| ||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||
Pretenden con gran vehemencia,
y premeditada saña,
borrar el nombre de España,
demostrando su indecencia.
E impulsan con virulencia,
su negro plan proyectado,
(de engaños aderezado)
buscando ardorosamente,
hurgar dentro de la mente,
hasta que lo hayan logrado.
El ejemplo concluyente,
está en nuestra selección,
donde la mala intención
actúa de forma creciente.
Porque resulta evidente,
así al menos se me antoja,
(y me llena de congoja)
que se use una cabriola,
no llamándola española,
para decirle la roja.
Pero yo conozco a España,
y sé que, a los españoles,
no nos imponen los roles
nacidos de una artimaña.
Y confío en que la patraña,
que el adversario enarbola,
se transforme en la aureola
que reclama la razón,
llamando a la selección:
LA SELECCIÓN ESPAÑOLA.
En “La isla de los pingüinos” Anatole France (Premio Nobel, 1921) aborda con ironía el asunto del formalismo. Después de que el personaje inicial, Mael, por su vejez y casi ceguera, bautice a unos pingüinos creyendo que son hombres, se abre en el cielo una diatriba para establecer si ese bautismo es válido. No se puede ir contra las formas. El problema se resuelve finalmente aceptando la propuesta de que los pingüinos se transformen en humanos (unos pingüinos bautizados terminarían en las llamas eternas, en cuanto no cumplirían con la ley de Dios).
Últimamente, la cuestión de una hipotética fusión bancaria entre el BBVA y el Banco Sabadell, ocupa las portadas de noticias de televisiones y radios y también de los periódicos en España. Es lógico que suceda, porque supone una vuelta de tuerca más, en un intento de intensificar la concentración bancaria en nuestro país.
Reproduzco la carta de los padres de Vera al presidente del Gobierno que hicieron pública durante el periodo de "reflexión" de Pedro Sánchez, pues a pesar del tiempo transcurrido en el que el vuelco del castillo hinchable de Mislata provocó el fallecimiento de dos niñas por múltiples irregularidades en enero de 2022, poco se ha hecho en los tribunales y en las administraciones nada que sepamos.
|