Las últimas actuaciones amarillas han empezado a generar cierta inquietud entre aficionados y medios.
La última derrota ante el Xerez no solo supuso la pérdida de tres puntos y perder la condición de invicto en el Estadio de Gran Canaria. También ha supuesto un punto de inflexión sobre la marcha del equipo de un tiempo a esta parte.
Y es que perder se puede perder, y más en una categoría tan igualada como la liga Adelante. Pero lo preocupante es el modo en que se ha perdido, y la línea que el equipo arrastra últimamente.
Preocupa sobremanera, como los amarillos en cuanto recibieron el primer gol, se vinieron literalmente abajo anímica e incluso físicamente. Y apenas se pudo ver alguna reacción tanto desde el banquillo como de los propios jugadores.
Si a eso, añadimos una pérdida notable en los últimos partidos de mordiente y pólvora arriba, y la disminución alarmante de ocasiones y de goles, más los continuos errores a balón parado de la defensa, y del alto número de goles encajados hasta la fecha. El resultado contribuye a generar más inquietud.
Muy atrás quedan ya esos partidos donde Las Palmas no solo ganaba, sino convencía y lo hacía por más de un gol de diferencia. Actualmente, los últimos partidos ganados solo dan un gol de ventaja y con cierto suspense para lograrlos.
Bien es cierto, que las lesiones han mermado bastante la progresión del equipo, al igual que las sanciones debido al elevado número de tarjetas amarillas que ve Las Palmas, y malas decisiones arbitrales que también han añadido peso a la situación.
Pero no se puede negar que la sensación que el equipo dejó en la segunda parte ante el Xerez generan una preocupación y un apretarse el cinturón por si llegan más curvas para los amarillos.
De nuevo toca una salida complicada ante un Cartagena que viene de menos a más y ya ha superado a los isleños en la clasificación. Con lo cual podríamos estar ante la tercera derrota consecutiva si finalmente se pierde un partido difícil.
Sería un modo amargo de cerrar el año para los de Paco Jémez, después de tantas ilusiones generadas al comienzo de liga.
Lenta pero progresivamente, Las Palmas ha ido perdiendo ventaja con los de arriba, y puestos en la clasificación. Y ya empiezan muchos a empezar a mirar más la distancia con los de abajo, que con los de arriba. Y no es para menos, sabiendo el “currículum” amarillo de estas últimas temporadas en la categoría.
Es por ello que no sea raro que muchos se hagan la pregunta inicial: ¿Pequeño bache, o crisis en toda regla?.