Pésimo resultado y pésimas sensaciones. Volver al descenso es un duro varapalo para el club de Martiricos y sobre todo a raíz de la humillante derrota en Alicante. El equipo vuelve a sufrir los mismos males fuera de casa ya que se apaga en cuestión de minutos y no sabe levantarse ante las adversidades.
Errores infantiles e indolencia en la zaga. Una muy mala defensa le condena a ser el equipo más goleado de las principales ligas del continente. En quince jornadas encajar 32 goles no es un síntoma nada positivo. Un verdadero desastre.
Como un terrón de azúcar el equipo se diluye con muchísima facilidad a domicilio y no mantiene la tensión necesaria para intentar ganar partidos. El centro del campo sigue a la deriva. Apoño vive un calvario de lesiones y Pellegrini tuvo que tirar del filial y se le confió toda la manija del juego a Recio. No se le puede exigir más a un joven que hace poco tiempo estaba el Atlético Malagueño. Su compañero de andanzas, Sandro Silva, no rinde como se esperaba y Juanito directamente no entra en los planes del técnico chileno.
Por desgracia, no hay mucha alternativa en el plantel por lo que no se puede hacer milagros en poco tiempo. Maresca, uno de los refuerzos para el mercado de invierno, debutará en enero y deberá coger el tono físico adecuado ya que el italiano lleva una temporada sin ritmo de competición tras rescindir su contrato con el Olympiakos. Se espera que rinda a un nivel alto y mejore la creación y la elaboración de juego para los de Pellegrini. Una parcela que últimamente está desierta.
Con la remontada en menos de diez minutos queda patente que el Málaga tendrá que mejorar su imagen lejos de La Rosaleda e intentar ganar en casa todos sus partidos hasta la ‘Operación Invierno’. Una maniobra que dará que hablar no solo por las posibles incorporaciones (nombres como Baptista, Almunia) sino por los que no vestirán más la elástica malacitana.