Camino por la calle en bermudas beis. Rebusco en mis bolsillos que todavía no tienen agujeros. Busco porque con las monedas que tengo no me da para una caña. Voy a tener que tomar un café sólo. Paso al lado de un hombre tirado en la acera con la cara tapada. Pide para comer. Sigo caminando, porque bastantes problemas tengo yo ahora. No sé si tomaré una caña con pincho de tortilla o un café sólo. Hay otro hombre postrado en lo frío de la acera. Pide porque se ha quedado sin trabajo. Tiene familia. Yo sigo caminando porque no sé si mis monedas me darán para una caña con pincho de tortilla o me tendré que conformar con un café sólo sin azúcar. Me encuentro con una mujer y un niño que corretea con una pelota. Piden para comer ahora. Mañana no. Sigo caminando y apresuro mi paso para llegar al café. Hay mucha gente hoy pidiendo en esta calle. Me meto en la cafetería y busco otra vez en mis bolsillos que todavía no tienen agujeros. Y resulta que no me llega para un café. Pero la camarera me fía porque sólo tengo problemas del primer mundo.
|