Las razones obscenas, fundadas en valores corrompidos, destruyen la libertad, y aplauden y enaltecen a innumerables criminales, prevaricadores, insurgentes y mentecatos. España está borracha, y desde su Gobierno quiere transmitir una falsa y condenable alegría que nos llevará a la autodestrucción.
La compasión no será el salvavidas de la sociedad cuando llegue al punto de no retorno, ya que la pérdida de valores y referencias es demasiado evidente cuando nos enfrentamos a hechos inhumanos e inciviles cada vez más presentes en la vida cotidiana. Quizás por eso ya es indiferente, quizás todavía está lejos..., no ha entrado en mi dominio y en mi comprensión.
Este Gobierno Sánchez practica la indiferencia, que asfixia hasta matar. Existe en España una grandiosa deshumanización, que implica una falta de orientación, y eso nos lleva a una concepción pervertida y dañina de la libertad, que conduce a la sociedad a una vida objetivamente sin valor y sin eternidad. El egoísmo, el individualismo, los infinitos deseos por cumplir y la autocontemplación no permiten la perpetuación del ser como un ente cuya esencia es un bien mayor. Este «yo» de Pedro Sánchez no dejará legado, no dejará añoranza, no dejará historia, simplemente desaparecerá con su muerte política.
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