| ||||||||||||||||||||||
En un mundo cada vez más interconectado, pero paradójicamente más dividido, el respeto parece haberse convertido en una palabra vacía, en un eco lejano de lo que alguna vez fue la base de la convivencia humana. Hoy, las diferencias políticas, culturales, religiosas o ideológicas, ya no se interpretan como riqueza, sino como amenaza. Se descalifica con rapidez, se insulta sin filtros, y se señala al otro con la dureza del prejuicio.
Las unidades de Información de Policía Nacional y Guardia Civil establecerán como “objetivos prioritarios de análisis e investigación” a los grupos racistas y xenófobos ligados a movimientos nacionales e internacionales de extrema derecha, de acuerdo con las directrices que enviará esta misma semana la Secretaría de Estado de Seguridad a las direcciones generales de ambos cuerpos.
Con los ataques, cuidadosamente preparados, a la población inmigrante en Torre Pacheco, los patriotas trumpistas en España tratan de lanzar una ofensiva siguiendo la línea que está llevando la Administración Trump en Estados Unidos. Porque tras la política de Trump, xenófoba y racista, hay claramente un auténtico objetivo; que no es la “remigración” para expulsar a todos y eliminarlos como fuerza laboral del país, sino enfrentar y dividir al pueblo trabajador.
Los recientes disturbios en Torre Pacheco no son un fenómeno aislado, ni una consecuencia directa del islam, como algunos titulares buscan sugerir. Lo que ha estallado —como en otras periferias silenciosas— es el hartazgo de un abandono que lleva años cocinándose. Arde la exclusión, no la religión. Lo que se quema es la desidia institucional, la fractura social y el vacío espiritual.
Y digo que es una vergüenza por no decir algo más fuerte y ofensivo para los malditos racistas que están llenando las calles de este precioso y próspero pueblo murciano del odio y la violencia de la que son maestros. Me he decidido a efectuar este comentario a la vista de que los altercados no cesan y las fuerzas de orden público, al menos hasta el domingo pasado, estaban actuando con manos de algodón.
Mientras el mundo lidia con desafíos cada vez más complejos, desde el cambio climático hasta las tensiones geopolíticas y la fragilidad económica, que Donald Trump esté en el poder en Estados Unidos no solo sacude el tablero político de ese país, sino que amenaza con desencadenar consecuencias graves a escala global.
No solo de geopolítica planetaria o continental se nutren nuestras zozobras. En una escala más local, la nuestra de aquí sin ir más lejos, se dan situaciones que pasman y anonadan. Es el caso de la xenofobia en ciernes que atesora un acuerdo político de estos días, relacionado con las competencias en inmigración e impulsado o aceptado desde el Gobierno, mostrando una suerte de encumbramiento del “todo vale” según para quién y dónde.
Ni es oro todo lo que reluce ni racismo todo lo que se identifica como tal. Hemos llegado a un punto de histeria colectiva con esto de la corrección política que casi atajamos si algo se considera discriminatorio, salvo que se demuestre lo contrario. Pasa con el racismo, naturalmente. Si aparece en el escenario un negro, un magrebí o un gitano, la cagada está cociéndose a fuego lento.
Hace ya un tiempo, intercambiando unas palabras e impresiones con un conocido que pertenece al sector separatista catalán, llegué a plantearle la siguiente cuestión: ¿Por qué a mí, catalán y constitucionalista español, me consideráis menos catalán que vosotros? Ser español, no es ser menos catalán, y menos eso que nos llamáis: catalanes de segunda.
Si Dios ha hecho al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, ¿te imaginas a Dios el día de su creación diciendo “a este ser humano lo crearé mejor que a otros”, o “a este ser humano lo crearé tan superior que podrá juzgar a los demás”? Definitivamente, no parece la imagen compasiva y amorosa de un Dios redentor.
La Fiscalía de Valencia ha abierto diligencias de investigación penal al concejal de Vox en la localidad valenciana de Paiporta, Daniel Furió por unas declaraciones xenófobas realizadas el pasado mes de julio en la red social X en las que propuso "plomo" para inmigrantes.
La población migrante ha contribuido a construir lo que hoy es Estados Unidos, una realidad que ninguna expresión de racismo o xenofobia puede borrar. Las personas migrantes, entre ellas migrantes menores de edad, trabajan en los campos y en las fábricas estadounidenses y con su trabajo le dan impulso a la economía del país.
La literatura politológica lleva más de 30 años intentando dar explicación al auge de los partidos de extrema derecha en Europa, y ante los resultados de las últimas elecciones, considero personalmente que en España tenemos un problema, y tenemos que poner este debate encima de la mesa.
En el sociedad actual, a nivel mundial, se sigue mimando el chauvinismo, sintiendo que lo mejor proviene del país o región en la que vivimos, generando voluntariamente la xenofobia, es decir, el odio, el recelo, la hostilidad y el rechazo hacia los de otra raza.
La discriminación racial repercute directamente sobre la salud mental de los jóvenes, llegando a generar cuadros de ansiedad y depresión. Durante 2021, se registraron en España 1.874 víctimas de delitos de odio por motivos racistas o xenófobos, de las cuales un 11 % (212) fueron menores de edad, según estudios recientes. Asimismo, en relación con la edad de los autores del delito, 106 de los 743 agresores registrados fueron menores de edad, aproximadamente un 14 %.
Tres de cada cuatro jóvenes españoles de 15 a 29 años (75%) rechaza de forma general postulados racistas, pone en valor la multiculturalidad y muestra altos grados de acuerdo con la protección de colectivos vulnerables. La cobertura universal del sistema sanitario y la atención a menores no acompañados destacan en cuanto al apoyo manifestado por la juventud encuestada.
Adriana Florez, colombiana, médico y, muy pronto, escritora, ha decidido tratar un tema de actualidad en nuestra sociedad: la discriminación. Su libro, inédito, ahonda en efectos del racismo vividos en su propia piel siendo capaz, a su vez, de abstraerse para sanar las heridas y ayudar a otros a que las sanen también.
Pero lo que es notorio y me llama la atención, es lo que se ve en las series televisivas, en ellas suelen aparecer razas de gran peso en la nación donde se desarrollan las acciones, por ejemplo, en Francia hay policías, magrebíes, africanos; en las series alemanas aparecen turcos; en las inglesas, africanos, indios, incluso sijs; en las americanas, orientales, africanos, árabes, algún hispano.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha dado a conocer este miércoles el nuevo y actualizado Protocolo de Actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para los delitos de odio, que ha presentado como “un conjunto de reglas y pautas, unificadas y homogéneas.
No está nada claro que en esta democracia podamos defender con libertad nuestras opiniones, valores y creencias
No es esto, ¡no es esto!, el sistema democrático de libertades que creía vigente compruebo cada día que no existe, que ha sido sustituido por otra cosa.
|