A menos de dos semanas para el cambio de año, el Real Madrid disputará su último encuentro ante sus aficionados, puesto que los compromisos contra Efes y Joventut serán como visitantes. Manresa será el último adversario en casa, un partido que a tenor de las estadísticas y calidad de ambos conjuntos se presenta muy desigual… aunque esto es baloncesto. De ganar, el Real Madrid sumaría su vigésimo cuarta victoria consecutiva en casa, se resarciría del traspiés contra Estudiantes y presionaría al Barcelona, al que recibirá en la apertura de 2012.

Si los sueños se persiguen, se acaban consiguiendo. Lo sabe Samuel Sánchez (Oviedo, 1978), que alcanzó, después de doce temporadas como profesional, su sueño en la cumbre de Luz Ardiden, cuando ganó su primera etapa en el Tour de Francia.

Las dolorosas derrotas del pasado se compensaron con una venganza a base de una mezcla explosiva de baloncesto: certero juego ofensivo, sólidas defensas y máxima compenetración de todos los implicados.

Nadie lo esperaba, pero Rudy Fernández volverá a vestir la camiseta del Real Madrid antes de lo esperado. No es que se haya arrepentido de su decisión de marcharse a la NBA, sino que se trata de un último servicio, de un bis, de un obsequio a la afición del conjunto blanco. Y todo como consecuencia de problemas burocráticos. Gracias a los cuales, el Real Madrid contará con una ayuda determinante en su ascenso hacia el liderato en solitario de su grupo en Euroliga, máxime cuando enfrente estará el Maccabi, todo un subcampeón de Europa.