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Sr. Presidente del Gobierno. Palacio de la Moncloa.
He decidido dirigirme a Vd, ante el cúmulo de acontecimientos disparatados que hoy padecemos millones de españoles desde su acción de gobierno y creo que es esta vía epistolar, la más adecuada para manifestarle mi estupor y desasosiego por el último episodio que ha protagonizado en la Cumbre de la OTAN y que ha dañado profundamente la credibilidad, la dignidad y el prestigio de nuestra querida y maltratada España.
Si en el plano nacional la gestión de asuntos tan graves como la pandemia, Cataluña o la crisis económica está provocando un profundo malestar y rechazo que ya se ha reflejado en las elecciones a la Comunidad de Madrid, en el internacional la mayoría de españoles hemos sentido auténtico bochorno por los últimos incidentes con Marruecos y en especial el último “paseíllo planetario” que Vd ha protagonizado con el primer mandatario de los EEUU Joe Biden en la citada Cumbre.
Con ser esto muy nocivo para nuestros intereses comunes con EEUU, por la visible indiferencia que hacia su persona ha demostrado tener la presidencia del país más poderoso del mundo, lo más estremecedor ha sido la posterior rueda de prensa en la que, con impávida frialdad, nos ha contado un cuento a todos los españoles inventándose una conversación imaginaria de treinta segundos como si se tratara de una reunión formal entre dos mandatarios internacionales.
No nos engañe ni mienta más. Los españoles no nos merecemos este trato tan desaprensivo ni este desprecio hacia nuestra inteligencia. Los españoles somos además un pueblo orgulloso, capaz de las gestas más relevantes y gloriosas que nuestra historia ha refrendado a lo largo de los siglos, pero hay algo que no perdonamos que es la humillación y Vd, Sr. Presidente, nos ha humillado y entristecido como pueblo. Pida perdón y rectifique, que es lo mejor que sabe hacer Vd y su gobierno, porque la mayoría de españoles desearíamos no indultarle en las urnas y eso por ahora, desgraciadamente no parece posible.
Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.
Gladio (espada en latín), fue el nombre que se le dio a la "red de agentes durmientes desplegados por la OTAN en Italia y preparados para entrar en acción en caso de que los soviéticos invadieran Europa Occidental", y serían la fuerza aliada que permanecería detrás de las líneas soviéticas para facilitar el contraataque.
El diccionario es permisivo, incluye la rigidez en la delimitación de las entradas y salidas; al tiempo que acoge la pérdida de los formatos cerebrales a la hora de regular las ideas entrantes o las emitidas tras elucubraciones varias. A veces no está tan claro si apreciamos más los desajustes o seguimos fieles a ciertos límites establecidos.
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