Gallinácea
Con guita
cantaría otro gallo
Retocado aquí y allá
acentuaría mi vigencia
No daría tregua ni
la mangaría
Con guita
el gallo
amanecería más temprano.
En la casucha
En la casucha de los Rodríguez éstos en la que caí
no tengo futuro
Poco y malo:
paupérrimo
Demasiados hermanos
Desconfío: ¿me querían tener?
¿fue adrede?
Para calarlos
me bastan
tan sólo dos horas
de vida.
No sólo no sé
¿Quién soy?
No sólo no sé quién soy
No sé quién soy
ni qué hace este dedo mío
en contacto tembloroso con el gatillo
de este rifle de mi padre
en mi boca.
Sarteneado
Cavilo sobre los mangos de las sartenes
cavilo sobre los apropiadores de los mangos
cavilo sobre las repercusiones del ejercicio de la apropiación
cavilo sobre mi bombardeada subjetividad
repercutida
por el capitalismo
y sus consecuencias
Cavilo
sobre la sartén.
Jactancia
No es por jactarme, pero
he conocido muchas noches de terror
Sin ir más lejos, ésta:
¿qué hago aquí, colgado
de un gancho de carnicería
a no sé cuántos grados bajo cero
desnudo y desangrándome
desde hace tres putas horas jodidísimas
delante de todos?
Para quedarte
Ancianidad
—tesoro, al fin—
llegaste.
Atenaceado
Atenaceado
por el desconcierto pelé
una banana
la cual comí
Y de inmediato, me dije:
ya que estoy, lo hago
lo que tanto hace
que postergo
Y lo hice
Lo que hice incidió
desconcertantemente.
Desbordes efímeros
Quien los haga
es lo de menos para mí:
lo importante es meterla adentro
y algunas veces: ganar
Si no la metemos adentro
si no ganamos
no festejamos:
no nos palmeamos
no nos abrazamos
no nos revolcamos
Siempre que puedo capitalizo
mis chances de intimidad con mis compañeros
los haga yo los goles
o ellos.
Había una vez...
Había una vez
hace mucho, mucho tiempo
una hermosa niña que vivía en el bosque
y que a veces comía perdices
(en estofado)
a veces comía cualquier cosita
(se arreglaba)
y a veces no comía
(ni medio).
De colección
Sacale viruta al piso
peiná canas
y obedecé a tus padres
Ni se te ocurra
dejarme en la estacada.
Tener gusto en una cosa
Yo, en mi adolescencia
nada que ver con Rimbaud:
tenía mierda en la cabeza:
me complacía redactando
versos complacientes
“Complace al órgano”
me recomendaba mi tío, el musicastro
¡Era un loco!
Tanto él como yo
nada que ver con Mozart.
El deceso
El deceso de Augusto enluta
al Banco Riggs de Washington
El deceso de Augusto José enluta
a la Agencia Central de Inteligencia en Chile
El deceso de Augusto José Ramón enluta
a Margaret Thatcher y a la institución liderada por Juan Pablo
[segundo
El deceso del General Augusto José Ramón enluta
a su consejo militar de 1973
El deceso del General Augusto José Ramón Pinochet Ugarte
enluta el 10 de diciembre de 2006
Día Universal de los Derechos Humanos
a los Chicago Boys y al caballo sin jinete
escoltando al féretro.