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Quiero creer que el presidente del gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, es una persona honrada. Lo creo y estoy dispuesto a aceptar que haber nombrado a dos personas, digámoslo así, equivocadas para el tercer cargo más importante en la dirección de su partido es solamente el resultado de un error.
A falta de su aprobación en el congreso, la reforma de la jornada laboral propuesta por el Ministerio de Trabajo, sigue suscitando controversia entre los sectores implicados: sindicatos, patronal y partidos políticos. El objetivo del gobierno es que este trámite se supere antes de la finalización de 2025, a pesar de que algunas fuerzas parlamentarias ya han anunciado su rechazo, así como la presentación de enmiendas a la totalidad.
Siempre se monta en el Congreso circense: la oposición que critica al Gobierno, el Presidente que se defiende atacando a la oposición, los partidos pequeños que comparecen cuando casi todos han abandonado la sala... Las sesiones de control generan muchos flashes mediáticos, destacándose ataques y réplicas cual pelea de pollos o plató de Telecinco, que es lo mismo.
Está más que comprobado que el que está en el poder nunca quiere cambiar los métodos, y el que está en la oposición sólo los defiende en ese tránsito que no manda. Mientras se siga pensando que sólo los que gobiernan hacen bien las cosas, poca esperanza nos queda de que en nuestro país tengamos aquello que llamamos “defender el interés general” o “tener sentido de Estado”...
La verdad siempre es clara, aunque su figura pueda hacernos daño. Igualmente, los proyectos, siempre deben comprometer a la persona y su realización debe ofrecerse a todo miembro de la comunidad. Con el tiempo aparecerán los cambios, interesados o no; siempre será la comunidad la que decida.
«Tan sencillo como conocer cómo son los delegados sindicales en las empresas donde trabajamos, para darnos cuenta de qué pie cojean, qué persiguen y cómo miran sólo para ellos». Ni siquiera los afiliados conocen la realidad, aunque cada vez más se sabe que otros sindicatos con estructuras mucho más modernas –y con muchos menos medios-- y dirigentes infinitamente más preparados ya caminan «a años luz de los sindicatos sectarios».
Pedro Sánchez intensifica la lucha por el control de medios de comunicación con el claro propósito de manipular las emociones del público mediante la construcción de un relato que, al tratar de justificar el propio fenómeno decadente, lo impulsa. De hecho, es el dominio mediático el que le facilita arrinconar o neutralizar a la oposición discrepante, bien empujándola a posiciones marginales, o bien haciendo que asuma muchos de los postulados gubernamentales.
El empresariado es considerado como una pieza clave para el desarrollo económico y social de España, siendo un generador de empleo y riqueza y estando incluso mejor valorado que el Gobierno y los sindicatos. Sin embargo, los ciudadanos siguen vinculando a este colectivo con algunos de los aspectos negativos que más les preocupan, culpabilizándoles de los bajos salarios o acusándoles de centrarse exclusivamente en sus beneficios.
Pocas veces o ninguna como ahora ha estado tan dividido el espectro político en España. Si nos atenemos al principio de «divide y vencerás», esta fragmentación puede hacer que la situación se vuelva ingobernable por mucho tiempo, es decir, tras unas cuantas elecciones generales, y la razón de ello es que no se han sabido gestionar las mayorías suficientes.
En esta España insólita en la que vivimos, y donde cualquier anomalía tiene su asiento, siempre que vaya descaradamente a favor de la izquierda revolucionaria, vamos a soportar una manifestación sindical en la que los sindicatos, no van contra el gobierno sino contra la oposición.
El gobierno de Pedro Sánchez se enfrenta a un problema estructural, que trasciende lo político y afecta directamente a millones de ciudadanos en España. Las recientes tensiones parlamentarias y el bloqueo al decreto ley que incluía medidas sociales vitales, como la subida de las pensiones, las ayudas a los afectados por la DANA en Valencia y la subvención al transporte público, han puesto de manifiesto la urgencia de replantear la estrategia legislativa.
Pedro Sánchez está en tal situación, tan cercado y acorralado por los crímenes que han cometido personas muy allegadas a él como no se ha visto una situación igual a la que se encuentra. Si no fuese por lo suelta que tiene la lengua, el desparpajo con el que habla y las mentiras que pretende que demos por verdades, sería para tenerle lástima, pero no, no la merece porque ya no se sabe cuándo dice la verdad. Todo lo que sale de su boca es pura falacia.
El Gobierno fracasa con las cantidades de las ayudas a los afectados por la DANA y fracasa, también, con el modelo de ayudas porque son escasas y hay que devolverlas. Transcurrido mes y medio desde la catástrofe comprobamos la inutilidad del Gobierno del dictador Sánchez. Su huida, como conejo con el rabo entre las patas, ya nos hizo pensar que el establecimiento de ayudas no sería de buena fe.
Sánchez ha decretado un año para solazarse, explayarse, engatusar. Un año de gracia para gozar y que su chusma se divierta con las burlas a “su desconocido amigo” Franco. Ciento y más veces le va a recordar, más o menos una cada tres días, para no perder ritmo en la festiva celebración. 8 de enero inauguración del festival, hay que empezar pronto, no se puede perder tiempo, es corto un año para embaucar.
El enunciado se abre a una primera consideración: ver la empatía como una cualidad exigible en los demás o tan solo algo deseable. Hasta donde sabemos, la ciencia conductual nos advierte de que no es una virtud consagrada a la condición humana, sino que es una capacidad emocional aprendida mediante refuerzo y modelado. Resultaría lógico, pues, pensar que algunos intentos de empatía en ocasiones se dedujeran como prescindibles e incluso hasta inoportunos.
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) ha alertado de que la situación de las garantías fundamentales sigue deteriorándose en Nicaragua, con continuo aumento del poder del Estado para castigar a la disidencia.
Eso que dicen algunos políticos “descerebrados” de que estábamos acostumbrados a que “Papá Estado” nos resuelva la vida..., eso es una deducción propia de quienes verdaderamente están viviendo a costa del Estado, a costa del dinero de los contribuyentes.
Según la mitología griega el héroe Aquiles murió cuando una lanza o flecha le cayó en su talón, la única parte de su fornido cuerpo que no estuvo bañada en un agua milagrosa que le hacía invulnerable. En Perú no tenemos a un Aquiles, pero sí anda gobernado por una alicaída. Esta misma se cree la “madre del Perú”, quien es tan vanidosa que se ha rodeado de Rolex y joyas de oro y se ha hecho múltiples cirugías estéticas para mejorar su imagen.
Expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas, que trabajan el tema Nicaragua, manifestaron su alarma por la situación de las garantías fundamentales tras la reforma constitucional aprobada el pasado 22 de noviembre en el país centroamericano, y alertaron de que “elimina el respeto a la dignidad de la persona”.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha reunido, en Madrid, con el Comité Estatal de Coordinación y Dirección del Sistema Nacional de Protección Civil (CEDOD), en la sede de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, donde ha sido informado de la labor que está realizando este organismo coordinando la actuación de las distintas Administraciones Públicas y de otros organismos implicados en la gestión de la DANA que azota nuestro país.
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