Transición democrática, transición energética, transición demográfica….¿cual falta para completar la cuarta esquina de ese telón que las élites políticas y corporativas emplean para separar a ellos de quienes detrás manejan el guion.
Ya resulta insoportable el ambiente político y la temperatura institucional que de manera creciente nos obligan a respirar en este país. Lo peor, que encima nos obligan a pagar un precio muy alto, tanto a familias como a trabajadores en activo y a quienes cumplida la edad se ganaron el derecho a una pensión.
A familias con niños de un país rico, situado por mucho a la cabeza de la UE en pobreza infantil y a la cola en ayudas a la dependencia infantil y de adultos (cada 15 minutos muere una persona en lista de espera de calificación) pues no llega ni al 0,8% del PIB cuando hay países de la OCDE que superan el 2%. A la cola en asistencia domiciliaria (nuestro espacio de vida) a mayores porque en España la tendencia sigue siendo agruparlos en residencias privatizadas con ánimo de lucro y asistencia muy cuestionada, cuando en Europa ya revierten a favor de la asistencia en propia casa. A la cabeza en tributación a las arcas públicas (45% de las rentas de trabajo) con gran pérdida de poder adquisitivo, mayor pobreza en las familias y mayor dificultad para crear hogares jóvenes.
Resulta insoportable como agravio comparativo a lo que disponen esas élites políticas aforadas y familiares enchufados de un país moralmente quebrado en esos ámbitos. Todo ello trasciende a que el binomio ingresos fiscales/reversión en prestación social es por mucho el más bajo de toda la UE. Una atomización de la atención a mayores (no hay porqué cerrar residencias) iría a favor de crear empleo asistencial de calidad, reduciría el desempleo y la gran lacra de la epidemia del siglo: la “soledad no elegida”. Aunque muchos países de Europa ya marcan esa tendencia progresiva con inversiones reales, aquí lo anuncian dentro de las reformas sociales para mejorar la calidad de vida de los mayores, que luego no se materializa por falta de partida presupuestaria…...o de interés.
¿Qué decir de las nuevas ayudas a menores de 18 años discapacitados? Sigo y conozco muy de cerca el caso de un niño de 10 años con diagnóstico 96% trastorno de espectro autista (TEA). Por situaciones-oportunidades que nos presenta la vida, he experimentado convivir con él en mi casa durante ocho días; por respeto a su intimidad no relato nada de lo “vivido” Con conocimiento de causa puedo asegurar que por la atención que requieren 24/24 horas, con la nueva prestación máxima de 483,80 euros al mes que promete el gobierno para este grado, no da ni para pagar un relevo de su cuidador habitual Llegado el caso probable de quebranto en su salud….¿quien cuidaría al cuidador?
Esta suma de realidades desconocidas se debe a la falta de transparencia, falta de ética y profesionalidad política y de educación en valores humanos, de unos gobernantes encapsulados por la ley del aforado y blanqueados por medios de comunicación y sindicatos subvencionados con millones de dinero público que se tiene que detraer de otras áreas desatendidas. Ello impide tomar conciencia de que seguimos ocupando puestos de cola en la OCDE en gasto social con arreglo al PIB y que seguimos a la cabeza en gastos de personal público no productivo que en cualquier empresa privada la declararía en quiebra total.
Lo que resulta verdaderamente alarmante es el último dato del Instituto de Actuarios Españoles (IAE) con respecto al crecimiento del desfase (62%) entre las pensiones que se perciben y las aportaciones realizadas en su día a través de las cotizaciones sociales. Un desajuste evaluado por el Factor de Equidad Actuarial (FdEA), que mide el grado de desequilibrio entre lo aportado y lo recibido por cada persona o medias. Siendo 1 el factor de equilibrio ideal, ha pasado de ser 1,55 en 2020 a 1,62 en 2025, lo cual nos dice a las claras que nuestro sistema es insostenible. Pagar de media un 62% más de lo que se ha cotizado es inmoral; también se da el factor por debajo de 1 en quienes cobran menos de lo cotizado por el “período de carencia” aplicado solo en España.
Si la pensión media fuese 1500 euros, el dato clave es conocer en que tramos entre la pensión mínima y máxima contributivas se produce el mayor desfase Descubriría que sector social se nutre indebidamente del esfuerzo de trabajo que supone a los asalariados actuales descontarles hasta el 45% del salario bruto para pagar a esos pensionistas, cuando como en otros países podría revertirse ese factor pagando las pensiones de los presupuestos generales.
Con ese dato tendríamos el relato y diagnóstico cuantitativo a un problema que en mayor o menor medida se da en todo el mundo: “Cerca del 30% de las personas que reciben pensiones no deberían recibirlas..son ciudadanos que no las necesitan” afirma Scott Galloway uno de los profesores universitarios más escuchados en EEUU. suscitando un debate muy recurrente en muchos países.
Pues bien, este es el relato; falta el diagnóstico cualitativo y la solución. Es en esta “arena” donde deberían lucirse en debates abiertos los sindicatos UGT, CCOO, ELA y LAB. Primero para informar a la ciudadanía; informar con el mismo celo con que nos ocultan este dato que lo dice todo y que encierra la clave del fracaso de nuestro sistema de pensiones e incremento de la brecha socieconómica en relación a las del resto de países de la OCDE. Conocer el diagnóstico con esta pregunta de arranque: ¿cual es el Factor de Equidad Actuarial medio de las pensiones contributivas que cobran los ciudadanos que han cotizado en el campo de trabajo productivo privado autónomo o por cuenta ajena, comparada con los que han trabajado en la función pública, como cargos en empresa pública, en institución parlamentaria, territorial, local o en la UE? La pregunta de cierre es: este mismo desfase ¿cómo se da en el resto de países de la UE?...pero aquí una vez más callarán. ¿Cómo saberlo?
No hace falta ser experto en nada, para saber a las claras cual es el mayor lastre por el cual en este país se pueden permitir esa brecha socioeconómica y desfase armonizador con el resto de países de la UE en derechos y prestación sociales: silencio mediático y complicidad sindical… bien subvencionados ambos
Tampoco hay que darle mucho a la cabeza, pues basta con observar la bisoñez profesional y comportamiento de algunos gobernantes, que denotan como mínimo una falta de formación cívica al desconsiderar (edadismo) el bagaje moral, experiencia y capacitación de unos mayores capaces de gestionar un ministerio independiente. A su vez diseñar la fórmula de elección y promoción de los cargos judiciales por ser la instancia clave de toda democracia que se precia como tal….y en España ya se va desvaneciendo y perdiendo esa esencia.
Es injusta la discriminación y ninguneo que sufrimos los mayores por la brecha digital, excesiva burocracia administrativa falta de servicios públicos y privados elementales en pueblos pequeños, uso inadecuado del lenguaje administrativo, aislamiento social, inseguridad económica, falta de opciones habitacionales…
Mucha exigencia en las oposiciones en capacitación con las nuevas tecnologías, formación técnico-administrativa...pero escasa formación humana que les capacite a ejercerse con empatía y cierto cariño al mayor. Lo propio en el ámbito político, docente, policial, médico, gerontoasistencial y hospitalaria hasta el punto de permitir que empresas privadas se lucren de la baja calidad nutricional de menús con exceso de alimentos procesados y refinados (harinas, azúcar...) y hasta tóxicos (sacarinas, gelatinas, colorantes…). Sirven para comer y llenar pero no para nutrir ni ayudar al cuerpo a sanar… más bien lo contrario.
“Se debe favorecer la convivencia, el diálogo y la proximidad como factores a desarrollar en nuestra sociedad. Desde la escuela se debe ser sensible a este planteamiento; es la gran asignatura pendiente de estos últimos 40 años. Por la superficialidad gestora, estamos en una cultura de la improvisación, de lo último. Cada noticia se come la anterior, aun siendo importante la primera. En cambio, hay otros temas institucionales que, indudablemente, tienen que profundizarse, como las relaciones intergeneracionales, que es importantísimo. Los medios de comunicación pueden realizar una gran labor en este aspecto. Y en los ayuntamientos deberían tener un concejal senior, con responsabilidades en el campo de las personas mayores. Y lo mismo tendría que ocurrir en las diferentes comunidades autónomas y en el Gobierno de España. Se podría hacer una importante labor para que los centros de mayores dejen de ser de acogida, y que en ellos también se invite a dar a conocer sus experiencias que pueden ser interesantes para ellos y para la sociedad en general. Es deseable más relación intergeneracional, más diálogo y más utilización de las personas mayores”. Poco más que añadir a este colofón en que se pide que haya más y más hasta llegar como mínimo al Factor Asistencial 1, que sería la media de la OCDE. Por otra parte, mientras sigamos con gestores públicos sumidos en la opacidad informativa, imposible darle la vuelta a ese sucio calcetín institucional en que de la corrupción y voracidad por ostentar cargos públicos inmunizados por el status de aforado, han hecho oficio de clase… la cuarta transición pendiente.
Termino con el dato que mata el relato, extraído de un titular de la GACETA de la Iberosfera del 1 de junio: “España cuenta con cerca de 250.000 aforados blindados ante la Justicia frente a ninguno en Alemania y Reino Unido, 19 en Francia, uno en Italia y Portugal y alguno más en el resto de Europa”
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