La primera homilía León XIV a los cardenales que lo habían elegido tuvo un marcado carácter cristocéntrico. El papa subrayaba que, en Cristo, Dios, para hacerse visible y cercano a los hombres, se ha revelado en los ojos confiados de un niño, en la mente vivaz de un joven, en los rasgos de un hombre maduro. León XIV, en su primera homilía, también subrayaba que su tarea como pastor de la Iglesia es hacerse pequeño para que a nadie le falte la oportunidad de conocer a Cristo.
Estamos en los primeros días de pontificado, pero este cristocentrismo de sus primeras palabras nos hace comprender que los esquemas con los que intentamos analizarlo son muchas veces torpes. Es absolutamente reductivo considerarlo un progresista o un conservador, un continuista o un rupturista. El papa invitaba, en estas primera palabras, a una relación personal con Cristo.
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