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Material para la reflexión

Ese festival escénico del cante espectacular ha procurado un excelente material para dejar claro quién gobierna el mundo y cómo se trata a la disidencia
Antonio Lorca Siero
lunes, 19 de mayo de 2025, 11:21 h (CET)

Pese a la tendencia dominante dirigida al lavado de cerebro colectivo, alentado por la animada sociedad del espectáculo que se impone en esta colonia del imperio USA, que aspira inútilmente a ser un imperio y se queda por el camino, afectada por el peso de la burocracia, este fin de semana ha facilitado temas que pudieran servir de motivo para la reflexión ciudadana, en el supuesto de que fuera posible.


Uno de ellos viene con ocasión de ese festival escénico del cante espectacular, dirigido a promocionar el sentido de unión entre los países de Europa y de más allá. Pese al aspecto formal, ha procurado un excelente material para dejar claro quién gobierna el mundo y cómo se trata a la disidencia — aunque esa disidencia solamente sea de apariencia, simplemente para tratar de cobrar protagonismo en el plano internacional—. Pese a que solo se trate de una advertencia más, el mandante supremo ha puesto de manifiesto que lo de mandar no es por casualidad, sino porque dispone de medios para ello y ha venido a demostrarlo. Ha pasado la correspondiente factura para dejar meridianamente claro, para quien tenga la menor duda, por un lado, quien manda realmente y, por otro, quienes están obligados a seguir sin rechistar sus argumentos. El que quiera entender que entienda y el que no quiera que siga a lo suyo, pero lo de las votaciones populares, capaces de dar la vuelta a los resultados, debiera ser objeto de reflexión profunda, más allá de la apariencia formal.


Otro tema, que ya estaba claro con anterioridad y que se ha definido plenamente, es lo de cortar de raíz el llamado antieuropeo. Parece ser que ya no basta lo del cordón sanitario y hay que emplear el equipo pesado para dejar claro a la disidencia que, se ponga como se ponga, debe que tragar con las consignas de la burocracia europea, debido a las nefastas consecuencias de no hacerlo, porque el aislacionismo estatal, que permite tomar su propias decisiones, solo conduce al desastre, según se dice. Habría que saber, lo que es toda una incógnita, si los electores del este europeo se lo han creído y han sentido temor o ha sido la mano que mueve los hilos la que, ha trabajado con tanta eficacia, para que al fin haya sido capaz de dar la vuelta a la tortilla en esta ocasión y todo haya salido según lo previsto, derrotando la tendencia que, parece ser, llevaba hacia el otro lado.


Quedaría por hacer una referencia al proceso electoral del sur, pero no se muestra preocupante para la política europea, como si lo sucedido estuviera bajo control y no supusiera un obstáculo para continuar con el modelo. En todo caso los que utilizan el cordón probablemente tendrán que esforzarse para que la situación no se salga de los límites que el invento tiene establecidos, porque cundiría la alarma.


Pese a argumentaciones de cualquier signo, cuando el ambiente político decide mostrarse a las claras y salir directamente al escenario, sería una excelente oportunidad para que la ciudadanía, con tan abundante tiempo libre, no se dedique solamente al ocio comercializado y, alguno que otro, reflexionara sobre el componente aparentemente falaz con que se adorna el panorama político europeo.

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