Internet se ha convertido en el terreno de juego perfecto de esta nueva forma de hacer política, y “la desinformación en su abono”. Por ejemplo, son constantes los mensajes cruzados en las redes sociales entre políticos o entre políticos y personajes de la sociedad civil, algunos de ellos extremadamente virulentos. Sí, Internet se ha transfigurado en la nueva sede de la “Soberanía Nacional”. En relación con la profesionalización de los partidos políticos y la priorización de interés partidistas, el interés general y la vocación de servicio público, pilares sobre los que se tienen que asentar la representación política, “han pasado a un triste segundo plano”. Retos como la inmigración ilegal, la permitida y muchas veces falsa emergencia climática e hidráulica, el envejecimiento poblacional y la sostenibilidad de las pensiones, entre otros, son motivos suficientemente importantes para “reactivar los inexistentes Pactos de Estado”. Resulta demencial que a puestos de relevancia decisoria, puedan acceder sujetos con nulo bagaje profesional y escasa formación académica, cuya actividad se basa en la pertenencia perpetua a unas siglas. Mi bolígrafo no escribe bajo la añoranza de tiempos pasados, ni mi intención es demonizar a la totalidad de la nueva clase política, pero sería aconsejable “endurecer los mecanismos para el acceso a los diferentes cargos públicos”, para poder evitar disfunciones democráticas. La reforma de las “leyes de Función Pública” buscando una mayor competencia del funcionariado, sería un buen espejo en el que mirarse.
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