Además de mentiroso y pésimo gobernante, Pedro Sánchez, el mangante es pendenciero y chismoso. Como se cree un coloso, y su ego no tiene cura, usa una técnica dura incluso, para los suyos, a los que llama capullos y otros insultos de altura.
A Iglesias, “maltratador”, (él sabrá porque será), a otra “pájara dirá” que ella considera “honor”. A otro, sin sentir rubor, lo llama “tocacojones”, sin dar más explicaciones; mientras Susana, dolida por haber sido excluída, solloza por los rincones.
Ante el enorme montón, de epítetos malsonantes despectivos e insultantes, de este embustero y bribón, un patriota respondón, explica, sin disimulos, que este productor de bulos es un malvado traidor, cobarde e inquisidor y el más chulo entre los chulos.
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