Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Imagen | Hipocresía | Crítica | Sociedad | Valores

Cultura escrita

Parece que en la actualidad el saber queda en un segundo o tercer término frente al poder del dinero, de la imagen y la belleza
José Manuel López García
sábado, 29 de marzo de 2025, 13:32 h (CET)

La cultura visual domina la vida social y también la esfera pública actualmente, en el mundo de la globalización. La imagen lo domina todo, porque estamos inmersos en lo audiovisual y digital.  Lo que no significa que se pueda despreciar el lenguaje escrito, como algo del pasado que ya está superado, por las costumbres de los nuevos tiempos. Es absolutamente necesario preservar la profundidad del pensamiento analítico y de la abstracción. No en vano, las sentencias judiciales, por ejemplo, y los sumarios de los procesos son plasmados en negro sobre blanco, ya que la forma escrita es la que garantiza la rigurosidad, propiciando las argumentaciones basadas en razones profundas y en la lógica del lenguaje jurídico. Frente a la volatilidad de la oralidad o del habla, la permanencia de los escritos es una alternativa muy valiosa, que se puede considerar imprescindible. Se puede pensar en todo tipo de contratos que se ponen por escrito, como forma de garantizar los derechos y obligaciones de las personas y de las entidades. La alfabetización visual también es necesaria, pero lo es más todavía, a mi juicio, la textual y también el saber razonar y argumentar de modo coherente, sin falacias o razonamientos engañosos. Algo que es frecuente en una sociedad que es muy relativista y que se basa en la subjetividad y lo emocional, en vez de en la racionalidad, y en la que parece que todo vale.


No se debe perder la capacidad de pensar críticamente y con la cultura visual o de la imagen se está abandonando el análisis y la objetividad, en favor de las emociones y la espectacularización de la realidad. Esto es un craso error, de una considerable parte de la sociedad. No se puede reducir la necesidad de los procesos de abstracción. McLuhan afirmó que la cultura visual modificó la percepción del tiempo y del espacio. Lo que se traduce en una infravaloración de lo escrito, frente a las imágenes. Es cierto que en el mundo de la imagen se accede a una cultura más intuitiva y emocional, pero esto no significa que el análisis y la abstracción sean cosa del pasado, todo lo contrario. De hecho, la escritura es una de las invenciones más trascendentales de la humanidad. Aunque es cierto que Sócrates criticó su impacto en la memoria y en la interacción dialéctica o en las conversaciones y debates, esto no supone que el lenguaje escrito no sea esencial, para el conocimiento de cualquier saber. El mismo Platón escribió que lo escrito es el fármaco de la memoria, aunque reconocía que el arte de hablar y argumentar era primordial, por la facilidad que proporcionaba para ser creativo, en el ámbito de las ideas y de la creación literaria. Las estructuras mentales empleadas en la comprensión y creación de lo escrito y en lo visual son claramente diferentes.


Se percibe una considerable tensión entre la cultura visual y escrita. Ambas pueden convivir perfectamente. El problema es que ya se observa la tendencia generalizada, por una parte de la sociedad, a considerar que las razones profundas y las argumentaciones precisas e irrebatibles no son válidas y, en cambio, se valoran planteamientos muy superficiales basados en muchas situaciones de habla, que responden a sesgos interpretativos o cognitivos falsos o irracionales y a falsas ideas y sofismas. Se puede encontrar un equilibrio, que permita aprovechar las fortalezas de ambas formas de cultura.


No se sostiene, que la comunicación tenga que basarse en procesos fundamentados en la emoción y los sentimientos, de modo exclusivo, ya que no se puede desplazar el discurso racional y argumentativo que es imprescindible, por numerosas razones y motivos. Se pueden utilizar las emociones al hablar, pero la lógica no es prescindible en el uso del lenguaje. Lo espectacular está presente, por todos lados, en la cultura visual actual, en pleno siglo XXI. Pero, no hay que olvidar que la educación formal está realmente basada en la lectura y la escritura y no en las imágenes, aunque también son importantes. Los textos escritos siguen siendo los principales vehículos del conocimiento y la autoridad intelectual, incluso en el siglo XXI.


Es cierto que los niveles de lectura han bajado de forma enorme, ya que, aproximadamente, la mitad de la población española nunca ha leído un libro.  Es un dato demoledor. Parece que, en bastantes hogares, ya no se tiene la costumbre de tener biblioteca, porque no se considera necesaria y útil. No todo está en Internet. Además, la lectura mejora y aumenta la inteligencia y la memoria y potencia la imaginación.


Parece que en la actualidad el saber queda en un segundo o tercer término frente al poder del dinero, de la imagen y la belleza. El resto está como en un segundo plano, sin interés. Es el resultado de una interpretación de la realidad que se basa en lo emocional, inmediato y fácil, frente a lo difícil y exigente que está mal visto o considerado. Es la cultura de lo sencillo y la negación del valor del esfuerzo apasionado y creativo.

Noticias relacionadas

Vivimos en una sociedad que venera la juventud hasta la idolatría, mientras relega a la madurez a un rincón de invisibilidad. A medida que el calendario avanza, parece que los logros personales y profesionales se devalúan, como si la capacidad de crear o disfrutar de la vida tuviera fecha de caducidad. La realidad demuestra lo contrario, la verdadera riqueza humana florece en la experiencia, y es en la madurez donde alcanzamos nuestra cumbre personal.

Un día tras otro nos encontramos con frases de admiración sobre el ritual que rodea el fallecimiento de un papa y la consiguiente elección de otro. Los diversos comentaristas (especialmente si no son creyentes) ponderan las distintas ceremonias, su perfecta organización, sus ropajes y toda la parafernalia que hay alrededor. Parece que no les gustaría que acabara pronto esta “fuente” de noticias.

La sede de Pedro yace vacante y el mundo contiene el aliento. Mientras los medios y las redes sociales calculan votos y afinidades, y las cámaras enfocan la chimenea de la Capilla Sixtina —donde Miguel Ángel dejó su visión de la grandeza y la fragilidad humana—, los cardenales se recogen para dar continuidad a un rito que, mirando al futuro, encuentra sus raíces en la solemnidad del pasado.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto