Recuerdo un día que debíamos llegar a las 21 horas, y con las esperas de los autocares, en pleno campo, llegamos con retraso 6 horas a Córdoba. Esta espera la tuvimos que hacer en la calle, sentados en las maletas o en las aceras.
Llevamos años y todos cuantos se imaginen ustedes, seguirán siendo pacto con el silencio de siempre. Una mudez que no cesa. Uno que lleva bastantes años jubilado y se ha tenido que enganchar en AVE, ha visto en ese tiempo las sacudidas, las esperas en plena vía del tren y en mitad del campo. Los plantones y sacudidas, con las esperas a que nos tienen acostumbrados la Renfe, a veces con periodos de cuatro y cinco horas en mitad de la nada en la ruta de Algeciras-Antequera.
El exabrupto con sus bufidos de siempre, el ministro de Transportes, nos ha dejado muchas veces en mitad de la nada, incluso las estaciones cerradas y, con el más difícil, echando el AVE marcha atrás 20 km esperando autocares para que nos llevaran a su destino, unos desde la estación de San Roque (Cádiz) a Antequera, otros a Córdoba y Madrid. Puesto que la estación de “socorro” en donde nos metieron con el tren echando marcha atrás estaba cerrada.
Para este gobierno somos los españoles, vecinos de cuarta. Los mandones del gobierno, en este caso que los apagones y los insultos no terminan, veo a un gobierno que pasa de todo, incluso de su propio deber. Las cosas pasan porque pasan, pero la dejadez en su clientela en ese caso último del robo, al parecer del cableado, no han tenido la vergüenza de tener a los viajeros una noche entera sin luz y los trenes parados en mitad de la nada.
A este enfermizo, enclenque y traidor gobierno, unos por unas “cositas” y otros por otras aventuras estraperlistas que se toman por su cuenta y riesgo, bueno, el riesgo no es para este gobierno comunista social que, desde que llegó este ser, el felón de Sánchez, se le ha atragantado España, dándole por detrás sin tener que ir a Cuenca. Los apagones y los insultos siguen sin solucionarlos. España está en UVI. Españolitos, vayan buscándose un CPAP, para entendernos, de un buen espirómetro, el célebre respirador marca española, así se quedará el dinero en casa. ¿Me comprenden?
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