Es la actitud más noble y bondadosa,
que se brinda a un necesitado, por alguien que se siente preocupado al comprobar su situación penosa.
Pensar en los demás, es noble cosa, y aún más para quien opte de buen grado, dar su apoyo aun desamparado de manera directa y generosa.
La caridad no busca gratitudes, ni homenajes, ni premios ni menciones que enturbiarían el fin perseguido.
Está llamada, junto a otras virtudes, a consolar a aquellos corazones que sufren la indigencia y el olvido.
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