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para empezar a hablar
para empezar a hablar
tuve un hijo
¡no carne de mi no carne!
¡no letra de mi no letra!
¿lo plasmo desde la estética
o desde la salutífera?
¿lira benigna (salmodia)
o filete de asno entre las cenizas?
(¿y donde hubo cenizas?)
¿rescato y como
o dono mi esqueleto?
dentro de mí fuera de mí
dentro de mí fuera de mí
pálpito pasión y resurrección
semillitas de maldad
perspicacia rebanada por la envidia
férreos conceptos para las miserias espesadas
a golpe de espina sórdida en un inestable contraluz
dentro de mí fuera de mí
a pulmón
(a celedonio esteban flores)
¿y qué si me perfilo abonado a la sociedad argentina del descuadre
y la ocurrencia que me acecha no me deja respirarte?
sin aliento trágico
ni último aliento
ni última humorada
y lucías cómo lucías cuando te conocí
a lo oscuro este malevo
por una estrofa de los pardos bardos y las musarañas
escupió la entraña
del suburbio y declaró tu nombre es fatiga
felino en el dormitorio
respira conmigo
en mi pecho dormita nuestra gata
reposa sobre mí
apagó ya el motorcito emocionante
no dormirá mucho
pronto despertará
me mirará desde la especie
acercará sus bigotes a mi barba
aparentará volver a acomodarse
y como si tal cosa
hundirá sus patas en mi estómago
y saltará hacia otros ensueños en una orilla de la cama
infección
odioso polen
que a mi limbo asciendes
por una vía
sin embargo, muerta
flota la lluvia y al revés
brinco en el blanco
cedo embargando
con mis propagaciones
te gano la llegada
cuerpo del amor
y dura
posibilidades
¿en la perpendicularidad de tu lujuria me entrometí
como un bizcocho máximo improbable
o
en la improbabilidad de tu bizcocho me maximicé
como un lujurioso entrometido perpendicular
o bien
maximado lujurié improbabilizante
en la entrometición bizcochoza de tu perpendicularismo?
simetría
duelo o
dueto o
algo como una simétrica duda:
¿me enfrento o
me acoplo?...
de turno
dicho que te impongo un tururú de veneno
con desidia propia de malandras acongojados
que morfándose mariposas de inevitable crepúsculo
dictaminan que el tururú se cabree y more en lo incierto
para mayor gloria de dios
y el traidor de turno traduce padre
seriales
poder podría
instalarme con mis blandengues a las puertas de los ministerios
haber habría
una enorme receptividad por parte de las iniquidades establecidas
haber podría
poder habría
estampa
“¡no me venga con andróminas!”
enfatiza muy suelto de cuerpo
el robot ensangrentado
sufría
y yo
irreparable humano (de humanitis, humanidad)
desanduve el desconcierto
testigo
de su soberbio buen humor
Cada vez que aparece un libro del escritor Daniel Alarcón, una pregunta cae por insistencia, con mayor razón cuando quienes la formulan son, en su mayoría, escritores en actividad. ¿Es Alarcón un escritor peruano? Para algunos sí, para otros no.
Jorge Urreta es un escritor bilbaíno, veterano y especializado en 'thriller', género que acostumbra a mezclar con otros como el paranormal, la ciencia ficción, la novela negra o la novela policiaca. Desde 2012 ha venido publicando con distintas editoriales y ha cosechado una comunidad muy fiel de lectores. Es un autor prolífico que ha trabajado tramas de todo tipo, a cuál más fascinante.
Habiendo definido el tema y el personaje de mi escrito de ahora, vino a mi memoria una frustrada ilusión literaria, cuando siendo un mozuelo, con interés, puse atención al radio estación de la Radio Occidental donde mi hermano mayor Moncho, para codearse con sus compañeros de clase, entre los que sobresalían los jóvenes Rothschild, pues Moncho, declamaría un poema para concursar, a espera de ganar un gran premio de 20 pesos de entonces.
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