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Es necesario seguir profundizando en este sustrato más profundo de la realidad humana, los sentimientos y la experiencia más allá de la supervivencia de la vida diurna; en la vigilia intentamos sobrevivir a un mundo lleno de conflictos que pudieran detener nuestro paso, sin embargo, en los sueños del hombre mortal, en aquellos momentos de mayor indefensión, surge la libertad de volar sin alas, de cantar más allá de los límites espacio-temporales de lo real.
De donde vengo nos saludamos estrechando los pechos, corazón con corazón, ante la imposibilidad de acariciar la esencia que somos. Lo hacemos con las personas que estimamos, con quienes tenemos confianza, porque es una forma de decirle —sin mencionarlo—, que estoy tan cerca de ella, que pongo mi corazón —símbolo de mi esencia—, junto al suyo, a su servicio.
The Water of Tyne es una canción tradicional inglesa, delicada y sencilla, como los guijarros que desgasta el agua hasta hacerlos suaves como hoja de palma. En ella, en la canción, una joven amante llora por la separación de su amado. Entre los dos corren las caudalosas aguas del río Tyne —“the water of Tyne runs between him and me”, dice la letra—, así que la chica no puede hacer otra cosa que quedarse ahí, en su lado de la orilla.
Lukas primor paz un buen sitio tendrá...
Viendo a Lola... niña bonita, de peluche, preciosita, amante de los hombres, cariñosita con pecas, no me quiso besar.
Aquella prenda que queremos pero que no encontramos el momento idóneo para lucirla, al final, nos acabamos cansando y la donamos o la tiramos, en el peor de los casos. Lo mismo pasa con los sentimientos. Siempre estamos intentando encontrar la ocasión especial y el momento perfecto para demostrarlos a las personas que nos importan, pero no lo hallamos.
Es sensible y siempre pendiente. Se preocupa de como estoy, y me sigue si me voy...
Tengo un miedo insuperable, corro sin saber por donde, aunque me accidente y fallezca, todo antes de que lo gris envuelva mi pobre vida llenándola de pesadumbre, sin dejarme descansar. Si hubiera escuchado a mi progenitora dejaría las carreteras aunque hubiera que pagar peajes y peores fueran los paisajes que me tocará ver de cerca.
Nuestra casa revestida de libros cubre gran parte de las paredes, colgados algunos cuadros distraen al visitante. Los libros son en las estancias íntima compañía. El ventanal que da al cielo muestra la ciudad y sus Torres como cabeceras históricas de un pasado diluido sobre un mar de las leyendas.
La mariposa aletea jugando como una niña frágil revoloteando. Los cánticos florales desprenden soñando, los vaivenes emocionales desaparecen llegando.
Esto es así porque sí… me expulsan los rayos, me estrenan canciones los enamorados, me condicionan la dulzura, me traicionan el alma, me culpan de culpable...
Me veo mayor… me veo vieja y con ojeras… me veo gorda y fea, me veo golosa, disimuladora, me veo torpe, yo que soy lista, me veo que fallé, me veo que me duele todo, me veo caída...
El alma, de dos corazones enamorados, de dos seres que se quieren.
Tengo mucho que hacer ahí fuera, en el frío exterior, ¿será una bendición o una locura de casa de locos ciertas cosas que suceden a los hombres?… Corazón latiendo y congelado a su pesar… tengo mucho por hacer, pero, ¿pa´qué?, ¿para quién?…
Tener la posibilidad de volver a ser libre, no quiero perderla. Quiero ser feliz con cielo y tierra, tener la posibilidad de olvidar todo lo malo, de empezar de cero, que falta me hace.
Mi primera ilusión… ya la olvidé… no sé cual fue… si sí o si no… ¿quién sabe?, quiero saber su razón… que se vuelva atrás sin pena, que se desparrame, que se curve su destino...
Me acosan las nubes, me obligan a buscar un camino… debo encontrarlo en estas tierras, enciclopedias que no leí ni comprendí para aprender de la vida a luchar, libros que no estudié en profundidad, imposible recordarlos ahora...
Puede llevarse el Ocaso en un arranque oportuno el dolor que en una caja, guardado, he dejado en mi mesilla, pero que cada noche debo ver. Debo sentir, mientras no crea en la magia del Ocaso.
Inquietud siempre y otros conmigo también. Lamento está situación y desearía escapar. Vine a inquietar y es que no vine, me mandaron. Y alrededor llega lo demás. Yo no lo decidí y quién lo hizo es ser de respetar porque lo haría de cualquier forma y ya está.
Nunca vi un amor tan grande ni en hombres ni otros habitantes. Pompona y Simón se amaron y uno sin el otro no vivió. Juntos deben estar siempre porque no hubo mayor amor que el suyo, aunque desearía que hubiese muchos más.
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