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Las entidades bancarias pecan de tener unos servicios al ciudadano poco menos que desaconsejables, irresponsables y criticables. Malos para el usuario y ventajosos para las entidades

Mala Administración pública, excesivo egoísmo bancario

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Nunca he tenido dudas de que la actividad política debe ser enfocada para la solución de los problemas de la sociedad. Ha llegado un momento en que se confunden los objetivos y las perspectivas: prima lo ideológico, el insulto, el desprecio y la humillación fácil al contrincante, que no enemigo. Empiezan a no servir de nada los ideológicos y estériles debates, más orientados al marketing electoral que a hacer más fácil la vida de la ciudadanía. ¿Alguien cree que se puede debatir con la «ministra de violadores»? Imposible, esa no suelta el sueldazo ni con agua fuerte porque no podría «regresar a casa sola y borracha». Pero, tranquilos, que han caído árboles más altos y ésta es solo una berza ya podrida.


En lo último que suele pensar el cada vez más extendido analfabetismo político de muchos políticos de vía estrecha es en la necesaria inversión. Los sueldos no caen del cielo, como creen los sindicatos y la ministra de Empleo, hasta que les toque a ellos pagarlo. Pero como esa situación no se dará nunca… Muy necesario es atraer inversión extranjera que genere riqueza estable y empleo sostenible. Es preciso ofrecer a los inversores un contexto de estabilidad económico-política y jurídica, y sin permanente asfixia fiscal.


Esas condiciones quien mejor las trabaja y las lleva a cabo es la Comunidad de Madrid, además de creer en las políticas estables y duraderas. Justo lo contrario es lo que ha sucedido en Cataluña, donde la envidia política, empresarial, fiscal y financiera ha llevado a tachar a Madrid de «paraíso fiscal al uso», en la misma medida y con la misma contundencia con que lo hicieron la transgresora, Mónica Oltra, y el presunto corrupto y corruptor, todavía presidente Ximo Puig.


¿Y qué pasa con la degradada Administración española? Sencillamente que está colapsada; no atiende, ni responde, ni sirve para dar satisfacción a los problemas de la ciudadanía. La propia Seguridad Social ya es un caos en algunas provincias por falta de personal y por malas planificaciones ministeriales. Pero no solo la Administración en general, también la empresa privada tiene sus pufos escondidos y sus cadáveres putrefactos: los bancos pecan de haber llegado a unos servicios ciudadanos poco menos que desaconsejables y criticables. Poco rentables para el ciudadano y sí muy ventajosos para las entidades. Parece que la rentabilidad bancaria pretenden buscarla por otros derroteros ajenos al cliente y que abarcan desde la subida de tipos hasta la repercusión del «impuestazo» bancario en el usuario.


Nadia Calviño ya se la envainó dos veces y volverá a hacerlo porque tiene sobre su testa la espada de Damocles de la corrupción de los fondos europeos y el fuerte y consabido descontrol de las «perras» del Estado. No lo dice el analista, Jesús Salamanca, lo dice y lo documenta la Unión Europea, con la presidenta al frente de la Comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo: «Seguimos sin saber cómo y en qué gasta el Gobierno español los 140.000 millones de fondos UE». Y continuaba diciendo: «Iremos a España porque el Gobierno no nos dice dónde están y a qué ha dedicado los fondos de recuperación».


La torpeza del Gobierno español, cegada por el chantaje de ERC y el independentismo catalán, así como por el empuje de los golpistas «santificados» y el afán de seguir en Moncloa como sea, no ha pasado desapercibido para la comisión de Control Presupuestario de la UE: «Rebajar la malversación abre la puerta a la corrupción política». Un europarlamentario socialista decía a sus compañeros del Partido Socialista Europeo que «un Gobierno chantajeado no puede trabajar porque es un Gobierno en exceso exigido y puteado». Parece que el mentiroso y corrupto, Pedro  Sánchez, alias «cum fraude», no admite lecciones de nadie, salvo de Mohamed VI por el contenido que saldrá el lunes del «Pegasus». La llamada desde Gabón le dejó mal cuerpo para toda la jornada.


Sepan que no bajó al moro por casualidad, ni había nada serio previsto o planificado, ni lo era que llevara un séquito tan numeroso, sabedor de que varios de ellos y ellas están en agujeros malolientes, «Pegasus», dixit. Lo raro es que no llevara a la exministra, González Laya: demasiado asustada para enfrentarse a la realidad de lo que le espera. Unidas Podemos ha ejercido de lo que sabe hacer; es decir, ha hecho de Pilatos, que es lo más acertado para evitar picaduras y salpicaduras. Veremos cómo sale el «admirador» ministro de «Rabocop69» en su cita parlamentaria de esta semana.


Los gobiernos están obligados a trabajar los mercados financieros y a facilitar la inversión a la ciudadanía. Todo un destrozo el que hemos presenciado estos días en las puertas del Banco España para solicitar deuda del Estado. Hay, sin duda, otros canales más igualitarios como las propias entidades bancarias donde el Estado puede canalizar esa deuda. Ahí tienen el caso del BBVA, quien ha ofrecido a su clientela la posibilidad de inversión de la que venimos hablando. Por el contrario, el Banco de Santander y otros del Ibex35 se lo ha callado cual áspera prostituta que desprecia dar información sobre su persona.


Esas diferencias son las que marcan el futuro y la perspectiva de servicio a la ciudadanía: mientras BBVA intenta meterte deuda del Estado hasta que te hartes, el BS se limita a mirarte con ojos de desprecio como si llegaras exigiendo el cierre bancario de la oficina. Y así en muchos otros servicios. Pero ya caerán los más remolones y menos responsables.


Tal vez sea del caballo por el peso excesivo del caballero; tómese al caballo como la empresa y al caballero como lo que es. Solo hay que sentarse a esperar en el quicio de la puerta hasta que el cadáver pase en caja de pino. ¿Acaso no se cayó San Pablo del caballo cuando iba camino de Damasco? Y eso que apenas pesaba el pobre pescador. Al tiempo. 


Dinero

Mala Administración pública, excesivo egoísmo bancario

Las entidades bancarias pecan de tener unos servicios al ciudadano poco menos que desaconsejables, irresponsables y criticables. Malos para el usuario y ventajosos para las entidades
Jesús  Salamanca
lunes, 6 de febrero de 2023, 09:07 h (CET)

Nunca he tenido dudas de que la actividad política debe ser enfocada para la solución de los problemas de la sociedad. Ha llegado un momento en que se confunden los objetivos y las perspectivas: prima lo ideológico, el insulto, el desprecio y la humillación fácil al contrincante, que no enemigo. Empiezan a no servir de nada los ideológicos y estériles debates, más orientados al marketing electoral que a hacer más fácil la vida de la ciudadanía. ¿Alguien cree que se puede debatir con la «ministra de violadores»? Imposible, esa no suelta el sueldazo ni con agua fuerte porque no podría «regresar a casa sola y borracha». Pero, tranquilos, que han caído árboles más altos y ésta es solo una berza ya podrida.


En lo último que suele pensar el cada vez más extendido analfabetismo político de muchos políticos de vía estrecha es en la necesaria inversión. Los sueldos no caen del cielo, como creen los sindicatos y la ministra de Empleo, hasta que les toque a ellos pagarlo. Pero como esa situación no se dará nunca… Muy necesario es atraer inversión extranjera que genere riqueza estable y empleo sostenible. Es preciso ofrecer a los inversores un contexto de estabilidad económico-política y jurídica, y sin permanente asfixia fiscal.


Esas condiciones quien mejor las trabaja y las lleva a cabo es la Comunidad de Madrid, además de creer en las políticas estables y duraderas. Justo lo contrario es lo que ha sucedido en Cataluña, donde la envidia política, empresarial, fiscal y financiera ha llevado a tachar a Madrid de «paraíso fiscal al uso», en la misma medida y con la misma contundencia con que lo hicieron la transgresora, Mónica Oltra, y el presunto corrupto y corruptor, todavía presidente Ximo Puig.


¿Y qué pasa con la degradada Administración española? Sencillamente que está colapsada; no atiende, ni responde, ni sirve para dar satisfacción a los problemas de la ciudadanía. La propia Seguridad Social ya es un caos en algunas provincias por falta de personal y por malas planificaciones ministeriales. Pero no solo la Administración en general, también la empresa privada tiene sus pufos escondidos y sus cadáveres putrefactos: los bancos pecan de haber llegado a unos servicios ciudadanos poco menos que desaconsejables y criticables. Poco rentables para el ciudadano y sí muy ventajosos para las entidades. Parece que la rentabilidad bancaria pretenden buscarla por otros derroteros ajenos al cliente y que abarcan desde la subida de tipos hasta la repercusión del «impuestazo» bancario en el usuario.


Nadia Calviño ya se la envainó dos veces y volverá a hacerlo porque tiene sobre su testa la espada de Damocles de la corrupción de los fondos europeos y el fuerte y consabido descontrol de las «perras» del Estado. No lo dice el analista, Jesús Salamanca, lo dice y lo documenta la Unión Europea, con la presidenta al frente de la Comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo: «Seguimos sin saber cómo y en qué gasta el Gobierno español los 140.000 millones de fondos UE». Y continuaba diciendo: «Iremos a España porque el Gobierno no nos dice dónde están y a qué ha dedicado los fondos de recuperación».


La torpeza del Gobierno español, cegada por el chantaje de ERC y el independentismo catalán, así como por el empuje de los golpistas «santificados» y el afán de seguir en Moncloa como sea, no ha pasado desapercibido para la comisión de Control Presupuestario de la UE: «Rebajar la malversación abre la puerta a la corrupción política». Un europarlamentario socialista decía a sus compañeros del Partido Socialista Europeo que «un Gobierno chantajeado no puede trabajar porque es un Gobierno en exceso exigido y puteado». Parece que el mentiroso y corrupto, Pedro  Sánchez, alias «cum fraude», no admite lecciones de nadie, salvo de Mohamed VI por el contenido que saldrá el lunes del «Pegasus». La llamada desde Gabón le dejó mal cuerpo para toda la jornada.


Sepan que no bajó al moro por casualidad, ni había nada serio previsto o planificado, ni lo era que llevara un séquito tan numeroso, sabedor de que varios de ellos y ellas están en agujeros malolientes, «Pegasus», dixit. Lo raro es que no llevara a la exministra, González Laya: demasiado asustada para enfrentarse a la realidad de lo que le espera. Unidas Podemos ha ejercido de lo que sabe hacer; es decir, ha hecho de Pilatos, que es lo más acertado para evitar picaduras y salpicaduras. Veremos cómo sale el «admirador» ministro de «Rabocop69» en su cita parlamentaria de esta semana.


Los gobiernos están obligados a trabajar los mercados financieros y a facilitar la inversión a la ciudadanía. Todo un destrozo el que hemos presenciado estos días en las puertas del Banco España para solicitar deuda del Estado. Hay, sin duda, otros canales más igualitarios como las propias entidades bancarias donde el Estado puede canalizar esa deuda. Ahí tienen el caso del BBVA, quien ha ofrecido a su clientela la posibilidad de inversión de la que venimos hablando. Por el contrario, el Banco de Santander y otros del Ibex35 se lo ha callado cual áspera prostituta que desprecia dar información sobre su persona.


Esas diferencias son las que marcan el futuro y la perspectiva de servicio a la ciudadanía: mientras BBVA intenta meterte deuda del Estado hasta que te hartes, el BS se limita a mirarte con ojos de desprecio como si llegaras exigiendo el cierre bancario de la oficina. Y así en muchos otros servicios. Pero ya caerán los más remolones y menos responsables.


Tal vez sea del caballo por el peso excesivo del caballero; tómese al caballo como la empresa y al caballero como lo que es. Solo hay que sentarse a esperar en el quicio de la puerta hasta que el cadáver pase en caja de pino. ¿Acaso no se cayó San Pablo del caballo cuando iba camino de Damasco? Y eso que apenas pesaba el pobre pescador. Al tiempo. 


Dinero

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