Soy consciente de que el «cónclave» del próximo 07/05/25 (en latín, ‘habitación cerrada con llave‘) para la elección del nuevo Papa, sucesor de Francisco, no interesa a muchísima gente. Entre otras cosas porque un cónclave o reunión de «príncipes de la Iglesia» para elegir a la persona que va a regir el destino de más de 1000 millones de católicos es algo medieval, oscurantista y, todo lo contrario de lo que debería ser una democracia.
No obstante y porque este nuevo cónclave es noticia de actualidad, he sacado una pequeña encuesta (en mi perfil de Twitter) sobre ¿quién creemos que va a salir elegido en éste cónclave? y ¿quién nos gustaría que lo fuera?:

A mí -como creyente en Jesús de Nazareth- me gustaría que la fumata blanca de éste cónclave anunciara un papa como el ghanés Peter Turkson, que si bien durante el pontificado de Benedicto XVI defendió la doctrina tradicional contra los anticonceptivos, oponiéndose a su uso, creo que ha evolucionado y me gusta su apuesta por el medio ambiente y por la justicia social. Se convertiría en el primer Papa africano, que tampoco estaría mal. Y mejor aún el italiano Matteo Zuppi que, pese a presidir la conferencia episcopal italiana, es un defensor de la PAZ y de los pobres, al estilo de Francisco. Además de que le rechaza Melloni, lo cual es un buen argumento a favor de su candidatura, je, je. Creo que Zuppi hasta pasa a Francisco, por la izquierda.
No obstante, me temo que aunque la carrera hacia el cónclave empezó con una derrota para los más ultra conservadores con la retirada del Cardenal Becciu, la apuesta neo conservadora de la iglesia católica y de los «enemigos del Papa» -que puede manipular el cónclave- apostará por estos otros: el italiano Pietro Parolin, el filipino Luis Antonio Tagle y, Dios no quiera, el húngaro Peter Erdö, el americano Raymond Leo Burke o el holandés Willem Eijk.
Yo, como bien dibujaba el Roto, con que sea cristiano, me conformo; porque hay demasiados encubridores de la pederastia, muchos ultras y hasta malas personas (como entre todos los papas). Ya si abre las puertas y ventanas de la Iglesia, si pide perdón por los holocaustos, por la conquista, o por el genocidio palestino… y apuesta por la Paz, por el cambio climático y por los Derechos Humanos, ya sería un buen gol del Espíritu Santo.
Ojalá que el nuevo papa continúe con las reformas iniciadas por Francisco, en la línea de una iglesia de iguales, en la reiterada crítica de Bergoglio al clericalismo, en su postura contra la pederastia, en su encuentro con las religiones… Lo que en palabras del comunicado de las Redes Cristianas a las que pertenezco (RRCC) sería «no olvidar la dimensión social y política de la fe cristiana y que el nuevo pontífice consolide y profundice el camino de solidaridad con los oprimidos, de denuncia profética de las injusticias y de construcción de una Iglesia que viva la igualdad y la dignidad de todos sus miembros». Y ya por pedir, por qué no que el nuevo Papa avance en otros temas pendientes como los ya iniciados por Francisco contra la pederastia o el clericalismo, o el papel de la mujer en una iglesia de iguales, la laicidad, las discriminaciones basadas en la orientación sexual o condición social, o la falta de apertura al diálogo ecuménico e interreligioso. Paz y Bien.
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