Sostiene Felipe González que la ley de Amnistía para los condenados o en fuga por el proceso de independencia en Cataluña, validada recientemente por el Tribuna Constitucional, es pura corrupción política.
Su rotunda declaración pública viene de alguien que fue presidente del Gobierno entre 1982 y 1996. Tal vez su experiencia avala tal explícita aseveración.
Recordemos algunos hitos de corrupción política, real. ética, paralegal y metafórica, a su paso por Moncloa.
En 1982 había 2,3 milllones trabajadores sin empleo en España, registro que ascendió a 3,6 millones en 1996. El PSOE de González prometió 800.000 puestos de trabajo. El saldo negativo ya es historia.
En 1986 tuvo lugar el referéndum sobre la OTAN. El PSOE y González como su principal vocero cambiaron de opinión en un tris tras. Primero estuvieron en contra y de buenas a primeras a favor. Otra falsedad más en el haber de Felipe González.
Entre 1983 y 1997 27 personas fueron asesinadas por los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) y Segundo Marey fue secuestardo por error. José Barrionuevo, ministro del Interior, y Rafael Vera, secretario de Estado para la Seguridad, fueron condenados por ello y más tarde indultados por José María Aznar. El Señor X, que muchos indicios periodísticos apuntaban a González, se fue de rositas, cual M. Rajoy de entonces. El asunto se denominó guerra sucia contra ETA. Después de dejar Moncloa, González jamás se arrepintió de los sucesos. Cuando la razón de Estado ocupa la mente, la moral dimite sine die.
El caso Filesa retumbó en España en los años 90. Se probó judicialmente la financiación ilegal del PSOE. Hubo varios condenados. El monto de las operaciones ascendió a 1.200 millones de pesetas, más de 15 millones de euros actuales.
Caso Roldán: el primer civil en ser nombrado Director General de la Guardia Civil fue Luis Roldán, acusado de malversación, cohecho, fraude fiscal y estafa. Se cree que ocultaba en Suiza más de 10 millones de euros.
Caso Juan Guerra: hermano del exvicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, que dimitió una vez concido el escándalo. Juan fue acusado de cohecho, fraude fiscal, prevaricación y malversación. Su condena no implicó entreda en la cárcel.
A principios de los años 90 estalló el caso fondos reservados por desvió de caudales públicos asignados a la lucha antiterrorista y el narcotráfico, unos 5 millones de euros, utilizados ilegalmente para remunerar con sobresueldos y gratificaciones discrecionales a altos cargos de Interior.
De 1982 a 1996 los Gobiernos de González indultaron a 232 personas condenadas por delitos relacionados con la corrupción, entre otros el expresidente de Cantabria y exalcalde de Santander del PP, Juan Hormaechea, el franquista y ultraderechista exalcalde de Marbella y expresidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil y Gil y el amigo de Juan Carlos I y, al parecer según las malas lenguas líder in pectore por sugerencia o delegación de alguien de más alto rango del golpe del 23-F, Alfonso Armada. Indultos a robagallinas, ninguno. Todos los indultados, delincuentes de cuello blanquísimo Una vez fuera del enclave monclovita, Felipe González, antiguo detractor de las puertas giratorias, estuvo 5 años apoltronado como consejero de Gas Natural Fenosa (Naturgy), cobrando más de medio millón de euros hasta que dimitó por aburrimiento, según sus propias palabras. Una persona trabajadora con empleo en la precariedad laboral necesitaría toda una vida profesiuonal para renuir un salario tan generoso.
Junto con Aznar, Felipe González es la reserva nostálgica del bipartidismo o régimen del 78. Tiene audiencia en cualquier medio de comunicación, ya sea progresista o conservador.
Cuando habla González, hasta Pedro Sánchez parece de la izquierda genuina, tal es el escenario político tan vencido a la derecha de la actualidad.
Apuesta González por Eduardo Madina como próximo líder del PSOE. Pobre Madina si se dejase arrastrar por la realpolitik, el resentimiento, las fobias izquierdistas y las filias derechistas de un mentor tan éticamente en entredicho. Eso sí, de corrupción política sabe un montón.
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