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Roberto Carrera

No es -7. Es +8

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Siete jornadas sin ganar y siete puntos por debajo del dueto Betis - Rayo. A nueve encuentros del final, y sin intención de romper ilusiones, el Celta debería poner los pies en el suelo y comenzar a administrar la ventaja que lo mantiene como máximo favorito a los play-off. Todo lo que huela a ascenso directo es ya chamusquina. El liderato fue un virus voraz que, en apenas una semana, comenzó a desgastar a un equipo que no estaba preparado.




El balón para un lado, el Celta para el otro. Sin mimar al esférico no hay éxito posible. (nortecastilla.es)

"Aún no estamos maduros". Son palabras que recogíamos en este diario desde la sala de prensa de Balaídos, en boca de un Paco Herrera que se olía el espejismo. El Celta acababa de hacerse con el primer puesto de la tabla, pero algo no cuadraba para el técnico catalán.

El partido ante el Valladolid mostró un equipo muy parecido al de aquella tarde contra el Tenerife. Once jugadores con miedo, atrapados en un sentimiento de fatalidad inevitable. Fue la cuarta derrota seguida en casa, un dato demoledor que da buena idea sobre la magnífica primera vuelta que este equipo ha realizado para poder mantenerse todavía en lo alto.

¿Qué ha cambiado en unas pocas semanas? Mayormente, nada. Ese es el gran problema. El Celta ha perdido el rumbo con el mismo equipo que deslumbraba, y su entrenador pierde la paciencia viéndose obligado a modificar un sistema brillante por el mal de altura de sus jugadores. El regreso de Vila es un ejemplo magnífico. Se fue como un toro inexpugnable y ante los de Pucela fue una pompa de jabón en el centro de la defensa gallega.



Rueda de prensa post-partido de Paco Herrera (celtavigo.net)

Es hora de apartar las utopías. Lo que venga de más, bienvenido sea. Pero quedan nueve exámenes y las cuentas han de cuadrar a final de curso. Es vital conseguir al menos una decena de puntos en los próximos cinco partidos. Son rivales de la zona media-baja-desastrosa, encuentros donde el Celta ha de demostrar que todavía esconde esa calidad que hace unas jornadas guarda bajo llave.

El objetivo es llegar tercero (los de Luis Enrique no cuentan) a los últimos cuatro partidos. Ojo. Rayo, Elche, Xerez y Cartagena. Ya puede respirar. Tres de ellos en Balaídos, lo cual uno desconoce si es para alegrarse o para temblar (el Celta lleva arañados dos puntos más como visitante en lo que va de temporada).

Quizá con un campo a rebosar (y va a hacer muchísima falta), el gafe se evapore y la Rianxeira se conjure para afrontar unos play-off temibles. Ese debe ser el objetivo celtiña. Como se diría educadamente, basta de caralladas y a sumar de tres en tres. El tiempo para asustarse ha terminado. "Yo siempre he encontrado el camino". Vigo peregrinará contigo, Herrera.

No es -7. Es +8

Roberto Carrera
Roberto Carrera Hernández
domingo, 10 de abril de 2011, 22:07 h (CET)
Siete jornadas sin ganar y siete puntos por debajo del dueto Betis - Rayo. A nueve encuentros del final, y sin intención de romper ilusiones, el Celta debería poner los pies en el suelo y comenzar a administrar la ventaja que lo mantiene como máximo favorito a los play-off. Todo lo que huela a ascenso directo es ya chamusquina. El liderato fue un virus voraz que, en apenas una semana, comenzó a desgastar a un equipo que no estaba preparado.




El balón para un lado, el Celta para el otro. Sin mimar al esférico no hay éxito posible. (nortecastilla.es)

"Aún no estamos maduros". Son palabras que recogíamos en este diario desde la sala de prensa de Balaídos, en boca de un Paco Herrera que se olía el espejismo. El Celta acababa de hacerse con el primer puesto de la tabla, pero algo no cuadraba para el técnico catalán.

El partido ante el Valladolid mostró un equipo muy parecido al de aquella tarde contra el Tenerife. Once jugadores con miedo, atrapados en un sentimiento de fatalidad inevitable. Fue la cuarta derrota seguida en casa, un dato demoledor que da buena idea sobre la magnífica primera vuelta que este equipo ha realizado para poder mantenerse todavía en lo alto.

¿Qué ha cambiado en unas pocas semanas? Mayormente, nada. Ese es el gran problema. El Celta ha perdido el rumbo con el mismo equipo que deslumbraba, y su entrenador pierde la paciencia viéndose obligado a modificar un sistema brillante por el mal de altura de sus jugadores. El regreso de Vila es un ejemplo magnífico. Se fue como un toro inexpugnable y ante los de Pucela fue una pompa de jabón en el centro de la defensa gallega.



Rueda de prensa post-partido de Paco Herrera (celtavigo.net)

Es hora de apartar las utopías. Lo que venga de más, bienvenido sea. Pero quedan nueve exámenes y las cuentas han de cuadrar a final de curso. Es vital conseguir al menos una decena de puntos en los próximos cinco partidos. Son rivales de la zona media-baja-desastrosa, encuentros donde el Celta ha de demostrar que todavía esconde esa calidad que hace unas jornadas guarda bajo llave.

El objetivo es llegar tercero (los de Luis Enrique no cuentan) a los últimos cuatro partidos. Ojo. Rayo, Elche, Xerez y Cartagena. Ya puede respirar. Tres de ellos en Balaídos, lo cual uno desconoce si es para alegrarse o para temblar (el Celta lleva arañados dos puntos más como visitante en lo que va de temporada).

Quizá con un campo a rebosar (y va a hacer muchísima falta), el gafe se evapore y la Rianxeira se conjure para afrontar unos play-off temibles. Ese debe ser el objetivo celtiña. Como se diría educadamente, basta de caralladas y a sumar de tres en tres. El tiempo para asustarse ha terminado. "Yo siempre he encontrado el camino". Vigo peregrinará contigo, Herrera.

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