaron en un renuncio de 13.000€ y actualmente ‘okupa’ un chalet reclamado por el Ayuntamiento de Cercedilla, que se ubica en un terreno dotacional donde debe construirse un hospital.
Algunos medios de comunicación no sé de dónde beben, ni lo que beben. Deberían cambiar de camello como María Jesús Montero. Abro la prensa de hoy y leo: «El Ministerio de Sanidad abre la puerta por primera vez en la historia a desmantelar MUFACE en septiembre de 2025…». El inicio del artículo informativo empieza en falso, y no será por la falta de hemerotecas. Casi todos medios de comunicación hablan de 1,5 millones de usuarios, pero ese no es el dato real.
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