Solo una vez en la historia mundial se detonaron armas nucleares sobre civiles. Esto ocurrió hace 80 años cuando EEUU devastó Hiroshima el 6 de agosto de 1945 y Nagasaki tres días después. Seis días después Japón se rindió. Ambas matanzas causaron 150,000-250,000 muertos.
Pese a este horrendo crimen contra mujeres, niños e inocentes, ninguno de sus perpetradores han sido condenados. Más bien, el presidente norteamericano Truman se ufana de haber finalizado así a la II Guerra Mundial (1939-45) y a 14 años de expansionismo militar nipón. El emperador Hiro-Hito aceptó que su archipiélago sea ocupado por Washington, pues más temía a los soviéticos y a una insurgencia comunista.
Dichas bombas atómicas fueron innecesarias, pues Tokio agonizaba, pero EEUU quiso alertar a Moscú para que no quisiera aprovecharse de la derrota nazi-fascista-nipona para avanzar. Luego otros 8 países han adquirido ojivas nucleares: Rusia, China, Reino Unido, Francia, India, Pakistán, Israel y Nor-Corea. Ninguna de estas han vuelto a ser empleada contra humanos. Poseer estas ha equivalido a conseguir un salvoconducto para no ser invadido. Países que fueron obligados a abandonar sus armas de destrucción masivas, como Libia, Irak o Siria, terminaron despedazados.
Israel es la única potencia nuclear que no admite serlo y que promueve guerras contra cualquier vecino que pudiese querer adquirirlas. Por eso recientemente bombardeó Irán. Además, tiene hoy al único gobierno donde uno de sus integrantes llegó a amenazar con usar una de estas armas en una guerra. El ministro hebreo Amihai Eliyahu postuló lanzar estas sobre Gaza, idea que entusiasmó a algunos congresistas trampistas.
La diminuta franja de Gaza está a 70 kilómetros de Tel-Aviv. Detonar allí una bomba atómica afectaría a todas las zonas circundantes de Israel y Egipto creando, además, efectos radiactivos sobre buena parte del Medio Oriente. Netanyahu sabe que si hiciera ello aislaría aún más a Israel corriendo el riesgo de provocar bombardeos desde otras potencias nucleares.
Según Francesa Albanese (relatora especial de Naciones Unidas sobre Palestina), Gaza ha recibido seis veces más explosivos que Hiroshima. Para ella, esto no es una guerra sino un genocidio.
Cuando Washington bombardeó Japón, este país tenía un imperio que dominaba el grueso del Extremo Oriente. Gaza, en cambio, tiene 365 km², no es un Estado y tampoco tiene un solo tanque, avión, helicóptero o buque. Todos sus barrios, hospitales y universidades han sido bombardeados y sus dos millones de habitantes sobreviven sin casas, pan, medicinas o agua potable. La resistencia palestina se refugia en túneles combatiendo con armas caseras o tomadas de sus atacantes.
Los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki masacraron en un instante, pero en Gaza se da una destrucción urbana peor a "cuentagotas". Hace casi 22 meses Yoav Gallant, ministro de defensa, ordenó atacarles primándoles a sus habitantes de agua, alimentos y electricidad. Un soldado estadounidense destapó como uniformados israelíes disparan a matar a los hambrientos que van a buscar asistencia humanitaria. La cantidad de los que han muerto pidiendo comida supera a las víctimas viles israelíes del 7/10/2023. Todo lo que Israel ha hecho en Gaza es mil veces peor a todo lo peor que se le atribuye al Hamás.
Estamos presenciando el primer holocausto transmitido en vivo. La cantidad de periodistas, médicos y paramédicos asesinados en Gaza supera a la de todas las demás guerras juntas de las últimas décadas. Uno de los países más ricos del Asia Occidental viene fabricando la peor hambruna del planeta. En ninguna otra parte del globo hay tantos niños desnutridos, mutilados y huérfanos como en Gaza.
Mientras muchos toleraron los horrores de Hiroshima consolándose que así se acababa la peor guerra de todos los tiempos, las barbaridades de Gaza generan la mayor ola de protestas internacionales de este milenio. Si EEUU se valió de Hiroshima para transformarse en la mayor potencia global, Gaza está deslegitimando, dividiendo, desacreditando y desintegrando a la que fuera la mayor potencia del Medio Oriente.
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