F.C.Barcelona-Real Madrid. Son palabras mayores. Ambos conjuntos afrontan el choque del próximo 29 de noviembre en un estado de forma inmejorable. Es el Clásico de los clásicos, el partido del Siglo XXI que centrará las miradas del mundo entero. En juego, algo más que tres puntos. El prestigio, el honor y la credibilidad. Fútbol en estado puro.
Y es que el Camp Nou será el epicentro del globo terráqueo el lunes a partir de las nueve de la noche hora española. Cristiano contra Messi, la soberbia contra la modestia. Guardiola contra Mourinho, la filosofía contra la arrogancia. Xabi contra Xavi. Y además, con un sinfín de personajes secundarios que aspiran a ser los héroes del film.
Mientras en la Capital intentan abrir el cruce de declaraciones, en Can Barça se apela a la calma y al sentido común. Entrar en su juego provocador sería llevar el encuentro a un terreno que no interesa. Por este motivo, Guardiola ya ha hecho llegar a los suyos una premisa clara: nada de caer en la tentación de responder a los envites de Mourinho.
No lo duden: los jugadores culés sí se manifestarán al respecto. Pero lo harán en el rectángulo de juego con argumentos futbolísticos. Porque es su grandeza, porque es su estilo. Toque, toque y más toque. Triangulaciones, desmarques y acciones colectivas para contrarrestar el 'punch' del eterno rival.
Pero si falla el equipo en conjunto, el Barça apelará a una Pulga para derrocar el entramado táctico de Mourinho. El crack barcelonista lleva ocho partidos consecutivos marcando y va camino de récord en su enfrentamiento particular con CR7. Sus números son alucinantes: ha anotado 15 tantos en los últimos 10 partidos oficiales, pulverizando incluso el récord del brasileño Ronaldo. Pero ahí no queda la cosa: Lionel Messi lleva 67 goles en sus últimos 67 partidos oficiales. Y es que nadie sabe ya describir al astro argentino. Es simplemente sobrenatural.
Sobre el choque en sí, poco que añadir. El Real Madrid ha sucumbido en los últimos cuatro Clásicos ante el Pep Team. Con rapidez, con solvencia y con facilidad. Pero la motivación en la Ciudad Condal no decae: el conjunto merengue llega con el enemigo público número uno culé entre sus filas, José Mourinho y con un Cristiano Ronaldo crecido y odiado a partes iguales.
¿Qué partido se juega?
Hace semanas que la prensa ya habla del gran Clásico. Sin embargo, los futbolistas azulgranas supieron evadirse del pensamiento general y cumplieron con creces en sus últimas actuaciones. En Almería, igualaron la mayor goleada lograda a domicilio de la historia con un apabullante 0-8. Además, en Champions también se pasearon por Grecia para sellar su pase a los octavos de final como primeros de grupo.
Dos encuentros que sirvieron para refrendar el buen estado físico de los catalanes y para responder a la pegada del eterno rival. La Liga ya ha adoptado la política del bipartidismo y el lunes se verán las caras los dos pesos pesados. La competición doméstica se decide desde este momento. Pero no se engañen: el guión de la película ya parece marcado de antemano. Siempre ganan los buenos, mientras que los malos, aunque hagan sufrir, acaban cediendo. Y no hace falta decir quiénes son los buenos.