En las elecciones legislativas del 2021, el expresidente Martín Vizcarra fue, por lejos, el más votado. Sin embargo, el Congreso no le dejo posesionarse.
En recientes sondeos Vizcarra aparece liderando las intenciones de voto de cara a las presidenciales del 2026. Frente a ello, el miércoles 11 el Congreso decidió inhabilitarlo por 10 años.
A excepción de los votos de diversos parlamentarios de izquierda, todas las demás bancadas se alinearon con dicho veto. Pese a que el cerronismo y Podemos quieren marcar ciertas distancias con el gobierno estas fuerzas se plegaron al veto fujimorista.
La razón por la cual se castiga a Vizcarra es por haber cerrado el Congreso durante su mandato. Cuando él hizo eso dicha acción fue constitucional y respaldada por la población. Es más, cuando el parlamento le vacío las multitudes salieron a las calles y el nuevo gobierno belaundista-fujimorista no duro ni una semana.
Lo que el congreso dominado por el fujimorismo y la ultraderecha quieren expresar es que este no va primer que nadie les vuelva a cerramiento, mientras ellos dominen dicho poder. Claro está, si es que el fujimorismo no controla al Legislativo si justifican su cierre, como paso cuando Fujimori en abril 1992 le intervino inconstitucional y militarmente.
El fujimorismo y sus aliados controlando al Congreso han vacado a 3 presidentes (PPK, Vizcarra y Castillo). Al peruano más votado de la historia le sacaron ilegalmente. Castillo fue arrestado cuando aún era mandatario constitucional y el parlamento no había definido su salida, ni él ni nadie aliada a su persona pudieron defenderse, ningún congresista habló en el debate, el presidente del congreso fue juez y parte pues dirigió la cesión congresal pese a que él había escrito la moción de vacancia (la cual fue leída sin que nadie tenga derecha a observarla o enmendarla) y, finalmente, no se dio la mínima cantidad estatuaria de votos para vacarlo.
Este congreso puede hacer lo que quiere y hoy sostiene a Dina, la presidenta mujer más impopular de la historia universal.
Perú Libre ha roto con todo aspecto progresivo. Hoy sale en defensa del Fuji-congreso y rechaza las movilizaciones antifujimoristas del 2020. Ya antes había dicho que las muertes de las protestas fueron promovidas por las ONGs, a las cuales buscan recortar.
Al mismo tiempo que este congreso busca inhabilitar posibles contenedores contra Keiko aprueba amnistiar a militares y policías que han cometido abusos contra los derechos humanos.
Vizcarra tuvo un gobierno neo-liberal que quiso unir al continente para intervenir contra Venezuela. No obstante, el veto en contra suyo es impuesto por el fuji-cerronismo y sus aliados para buscar recortar la democracia e ir eliminando posibles rivales de cara a las presidenciales.
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