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​Abandono institucional en los colegios públicos

El CEIP Blasco Ibáñez, del municipio valenciano de Beniparrell, permanece cerrado desde hace más de seis meses por la trágica DANA
Diego Nevado Martínez
sábado, 10 de mayo de 2025, 12:04 h (CET)

Unnamed


El Colegio de Educación Infantil y Primaria Blasco Ibáñez, del municipio valenciano de Beniparrell, permanece cerrado desde hace más de seis meses por la trágica DANA. 


El desastre meteorológico arrasó los cimientos del edificio al que acudían 131 alumnos, afectando al sótano de la escuela y quedando las aulas inhabitables. Ahora, las familias denuncian una cadena de soluciones insuficientes y tardías.


Lorena Expósito, madre de dos alumnos del centro afectado, explicó recientemente a Público la incertidumbre y la "falta de respuestas claras" que han sufrido desde que la escuela cerró. "Al principio, la Conselleria de Educación, que lidera el popular José Antonio Rovira, nos dijo que en dos semanas estaría reparado, pero luego empezó a hablar de trámites administrativos y aseguró que tardarían un poco más", informa. Según señala, la Conselleria les prometió que el colegio estaría listo en marzo, "después retrasaron la fecha a abril y ahora ni siquiera tenemos garantías de que abra en septiembre".


Expósito detalló en ese medio las medidas que se han adoptado desde el cierre de la escuela. "Los menores estuvieron un mes sin colegio y, a finales de noviembre, los reubicaron en dos centros de la localidad vecina de Silla: los de Infantil al CEIP Virgen de los Desamparados y los de Primaria al CEIP El Pati", explica. 


Esta separación supuso el primer golpe emocional para los menores, ya que "lo pasaron mal cuando les separaron de sus hermanos y amigos". Además, denuncia que la reubicación ha sobrecargado a los centros receptores: "Los niños de Infantil dan clase en pasillos, en salas de profesores... No tienen espacio, porque esto se planteó como algo provisional para un mes", insiste.



LA NEFASTA EMPRESA DE TRANSPORTE ESCOLAR 



Tras la reubicación de los alumnos, Expósito indica que se habilitó un servicio de transporte escolar gestionado por la negligente empresa Monbus. Sin embargo, asegura que "esta compañía dio problemas desde el principio". Las familias reclamaban tres autobuses para cubrir adecuadamente el traslado, pero según denuncia la madre afectada, "la Conselleria solo nos facilitó dos". Esto obliga a que uno de los autobuses haga dos trayectos: "Primero recoge a un grupo de niños y luego vuelve a por el resto", señala. Según Expósito, la falta de previsión está provocando la pérdida de horas semanales de clases.


"Un día sí, un día no, el autobús está averiado, no tiene conductor o viene sin monitor", resume la madre afectada a público. La gota que colmó el vaso, según narra, se produjo el pasado 30 de abril: "El autobús tenía que recoger a los niños a las 15.00 horas. Fue, pero sin monitor, por lo que no les recogió. Allí había un profesor de guardia que se quedó con ellos, solo uno, para todo el ciclo de primaria, es decir, seis clases". 


"Cuando llegamos, los niños estaban todos llorando porque pensaban que no iban a poder volver a sus casas", explicó con voz entrecortada. 


Importante es recordar el historial que esta empresa tiene y las diferentes negligencias en otros colegios como el Rosa Llácer de educación especial.


Las familias denuncian que la situación también está afectando su conciliación laboral. "Abuelos, tíos… ya no sabes de quién tirar porque todos trabajamos y nos tenemos que ir. Nos hemos ayudado entre todos", afirma Expósito. Y a la salud mental de los menores: "Mi hija tiene seis años y está en su primer año de Primaria. Son niños que ya de por sí han vivido cosas muy fuertes, una pandemia y una DANA", comenta. "Con nuestros hijos no juguéis. La situación está siendo horrible", lamenta. A la frustración se suma la impotencia por la falta de una respuesta institucional: "Cualquier persona que tenga hijos y vea la situación en la que se encuentran los niños de Beniparrell, yo creo que se le tiene que encoger el corazón. No sé por qué al conseller no se le encoge nada".


La presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del CEIP Blasco Ibáñez, Elisabeth García, en declaraciones a Público, señala a la Conselleria de Educación como principal responsable del retraso en la reapertura del centro.


Todo esto podéis conocerlo con más detalle a través de la página de Instagram @familiasindigdanas.


NO ES EL ÚNICO CASO 


La comunidad educativa del colegio Villa Romana de Catarroja, formada por las familias del alumnado y de el Ampa, ha protestado este viernes por la mañana ante las puertas del centro escolar para exigir a Conselleria de Sanidad el fin de las obras que permita el regreso de todo el alumnado, puesto que desde finales de enero solo están impartiendo clases los niños y niñas de cuarto a sexto de Primaria.


Las familias, organizadas a través del AMPA, alzan la voz ante lo que califican como la inaceptable situación de abandono que sufre el centro desde hace más de seis meses. Las obras de reconstrucción, necesarias tras los graves daños causados por la DANA del 29 de octubre de 2024, avanzan a un ritmo "desesperadamente lento, afectando gravemente a la comunidad educativa". 


Durante estos seis meses, los estudiantes han sido repartidos en tres centros diferentes, con especial impacto en el alumnado más vulnerable. Los cursos de 2º, 3º de primaria y el aula UEECO (que atiende a alumnos con necesidades educativas especiales) están actualmente desplazados al colegio Jaume I y el alumnado de infantil y 1º está en el colegio Bertomeu Llorenç. Esta situación no solo dificulta el día a día logístico de las familias, sino que ha provocado problemas emocionales serios en algunos menores, incluyendo alteraciones de conducta.


Las familias advierten de que desde la Conselleria de Infraestructuras de Valencia se han lanzado diversas promesas incumplidas: primero aseguraron que las obras estarían listas tras Semana Santa, después fijaron la fecha para el mes de mayo. Sin embargo, ya en el mes de mayo, lo único que observan las familias es a obreros detenidos en la puerta del centro, presuntamente por falta de material. 


A día de hoy, aún faltan por construir los baños y colocar las puertas en las aulas, elementos básicos para un mínimo funcionamiento del colegio. Por ello, "exigimos a las autoridades competentes una respuesta inmediata y la finalización urgente de las obras.


Seis meses deberían haber sido más que suficientes para concluir unos trabajos que afectan directamente al derecho a la educación de nuestros hijos e hijas".


Desde el AMPA señalan que "estamos hartos y hartas. Queremos soluciones, no más excusas. Nuestros niños y niñas necesitan volver a su colegio, a su rutina, a su vida normal, y lo necesitan ya". 


"LA DANA SE LLEVÓ NUESTRA VIDA"


Entre los testimonios está el de una madre con dos hijos. Su narración es desgarradora y pone de manifiesto lo que implica para la familia tener que cambiar de ambiente tras haberlo perdido todo con la DANA. 


"La DANA llegó sin piedad, arrasando con todo. En cuestión de horas, nuestra casa quedó sumergida hasta el techo. Tuvimos que salir corriendo con lo puesto: mi marido, nuestros hijos, nuestra perra y yo… Ni una maleta, ni una foto. Solo nosotros. Todo lo demás, nuestros recuerdos, nuestras cosas, nuestras raíces, desapareció bajo el agua como si nunca hubiera existido".


"Tuvimos que marcharnos. No porque quisiéramos, sino porque ya no teníamos dónde volver. Dejamos atrás no solo paredes rotas, sino un hogar lleno de momentos. Nos mudamos a otro pueblo, intentando empezar de cero con el corazón hecho trizas. Pero llegar a un lugar nuevo cuando no has cerrado la herida es como vivir a medias", señala.


Tras el cambio de domicilio, "nos sentíamos fuera de sitio, como piezas que ya no encajan. Extrañábamos a nuestros amigos, a los profes, las rutinas, los rincones por donde pasábamos cada día". 


Por eso, explica, "no pedimos solo reconstruir un cole, pedimos reconstruir nuestra comunidad, nuestra historia, nuestra esperanza. Levantar un nuevo edificio no es solo poner ladrillos: es devolvernos un pedazo de lo que el agua nos robó. Es demostrar que aún importamos". 


"Seis meses después, seguimos sin casa. Uno de mis hijos ha vuelto a Catarroja al colegio Jaume I porque no podía más sin sus amigos, sin sus profes. Mi otra hija sigue desplazada en otra localidad, porque aquí ya no hay instituto, y con septiembre acercándose, la incertidumbre sigue siendo nuestra única certeza".


Otra familia afectada señala que "hemos normalizado ir a un colegio que no nos corresponde, con la separación de hermanos en muchos casos en centros diferentes, con lo que supone para organizarnos y pedir ayuda para poder hacer frente". 


"Si para cualquier niño es difícil un cambio de colegio, para mi hija con necesidades educativas especiales, que necesita una rutina, un simple cambio la desestabiliza completamente", explica otra madre. "Ella sigue pasando por su cole y preguntando por su aula y ni yo ni nadie podemos decirle cuándo va a volver y menos aún hacérselo entender". 


En este caso, también es importante seguir la página de Instagram @ampavil.laromana.


Todo esto se suma a una larga lista de abandono institucional en los colegios de Paiporta, barrio de La Torre, Castellar, Alfafar y un montón de pueblos afectados. 


La infancia está sufriendo gravemente las negligencias de la administración, principalmente de todas las que gestiona la Generalitat Valenciana con el presidente del Ventorro a la cabeza.


BAÑOS QUE SE CAEN A PEDAZOS 


Aunque parece que la administración tras hacerse público ha reaccionado, el AMPA del colegio ciudad de Bolonia tiene activa una recogida de firmas con este texto:


Los hijos de más de 200 familias están en peligro inminente: los baños del Colegio Público Ciudad de Bolonia de Valencia están en condiciones deplorables e insalubres, planteando serios riesgos de salud y comprometiendo la integridad física de nuestros niños.


Desde la Directiva del AMPA y la Dirección del Centro Escolar, hemos solicitado repetidamente al Ayuntamiento y a la Conselleria de Educación que mantengan y reformen estas instalaciones. Sin embargo, nuestras voces han sido ignoradas.


Las instalaciones requieren una reforma integral urgente ya que como se ha indicado a las autoridades competentes en varias ocasiones:


  • Los azulejos se desprenden habitualmente de las paredes y suelo. Las puertas están rotas y sostenidas con celo.
  • Las tuberías están en mal estado y se provocan continuos atascos y desprenden un mal olor que se extiende al resto de instalaciones del centro.
  • Las cisternas, grifería y pilas están deterioradas.


Todo ello provoca, con frecuencia, inundaciones de las instalaciones lo que imposibilita, más si cabe su, uso.


Estas condiciones no reflejan el cuidado y la atención que nuestras escuelas deben brindar a nuestros niños. Los baños insalubres y deteriorados no solo son un riesgo para la salud, sino que también son un obstáculo para el aprendizaje en general y la dignidad de los estudiantes en particular.


Pedimos que los responsables de gestionar las instalaciones de nuestro colegio consideren seriamente la necesidad de renovar los baños. Estas condiciones insalubres son inaceptables para un establecimiento educativo que alberga a más de 200 niños, cada uno con el mismo derecho a instalaciones limpias y seguras. Por favor, tome en cuenta nuestra petición y ayúdenos a crear un mejor entorno de aprendizaje para nuestros niños. Firma esta petición para exigir unos baños dignos en nuestro Colegio Público Ciudad de Bolonia.


Reproducido el texto textual, cierto es que la administración parece ser que se ha comprometido a solucionarlo, pero al verse manchada su imagen en los diferentes medios de comunicación. 


Esto es una prueba más de la dejadez y pasotismo que la administración tiene hacia la infancia. 

Por ello, te voy a pedir que firmes igualmente la petición del AMPA en este enlace:


https://www.change.org/p/por-unos-ba%C3%B1os-dignos-en-el-colegio-p%C3%BAblico-ciudad-de-bolonia-de-valencia


Por si teníamos poco, la empresa de limpieza Serveo desde hace años ha gestionado la "limpieza" de varios colegios de Valencia, hasta hace poco que otra empresa ha ganado el lote 4.


La dejadez de esta empresa subcontratada por el Ayuntamiento de Valencia en cuanto a los centros educativos da también para otro artículo y lo sé de primera mano, además de que al Ayuntamiento tampoco ha parecido importarle mucho. 


El mismo Ayuntamiento que sigue permitiendo que en un montón de colegios del mismo lote árboles de la calle enfermos y que necesitan ser podados estén saturando patios de colegios de hojas, resina y bolas.


De verdad que podría explicar mil historias, pero no acabaría nunca este artículo.


Respecto a la reivindicaciones de los colegios de Catarroja y Beniparrell, la situación sigue siendo caótica y te pido que sigas las páginas de Instagram mencionadas anteriormente, además de interactuar en las publicaciones para que Instagram de más visibilidad. 


La infancia es una de las épocas más importantes de nuestra vida y debe ser protegida, respetada y una de las máximas prioridades de la administración.

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El pesimismo suele llenarlo todo, y la preocupación se palpa en el ambiente. La palabra «crisis» (económica, moral, educativa, cultural, ética, social...) monopoliza todas y cada una de las conversaciones que se llevan a cabo a lo largo y ancho de este país. Con este comienzo, lo más normal es que los lectores piensen que les quiero agobiar, pero ni mucho menos es esa mi intención.

El impuesto a los beneficios extraordinarios e ingentes de la banca es una cuestión de justicia social en España y en cualquier país del mundo. La justificación económica de lo que se recauda, por parte de Hacienda o del sistema de impuestos responde a la necesidad de gravar los excesos de rentabilidad bancaria.

 
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