Cuando hace unos meses vimos la tendencia en moda para este verano pensamos que las propuestas, en general, nos parecían demasiado arriesgadas, lo eran tanto que las veíamos adecuadas para momentos muy especiales y no para todo llevar, no para salir a la calle por la mañana y regresar a casa del trabajo al caer la noche.
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En la pasarela
| Centramos nuestra atención, entre las múltiples variedades, en la propuesta de usar shorts, cuanto más cortos mejor, con botas de media caña. Es decir por un lado las piernas se descubren y por otro el pie queda encajonado en un zapato que le deja pocas posibilidades de respirar y lo que es peor de andar con comodidad y esperar que le de el fresco. Las botas, en invierno y en verano, siempre encajonan y sujetan el pie y parte de la pierna y es probable que esta opresión en verano y con temperaturas altas no lo dejen transpirar y por lo tanto caminar con este tipo de calzado puede ser una pesadilla mucho más que hacerlo con unas zapatilla de deporte o con unas sandalias.
Muchas apreturas
Supuse que pocas seguidoras iban a encerrar sus pies entre esas apreturas, lo pensé en serio, por prescripción médica yo tengo que caminar con botas en todas la épocas del año y cuando más sufro es en verano, todo el día sueño con llegar a casa para descalzarme y poner los pies en alto sobre una silla para descansar, muchos días, o casi todos, veo que mis pies y mis piernas llegan a la noche hinchados, y eso, seguro, es debido a la atadura de las botas.
Al tener esta experiencia personal supuse que las personas a las que les gusta la moda y la siguen adaptarían este tendencia tan excitante de shorts y botas de muchas maneras, a fin de cuentas, siempre lo he dicho y es en lo que creo, la moda forma parte de una industria y si está ahí es porque a todos nos interesa, también es sabido que las tendencias que marcan los diseñadores están ahí para que cada uno se las adapte a su manera de vivir, a su manera de ser y de la forma más cómoda posible.
Para los hombre los shorts también venían como tendencia pero a cambio el calzado no iba implícito lo que les dejaba a su antojo a la hora de vestir sus pies.
Han pasado los meses y por fin ha llegado el verano y he visto con una cierta angustia como ese doblete shorts mas botas ha sido adaptado por muchas mujeres. En verano estamos mas en la calle que en casa y al salir del trabajo siempre se da alguna vuelta para encontrarse con amigos y conocidos o, simplemente, para pasear, ir a algún concierto callejero, asistir a alguna fiesta popular o para tomar unas copas, en época estival las propuestas. La forma de vestir en verano se hace más evidente exteriormente que cuando el frío aprieta.
Enseñar pierna hasta los 25
Este año la tenencia marcada por el short con las botas ha obtenido el pleno mientras en los hombres algunos visten shorts por encima o debajo de la rodilla, cada cual a su gusto y según su patrón de elegancia. Siempre he creído que para enseñar las piernas hay que tenerlas bonitas y siempre he pensado que en la época de Mary Quant cuando lanzó a la calle las mini faldas éstas eran apropiadas para todas aquellas mujeres que no habían cumplido los 25 abriles, es una cuestión de gusto, de elegancia y de saber estar. Pues bien con la aparición este verano del short con botas las he visto de todos los colores y, formas y en general eran poco apropiados.
La moda es democrática y todo el mundo puede vestir como le de la real gana pero pienso que debería ayudarnos a vestir adecuadamente y sentirnos libres. Los shorts como la mini son aptos para mujeres muy jóvenes y no siempre, es evidente que un short gusta más en una chica de largas piernas y bien hechas y no en aquellas que aún siendo altas presentan en las piernas un exceso de celulitis o son patizambas o tienen unos glúteos protuberantes y poca cintura, si además se ponen botas anchas por la parte de arriba todo queda descompuesto.
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Kate Moss, asidua al short.
| Shorts rosa chicle con camiseta centelleante
Y ya no hablo de aquellos shorts que han ido a parar a manos de personas que por ser moda los conjugan con camisetas centelleantes y su short es de color rosa chicle. Un horror, este verano las calles de Barcelona se han visto anegadas de estos estilos, la tendencia de hace unos meses ha llegado a casa de las que ven en esas tendencias una solución a su prestancia y les sirve de carta de presentación. No deberíamos olvidar que la forma de vestir es también una tarjeta de presentación.
El short es bonito para la playa, para el campo y quizá con botas, por lo demás casi todo lo que he visto en Barcelona este verano me ha parecido patético porque a la multitud de personas que he visto con ese atuendo, la mayoría un 90% y soy buena con es porcentaje, parecían modelos ocasionales que de acudir a un casting para ir a un desfile con nombre de importante diseñador, las mandarían a casa.
Las chanclas para la playa
Pero no sólo las mujeres han resultado ser esperpénticas y con poco gusto dentro de esas botas, también los hombres sacan mala nota, la mayoría se han acogido al pantalón hasta la rodilla, y hay para todos los gustos, desde los que lucen tejanos ajustados, tela que en verano es poco fresca, hasta los que llevan los llamados pantalón cargo, llenos de bolsillos para llevar lo indispensable en los mismos. Algunos combinaban estos pantalones cortos con chanclas, un calzado sólo apto para la playa y no para la gran ciudad, otros más acertadamente lucían calzado deportivo y otros sandalias que a fin de cuentas es lo que más le pega.
Los rigores del verano exigen prendas frescas, pero voy a dar alternativas a ambas tendencias, alternativas que, a mi parecer y para la ciudad aunque sea para ir de paseo, son mucho más apropiadas. Para las mujeres las sandalias siempre es lo mejor y más efectivo para el calor, el pie está abierto y recibe los bienes del poco viento que a veces sopla en la ciudad, además las suelas son de piel y siempre protegen más el pie, también son aceptables las zapatillas deportivas, aunque en la versión verano, hay de muchos colores, azul cielo, rosa bebé, blancas, negras, azul marino, son livianas y muy cómodas, también son muy bonitas y adecuadas las zapatillas de Castañer, tienen modelos para todos los gustos, también las manoletinas que tanto le gustaban a la protagonista de “Desayuno con Brillantes”, Audrey Hepburn. Para ir frescas un vestido corto hasta la rodilla en tela de voil estampado con flores o unos amplios pantalones de lino con una camiseta de algodón. Probablemente estas opciones son menos osadas y llamativas pero son más frescas y mucho más elegantes y se adaptan a más proporciones físicas de cualquier tipo de mujer.
El lino es fresco, fuera las corbatas y las chaquetas
Tampoco dejaré a los hombres fuera de propuestas, los pies lejos las chanclas, nada más antiestético que ese calzado para la ciudad o para donde sea mientras no se lleve en la playa como ya he dicho antes, les quedan la sandalias de piel, muy frescas y cómodas, “las espardenyas” calzado catalán que se ha extendido en todo el mundo y que popularizó el pintor de Port Lligat (Cadaqués), Salvador Dalí, zapatillas de colores neutros como el blanco, el tostado, el beis y los pantalones también en lino con pinzas y una camiseta en un tono un poco más claro o más oscuro o camisa de algodón con la manga un poco remangada hasta el codo. Simplicidad, elegancia, comodidad y todo ello se puede lavar en la lavadora y nada se plancha, aunque quede arrugado es permisible en verano. Dentro de estas premisas muy de fondo de armario tengan la seguridad de que nunca apelarán ni a la fealdad ni al horror tal y como estos días estoy constatando. Una cosa es ir vestido aburrido y la otra desacertado, hay un largo recorrido entre lo uno y lo otro.
Me olvidaba, los hombres pueden dejar la corbata en el armario a no ser que en el trabajo se la exijan, también la chaqueta, estas dos prendas tan encorsetadas deberían ser exigidas sólo en casos muy protocolarios, y en verano parece que éstos no existen o eso parece y no hagan caso de los políticos, de los banqueros y de los hombres importantes que siguen saliendo por la tele, en verano como en invierno, ellos, se lo digo de verdad, tendrían que ser los primeros que deberían saber desabrocharse los botones de la camisa ante el rigor del verano y ante la caída de las bolsas. Hay que ir ligero en el cuerpo y en la mente para tomar buenas medidas y grandes alternativas.
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