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"Es hora de señalarte y nombrarte, para saber cómo matar tu maldición"

​Versos a un talibán

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Foto talibán

Eres un talibán.

Pero también eres un soldado de los Estados Unidos.

Pero también eres un tipo español apoyado en la barra de un bar.

Pero también eres un mierda.

Pero también eres un asco aplastable.

Eres el patriarcado.

Eres todo lo peor humano. Eres español. Eres ruso. Eres chino.

Eres especista. Siglo XXI y mira qué hijos paren las madres,

miasmas como tú,

os veo por las calles de mi barrio,

me da igual que mis vecinos vistan sin la sábana de la cama con que te rodeas al levantarte, ridículo imbécil embrutecido,

porque en ellos veo tu cara, aunque vistan trajes chaqueta son

talibanes cagados de mierda como tú.

El Biden se ha lucido,

20 años con los soldaditos de la paz, ay qué bonito,

y ahora da la orden de A casa, hijos de América.

Es difícil determinar

quién es más culpable cuando cortéis las cabezas a las mujeres a las que tantas ganas les tenéis:

si el mundo exterior o vosotros. Porque yo acuso a todos los humanos que pisan ahora la tierra

de culpables ante cada muerte de niñas y mujeres, hombres y niños, en el ahora de nuevo tu reino (tu Edén, tu ciudad, siempre ganaste), hombre, despojo, talibancito.

Verás,

te sientes tan poderoso con la cuerda atadita a las muñecas de esa mujer

como se siente a gusto el que sujeta un caballo de su propiedad

o como el que come animales, bueno, esos (y esas) son más delicados,

ya les llegan matados a sus mesas,

talibanes

todos,

asesinos

por todas partes. Si me tuvieras ahora mismo frente a ti,

ten por seguro que hasta que no te matase no pararía.

Pero sé que eso es imposible, talibán:


porque estás perfectamente repartido por el mundo, por todos los países,


por cada región, cada provincia, cada pueblo

y votas, humildemente, en países demócratas

y asistes a misa en las miles de iglesias del mundo, humildemente

y te dicen buen padre en América

y buen padre en Hungría

y buen padre en Italia y en Bélgica.

No puedo matarte pero sí puedo nombrarte.

Es hora de señalarte y nombrarte, para saber cómo matar tu maldición:

Eres mi padre,

si tuvieras hijos serías mis hijos (porque no escaparían a la cultura humana, que es letal)

eres los hijos de los hijos de los hijos,

eres el calentamiento global,

la sangre de todos los inocentes

y esas mujeres que te miran con miedo incontenible,

esta Tierra, lector

imagina

que eres tú

quien sujeta esa cuerda de opresor

el mundo en llamas.




​Versos a un talibán

"Es hora de señalarte y nombrarte, para saber cómo matar tu maldición"
Ángel Padilla
viernes, 20 de agosto de 2021, 12:17 h (CET)

Foto talibán

Eres un talibán.

Pero también eres un soldado de los Estados Unidos.

Pero también eres un tipo español apoyado en la barra de un bar.

Pero también eres un mierda.

Pero también eres un asco aplastable.

Eres el patriarcado.

Eres todo lo peor humano. Eres español. Eres ruso. Eres chino.

Eres especista. Siglo XXI y mira qué hijos paren las madres,

miasmas como tú,

os veo por las calles de mi barrio,

me da igual que mis vecinos vistan sin la sábana de la cama con que te rodeas al levantarte, ridículo imbécil embrutecido,

porque en ellos veo tu cara, aunque vistan trajes chaqueta son

talibanes cagados de mierda como tú.

El Biden se ha lucido,

20 años con los soldaditos de la paz, ay qué bonito,

y ahora da la orden de A casa, hijos de América.

Es difícil determinar

quién es más culpable cuando cortéis las cabezas a las mujeres a las que tantas ganas les tenéis:

si el mundo exterior o vosotros. Porque yo acuso a todos los humanos que pisan ahora la tierra

de culpables ante cada muerte de niñas y mujeres, hombres y niños, en el ahora de nuevo tu reino (tu Edén, tu ciudad, siempre ganaste), hombre, despojo, talibancito.

Verás,

te sientes tan poderoso con la cuerda atadita a las muñecas de esa mujer

como se siente a gusto el que sujeta un caballo de su propiedad

o como el que come animales, bueno, esos (y esas) son más delicados,

ya les llegan matados a sus mesas,

talibanes

todos,

asesinos

por todas partes. Si me tuvieras ahora mismo frente a ti,

ten por seguro que hasta que no te matase no pararía.

Pero sé que eso es imposible, talibán:


porque estás perfectamente repartido por el mundo, por todos los países,


por cada región, cada provincia, cada pueblo

y votas, humildemente, en países demócratas

y asistes a misa en las miles de iglesias del mundo, humildemente

y te dicen buen padre en América

y buen padre en Hungría

y buen padre en Italia y en Bélgica.

No puedo matarte pero sí puedo nombrarte.

Es hora de señalarte y nombrarte, para saber cómo matar tu maldición:

Eres mi padre,

si tuvieras hijos serías mis hijos (porque no escaparían a la cultura humana, que es letal)

eres los hijos de los hijos de los hijos,

eres el calentamiento global,

la sangre de todos los inocentes

y esas mujeres que te miran con miedo incontenible,

esta Tierra, lector

imagina

que eres tú

quien sujeta esa cuerda de opresor

el mundo en llamas.




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